La actitud pasiva de la Comunidad Judía en Chile durante el Régimen Militar.

por MICHELLE HAFEMANN, Periodista U. Diego Portales, Tesista de Magíster en Ciencia Política, U. de Chile.

Durante el poco tiempo que he dedicado al trabajo académico en la línea de los Estudios dela Memoriay DD.HH, me encontrado varias veces enfrentada a la misma interrogante: ¿Por qué la colectividad judía de Chile no asumió una postura única y mayoritaria en contra de las violaciones a los DD.HH. durante el régimen de Pinochet? ¿Por qué, en consecuencia, los judíos de Chile como colectivo, nos ubicamos más bien en una actitud pasiva y condescendiente durante el ejercicio del terrorismo de Estado en contra de miles de personas, judías y no judías?

El mismo problema se me planteó repetidas veces durante el año en que participé en el Proyecto Museo dela Corporación Parqueporla Paz VillaGrimaldi. La idea, en términos generales, de los profesionales vinculados a los Trabajos de Memoria -siguiendo la definición de la argentina Elizabeth Jelin- es que la comunidad judía en Chile guardó silencio o, peor, un silencio cómplice. Salvo la participación del entonces rabino dela Comunidad IsraelitaSefaradí, Ángel Kreiman, en el Comité Pro Paz y luego enla Vicaríadela Solidaridad, no hubo una presencia mayoritaria de figuras de la comunidad judía en la lucha en contra del régimen y en la difícil labor de denunciar las violaciones a los DD.HH.

Hay que considerar además que hubo víctimas judías. Conocido es el caso de León Stoulman y su pareja, Matilde Pessa, acreditados como víctimas dela Operación Cóndor.O también el de Diana Aron, víctima de tortura y sin paradero conocido hasta el día de hoy, quien motivara la exposición “Recordando a Ana Frank y Diana Aron”, realizada por el Centro Progresista Judío yla Corporación Parqueporla Paz VillaGrimaldi en el año 2006.

En ninguno de los países del Cono Sur en los que hubo regímenes autoritarios en las décadas de 1970 y 1980, hubo defensas “corporativas” de parte de las comunidades judías. Este argumento queda claro al revisar el libro “Zikarón-Memoria. Judíos y militares bajo el terror del Plan Cóndor”, de Guillermo Lipis (Editorial Del Nuevo Extremo, Argentina-2010). En este trabajo, Lipis señala que la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) “[…] afirmó sistemáticamente a lo largo de los años de plomo que nadie fue secuestrado por su condición de judío, sino que los judíos afectados eran “parte de la sociedad argentina nacional”[…]” (2010:35). La mayor parte de las dirigencias comunitarias judías contemporáneas a las dictaduras militares en América Latina enarbolaron argumentos similares al que Lipis atribuye ala DAIA, y por tanto evaluaron la inconveniencia de una oposición colectiva. En el caso de Chile, dice el rumor que poco después de acontecer el Golpe de Estado, autoridades comunitarias se reunieron con representantes dela Junta Militar para conocer el fundamento ideológico que sostendría al nuevo régimen. Al cerciorarse de que éste no estaba cercano al nazismo ni a ideologías de corte antisemita, se retiraron con tranquilidad.

La ausencia de un componente abiertamente antisemita en el aparato represivo, en el caso particular de Chile, hizo que no se viera como necesaria una defensa “corporativa”. Por otro lado, muchas de las investigaciones posteriores al régimen militar argentino han contradicho el statement dela DAIA mencionado en el párrafo anterior, puesto que sí hubo un componente antisemita en la represión.

