La Libertad y la Muerte: definición de la Moral y la Razón en nuestro actuar.

por ARIEL BOHORODZANER, Est. de Derecho, U. de Chile. Director de Gestión Cultural, Federación de Estudiantes Judíos. 

 El elemento más característico de los seres humanos es nuestro uso de razón, y esto toma fundamental importancia ya que nos da la capacidad de tomar conciencia de nuestra mortalidad. El único hecho que tenemos asegurado en nuestras vidas es el que vamos a morir, por más que vivamos sin pensar en ello, en nuestro subconsciente, en distintos grados, siempre está presente, siendo causa fundamental del condicionamiento de nuestras acciones.

 No resulta extraño ver personas que dedican toda su vida a tratar de trascender, de dejar un legado, inmortalizarse, es decir, que cuando ya no estén más en este mundo, aun los recuerden, lo cual también parece ser el propósito de uno de nuestros instintos más básicos, el procrear. Pero hay que preguntarse, si ya no están vivos, ¿qué importancia tiene que los recuerden? O más aun, ¿qué les importa lo que hicieron en el transcurso de sus vidas?

Para analizar críticamente este tema, hay que primero partir cuestionándonos la genealogía de la moral. Todos creemos que hay ciertas conductas que son buenas, correctas, que son mejores que otras, las cuales llamamos inmorales. Pero la duda deviene, por más que podamos concluir que efectivamente sí existen normas de conducta que podamos definir como correctas, sobre ¿cuál es el fundamento de éstas?, sobre en qué se sostienen para poder distinguir entre lo moral de lo inmoral.

Por sentido común, sabemos que las buenas conductas son las que promueven una mejor convivencia, las más útiles para todos, eficientes, empáticas con el resto… Da lo mismo como las queramos llamar. La finalidad de todo este argumento en la práctica, puede ser correcto, ya que ayudan a conformar una forma de vida pacífica, más feliz, en pos del bien común, pero ¿por qué todas esas cosas son intrínsicamente buenas?

Digamos por ejemplo “la paz”, creo que todo el mundo en su sano juicio alegaría que la paz es buena y la guerra es mala (por lo menos conceptualmente), pero cuando se exige una razón, se suele esgrimir de que la gente sufre en las guerras, hay muertes, “a mí no me gustaría que me mataran”, pero ¿cuál es la razón de que realmente deban importarnos todas estas cosas?

Desde una perspectiva positivista, es obvio por cuanto es conveniente para la sociedad. Pero desde una perspectiva filosófica, es cuestionable ya que si aceptamos la premisa de que el hombre es egoísta por naturaleza, o para verlo desde una perspectiva más concreta, si Nelson se declarara a sí mismo egoísta, siéndolo realmente y le informaran que tiene una enfermedad terminal por lo cual va a morir en 6 meses, todas las convenciones sociales, o las cosas que valora como correctas, se podrían distorsionar. Si Nelson en su desesperación cayera en conductas más extremistas, cómo asaltar un banco matando a 20 personas en el intento, ¿cómo podemos convencerlo de que no lo haga si cree que de esa forma va a poder aprovechar sus últimos meses de vida? ¿De qué manera podemos increparlo respecto de que su actitud es egoísta?

Es cierto que es malo para la sociedad que se asesinen personas, a las cuales les puede quedar mucho por vivir, sus seres queridos van a sufrir, pero eso no necesariamente los tiene que conmover, de todas maneras el va a morir, ¿por qué habría de importarle tales cosas a Nelson? Desde este punto de vista individualista y relativista, el argumento es tautológico.

Si nuestro paso por este mundo es meramente casual, y la moral es simplemente el resultado de la ideología, del imaginario colectivo, de convenciones sociales, de nuestro común uso de razón, o lo que se quiera, el sentido de lo bueno y lo malo se vuelve perfectamente falible y cuestionable. Lo importante es destacar que al parecer la decisión no es finalmente entre lo bueno y lo malo, sino entre lo propio y el resto.

Para poder sostener el que algo sea lo correcto taxativamente, es necesario que exista una razón trascendental en el hecho de nuestra existencia, una razón de ser y de vivir en comunidad, lo que implica que el devenir de sociedad y lo que se define como bueno/moral es más que el resultado de las probabilidades en el universo.

La existencia de una razón trascendental (situación en la que viven la gran mayoría de las sociedades a lo largo del planeta) conllevaría finalmente a que haya un sentido en nuestro actuar a lo largo de nuestras vidas y nos permite tener una conciencia social, impulsándonos a tener una vida “buena” y preocuparnos de que cuando el día de nuestra muerte llegue, hayamos hecho lo que creímos correcto, dando finalmente un motivo para restringir la libertad con que obramos.