De acuerdo a varios de los testimonios de las víctimas judías de tortura y prisión política en Argentina, al momento de ser sometidas a vejaciones, los agentes de la dictadura eran especialmente brutales o, incluso, similares a los nazis. Como lo señala Nora Strejilevich, en el artículo “El antisemitismo en la Argentina: Siempre presente, nunca admitido”, que se incluye en el volumen “Memoria y Ciudadanía” de Ileana Rodríguez y Mónica Szurmuk (Editorial Cuarto Propio, Chile-2008), así se da cuenta en testimonios recogidos por la CONADEP: “Investigaciones realizadas desde entonces, comenzando por el Nunca Más, ratificaron la fuerte presencia del imaginario nazi entre los torturadores. Citaremos apenas una de las tantas declaraciones en este sentido, la de Elena Alfaro (27/6/85), sobreviviente de El Vesubio: Las paredes estaban completamente forradas en tegolpor, ese tegolpor estaba quemado por cigarrillos, estaba marcado con muchísimas cruces esvásticas, con muchas insignias, con muchas frases como “Nosotros somos dios”, “Viva Hitler”, “Viva el general Videla” (Granovsky 1995, 67-68). Esta característica de las Fuerzas Armadas y de la Policía Federal se resume en un objeto recientemente identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense en las excavaciones realizadas en el campo de concentración “Club Atlético”: una gorra policial con la cruz gamada en su interior.

El trato diferencial que recibían las víctimas en estos antros del horror se conoció incluso antes del Juicio a las Juntas (1985), a través del relato de testigos que no sólo describían los vejámenes que sufrían todos los “desaparecidos” sino que, además, destacaban la particular degradación que los torturadores le propinaban a las víctimas judías[…]” (2008:147).

Aunque puede ser que me equivoque, a pesar de las brutalidades descritas en las decenas de testimonios de víctimas de violaciones a los DD.HH. del régimen militar en Chile con los que me he familiarizado en estos últimos cuatro años, nunca había escuchado relato similar al antes citado. Los represores en Chile actuaban como nazis, pero no lo eran. O al menos, no lo manifestaban.

De esta forma, puede que para muchos judíos chilenos, sobrevivientes de la Shoáe inmigrantes de países europeos que además después fueron asolados por regímenes comunistas sostenidos desde Moscú, fue imposible desapegarse del gran paradigma del horror: Auschwitz. La misma autora del artículo citado en el punto anterior se refiere a este tema: el Holocausto se constituyó como el acontecimiento nuclear negativo del Siglo XX. Y esto hizo que, según Strejilevich, impidiera a algunos judíos percatarse de las nuevas formas que asumía el antisemitismo (2008:143). Sobre este mismo punto abunda  Dominick LaCapra en su obra “Historia y memoria después de Auschwitz” (Prometeo Libros, Argentina-2008).

Es necesario verbalizar un tema que para muchos judíos que trabajamos en la línea de los Estudios dela Memoriay DD.HH. está constantemente haciéndose presente, y que lamentablemente se esfuerza por evitar de la discusión comunitaria abierta. Al parecer, hasta ahora.

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18 comentarios

  1. Molesta pensar que, a pocos años del Holocausto, la comunidad judía actuara con tal indiferencia ante el sufrimiento y tortura de miles de personas cuyos países habían acogido a sus sobrevivientes.
    El hecho de que no hubiera persecusión explícitamente antisemita no es excusa. ¿Es que acaso toda la campaña «Nunca más» aplica sólo al pueblo judío? Los que no lo son y ven sus derechos humanos vulnerados de modos similares a los aplicados por el régimen nazi, ¿que se las arreglen solos?
    Ese «imposible desapegarse del gran paradigma del horror» es perfectamente válido, pero también es tremendamente egocéntrico. No nos engañemos. La comunidad judía ha sido, después de la Segunda Guerra Mundial, siempre poderosa. Bien conectada y con influencias.
    Hasta su silencio en torno a este tema es vergonzoso.
    Buen artículo, destapa cosas.

  2. Gracias por tu comentario, Rosa. Mi idea era esencialmente esa, sacar a la luz una discusión que en términos generales se da en espacios privados. Y aportar, sin mayores pretensiones, al ejercicio reflexivo que propone El Diario Judío.
    Saludos!
    Michelle.

  3. Michelle, acabo de leer tu artículo. Agradezco tu consideración sobre mi libro y, parece que una vez más, queda ratificado que la dirigencia prioriza la supervivencia de las mayorías sin considerar que los que quedan en el camino también son integrantes de ese tejido comunitario. En la Argentina, por ejemplo, no entienden, hasta hoy, que 2.000 desaparecidos fueron 2.000 oportunidades de reclamar por sus vidas y solicitar justicia.
    Un saludo desde Buenos Aires, Guillermo.

  4. SOMOS EL PUEBLO DE LA LECHE Y LA MIEL…
    FELIZ ROSH HASHANA 5772

    IDENTIDAD Mauricio Zieleniec

    Somos el pueblo de la leche y la miel,

    el del respeto al extranjero, el que desea transformar las armas en arados (Isaías), el que nuestro filósofo Buber dice “Yo y tu” porque el pronombre “él” significa un objeto y “tu” un ser humano. Somos el pueblo del “libro”, porque en el relato aparecen las enseñanzas para el hombre y para el hombre con su semejante. Bendecimos el Shabat, porque significa que lo bendecimos para nosotros, como humanos, para estar con nuestro interior un día en la semana, con nuestra familia, con nuestros seres queridos, y en la comunidad.
    Nos saludamos con la palabra “Shalom” que significa “paz” como pretendiendo que este nuevo año 5772 toda nuestra sabiduría milenaria, junto con las tradiciones estén presentes.
    Será una noche donde la miel marcará el deseo en el año que iniciamos, la manzana y el cordero, nos recordará nuestra antigua historia, la de vida agrícola-pastoril en las tierras de Israel. La jalá redonda marca un círculo que simboliza que el tiempo evoluciona siempre, pero sin principio ni fin.
    Que la luz que iluminan las velas en la cena familiar, iluminemine a nuestros líderes para ser “un ejemplo entre las naciones” y no el conquistador del “Gran Israel”.
    Que en el brindis de cuatro copas, la primera sea para nuestratra familia, nuestro pueblo y nuestro Israel; que la segunda sea por la fortaleza de nuestro ejército de defensa y que el mismo sea indestructible para defendernos; pero la tercer copa sea para la humildad que debemos tener frente a nuestros vecinos, reconocíendolos como pueblo y semejantes, ayudando todos a una convivencia y empatía, para que ellos puedan rehacer sus deseos y derechos junto a los nuestro y al Estado de Israel; la última copa siempre deberá ser para el amor a nuestros hijos, padres, madres, mujer, y esa identidad milenaria, que con amor la conservamos, con lucha, con heroísmos y dolores la supimos llevar por los siglos de los siglos…
    Y si hay hermanos desviados, que ellos vuelvan a su camino, para que el pueblo hebreo, sea ejemplo entre los pueblos. Y seamos nuevamente el pueblo de leche y miel. Nunca renunciaremos a nuestras tradiciones, ni la de ejemplo entre las naciones, la del yo y tu, la del extranjero, y como dijo Hillel “No hagáis al prójimo lo que no quisieras que te hagan a ti mismo”. La cadena milenaria será tan fuerte en este 5772 que esperamos un entendimiento entre nuestros líderes y los líderes vecinos. Sea paz y libertad para todos, nuestros hijos, nuestro soldado Gilad, y nuestros vecinos en Israel.

  5. Es muy dificil encontrar bibliografía sobre este tema, lo conversé con un compañero y sucede lo mismo con los masones. Hay excasa apertura a la discusión en la cominidad judia y nula autocrítica respecto a lo mismo. Me interesó este tema por la figura de S. Melnik: un judio en una dictadura ultraderechista criminal. La prensa jamás a investigado el asunto y me imagino las razones. En la Argentina si ha habido una discusión potente con críticas directas a las instituciones judias como la AMIA y DAIA por su silencio y complicidad con los detenidos desaparecidos.
    No te engañes, la doctrina militar de la dictadura chilena es de perfil nazi, recuerda los campos de concentración y los actos «misticos» donde se entragaron antorchas a «futuros líderes jóvenes», qué decir sobre la represión política tipo SS.
    Sigue con el tema, suerte.