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6 comentarios

  1. Muy interesante!
    Me parece que enriquecería mucho este artículo hacer una distinción que hace la filosofía moral desde sus principios. Están (a grosero modo) las morales deontológicas y las consecuencialistas. La primera cree que en principios inviolables que se valen a sí mismos (por ejejmplo «no robarás») La segunda cree que la moralidad se juzga según las consecuencias que tiene un acto (ejemplo, «un acto es moral según su utilidad social»).

    Por esta razón deseo aclarar que la visión de «utilidad social» no es meramente positivista, excluida de lo filosófico. Toda moral que existe está respaldada en su propia filosofía moral, desde el utilitarismo hasta las morales religiosas. Así, espero, quienes se vean interesados por el tema de la filosofía moral tras leer este artículo sabrán que no sólo es «seria» la búsqueda de principios deontológicos, sino también lo es la de principios morales consecuencialistas.

    Por otro lado, opino que si afirmamos que la trascendencia humana es el fundamento de la moral (que, creo, es lo que se pretende afirmar) creo que también caemos en una tautología. Remitiéndonos únicamente a esto, ¿qué valor intrínseco tiene la vida de mi hijo, o qué valor intrínseco tiene la percepción de mi obrar después de mi muerte? Pongo, sobre la mesa, la siguiente pregunta, ¿afirmar que la trascendencia (y descendencia) es el fundamento de la moral, es un argumento consecuencialista? Me parece que sí. Esto acarrea, como se podrán imaginar, una serie de complicaciones posteriores de las que aquí no hablaré. En mi opinión, cuando buscamos principios morales deontológicos (como se propone este artículo), invariables según las circunstancias, deberíamos buscar apoyo en teorías deontológicas ya existentes, si no en una de las más potentes(y cercanas) de estas teorías, la moral judía.

  2. Benjamin gracias por el comentario y por la distinción.

    Creo pertinente mencionar que no sostengo que la moral consecuencialista sea meramente positivista, muy por el contrario, el objetivo de mi articulo es cuestionar el juicio con el cual se fundamenta esta desde una perspectiva filosófica.

    Por otro lado, no veo por qué la trascendencia como fundamento de la moral tendría que ser un argumento tautológico, simplemente no quise abordar –deliberadamente- el sentido trascendental en el cual yo creo, para que el lector saque su propia conclusión, al parecer tu diste justo con la que esperaba.

    Tienes razón que finalmente un valor ulterior puede ser considerado como consecuencialista, ya que toda acción y valor tienen consecuencias, lo cual no quita que tenga un valor intrínseco.

  3. viva palestina libre… israel no tiene derecho a existencia
    el drama fue en alemania, europa,.. no fue en palestina
    los gitanos fueron exterminados por hitler de verdad
    y no robaron estado para crear el peor racismo de un estado judio
    asesino y criminal.. son los alumnos de hitler

  4. jajaj que raro dejar un comentario luego del que aparece arriba, pero bueno hay gente que se dedica a escribir reaccionariamente sin ningún argumento ni desarrollo de ideas y se dedican a repetir eslóganes que toman de otras personas sin ningún filtro o meditación alguna.

    Bueno llevándonos a un punto interesante que tocaste, seria cierto que Nelson podría robar un banco en su estado de shock pero también posible que no lo haga. ¿Que al verse confrontado de cara a la muerte obraría de una mejor forma?. Es cierto que nuestra cultura occidental no trata a la muerte como un tema, porque en una sociedad de consumo la muerte es algo que se quiere esconder, no existe simplemente, y si se vee se oculta. El tener conciencia de nuestra propia perennidad es algo que va encontra del flujo, ya que nos hace parar, meditar, sobreponernos y ver si es lo que realmente hemos estado haciendo es en lo que queremos gastar nuestro tiempo.
    Porque deberíamos trabajar tanto, pasar tanto tiempo en la oficina, tratando de pagar cuotas de cosas que no necesitamos (ya que pagar a cuotas conlleva a que uno va a vivir un largo tiempo). Por el contrario creo que seriamos mucho más conscientes de lo que realmente nos hace felices, (que muchas veces distancia mucho de tener cosas materiales), y dedicaríamos más tiempo en ello, y menos en lo otro.
    La muerte no es el ultimo mal, sino que forma parte de la vida y de las experiencias humanas.

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