  6. 6 millones de muertos, no es un sueño para un adolescente. Por qué exigirle sólo a la comunidad judía una actitud de protesta ante los crímenes de la dictadura. Hay que explicarse su historia, pero a mi si me parece muy sospechoso, es nunca haya leido que hablen de las potestas de las comunidades árabes, italianas, españolas, francesas, etc… en los países que arriba mencionan. Para que decir de la colonia alemana o húngara, el 90% refugiados nazis o de la cruz flechada húngara o de las ordas de mussolini. Más altura….

  7. Muchas gracias por los comentarios. No había pasado por acá, por lo que no los había visto.

    Lamentablemente, el recuerdo de Diana Aron se ha hecho presente a propósito de un homenaje que una corporación revisionista planea hacer a su asesino. Es triste pensar que de no haber sido por este siniestro evento, Diana seguiría en el olvido. Y lo que es peor, muchos judíos nunca habrían escuchado de ella.

    Gracias, Guillermo, por tus palabras. Para mí fue una suerte encontrarme con tu libro.

  8. No, en Chile Diana nunca ha sido olvidada, ni mucho menos. Todos y cada uno de los torturados y asesinados viven en el corazón de los que sobrevivimos, No culpe tanto a los judíos de su olvido patológico, muchos de ellos se fueron cuando ganó Allende, tenían miedo, un miedo atávico a 6 mil años de historia y persecución, Un amigo murío hace poco, un judío condenado a trabajos forzados y liberados por el Ejército Rojo en el frente Este, fue el único sobreviviente de su familia. Y como ellos, los hubo miles, sabían Uds. que cuando volvieron de los campos de concentración, fueron expulsados de sus pueblos ? todas sus casas saquedas y bienes repartidos. No era gente rica, artesanos del pan, de la verdadura o de algun emporio… Creo que Uds. están rasgando vestiduras sin un análisis humano, histórico ni clínico de lo que pasó. Pienso que no es la verdad histórica el objetivo, sino buscar culpables de algo que no se hizo, sin analizar las causas profundas de dicho comportamiento. Los ingleses NO dejaban atracar barcos con judios refugiados, ni tampoco otros aliados. Pasaron meses en el Mediterráneo. Exigen comprensión a quienes padecieron, pero no se la dan a quienes no sobrevivieron…

    Volodia Teitelboim fue un alto dirigente del PC chileno, y muchos judíos también lo fueron, pero la condena al sionismo por parte de Stalin, marcó fuerte en la izquierda latina.

    Ustedes saben mejor que yo, porque es su profesión, que los hechos aislados no existen.

    Más tolerancia….

    Gracias por la tribuna

  9. No me malentienda, Rhenso, yo no culpo a nadie, menos a mi gente. Y tengo clara la historia de persecución y marginación que hemos tenido, como la de los Libros Blancos ingleses que Ud. cita, porque la he estudiado largamente. Yo sólo hago un ejercicio crítico, que también es muy judío, y autocrítico, que lo es más.

    Por otra parte, entiendo el horror que causó en muchos sobrevivientes de la Shoá el advenimiento del marxismo en Chile. Conozco testimonios de algunos que llegaron a Chile desde Rumania, habiendo sufrido la masacre nazi y después la comunista, y optaron por salir del país ante el triunfo de la UP. Y sé que hubo y hay importantes figuras judías en la izquierda chilena, así como la ha habido y las hay en la derecha y en el centro, porque los judíos somos transversales en términos políticos, no estamos alineados ni votamos en bloque.

    No estoy de acuerdo, eso si, con hablar de un un olvido patológico de mi pueblo. Creo, de hecho, que los judíos somos un pueblo de memoria.

    Les dejo esta columna de Gabriel Zaliasnik, que recuerda a Diana Arón: http://blogs.cooperativa.cl/opinion/justicia/20111118142402/%E2%80%9Cel-fantasma-de-diana-aron%E2%80%9D/

  10. Dicen por ahí que los trapos sucios se lavan en casa. Hay que tener cuidado con la autocrítica, ya que puede ser aprovechada por ya sabemos quiénes. No digo que no debe haber autocrítica, sólo que en el caso de hacerla, que se haga de forma balanceada,

    La verdad es que este artículo omite ciertas cosas de la comunidad judía chilena durante la dictadura. En particular, que al igual que en la sociedad chilena, hubo instituciones muy contrarias al régimen, como otras que tendían a apoyarlo. Creo que el artículo falla en evidenciar que al igual que cualquier grupo, en la comunidad judía se dieron opiniones divergentes en torno al régimen, gente de derecha y de izquierda difería profundamente. Lo que concuerda con el hecho de que los judíos somos por naturaleza heterogéneos.

    Falta recalcar el hecho de que hubo instituciones judías particularmente afectadas por la violación de los DDHH como lo que sucedió con el grupo juvenil Hashomer Hatzair, y otros miembros de la comunidad (bastantes diría yo) que sufrieron en carne propia los embates de la dictadura. Además también omite la presencia de torturadores antisemitas como Krasnoff, en un ejército con una fuerte tradición prusiana. Otro punto interesante es el hecho de que la Embajada de Israel en Chile salvó muchos judíos de tendencia izquierdista, aun burlando los aparatos de inteligencia chilenos.
    Por otro lado, se mezcla el caso argentino con el chileno, no quedando muy claro a veces cuál se está relatando.

  11. Estimada, sólo recordar que, cuando falleció Pinochet y lo estaban velando aparecieron un par de jóvenes y lo despidieron justamente con el típico saludo Nazi, quizá es un pequeño detalle, pero un detalle horroroso que hace que todo calce perfectamente dentro de los que fueron las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura.

  12. lamentablemente en Chile hicieron vista gorda la comunidad judia, frente a los campos de concentración de la dictadura a lo largo de todo Chile, el motivo de ello fue la restitución económica y lo de siempre que ha sido su historia en el mundo, es decir, 1ºellos, 2ºellos, 3ºellos… lamentablemente esta intrínsico en el ser humano. Que pena no condenar atisbos de Dictadura con vehemencia, que trae persecución, olvido de la moral, y el enriquecimiento de algunos pocos y principalmente terrorismo de Estado… para reflexionar no les parece…

  13. Entro a este blog ya bien tarde, espero que alguien lo lea.

    La dictadura militar en Chile no fue Judeofoba, La comunidad Judia de Chile estaba dividida como todo el pais , había judios de Izquierda y de derecha, a favor y en contra del gobierno Militar. Lo que si es importante recalcar es que ninguno de los judios asesinados o exiliados lo fueron por el hecho de ser judios, lo fueron por ser opositores politicos al regimen, y en un regimen dictatorial si no estas a favor o al menos te mantienes neutro, las posibilidades que te pase algo existen. Esa es la dura realidad que vivio la sociedad toda en Chile. Mirado desde ese prisma, porque la comunidad debio haber hecho defensa corporativa de aquellos afectados?? Lamento las muertes de Diana Aron de Carlos Becker Guralnik, tal como lamento las muertes de todos los gonzales, Perez, soto, o fernandez que fueron asesinados, sin diferencia alguna.

  14. El caso del Matrimonio Stoulman Pessa es absolutamente distinto, y creo que no deben ser metidos en el mismo saco que los otros.
    Les recomiendo leer las decenas de articulos que ligan al Sr. Stoulman, junto con otros prominentes judios Chilenos, Argentinos Uruguayos y un banquero Judio Chileno en Suiza, al lavado de dinero para el terrorismo.

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