Vergüenza

Cuando quedan solo 15 días para terminar este 2011, es tiempo de comenzar los días de balances. Desde la primavera árabe que comenzó en febrero, hemos vivido a lo largo del mundo entero más de 310 días de agitación, donde distintos movimientos sociales se fueron conformando alrededor de diferentes demandas e insatisfacciones hacia el poder central.

Si bien podemos estar orgullosos de la explosión de un ánimo de participación política alrededor de la humanidad toda, que en una sola gran voz quiso gritar BASTA, después de 310 días de indignación, es poco lo que realmente se consiguió y avanzó. Los poderes dominantes siguen sin escuchar realmente a la sociedad civil.

La primavera árabe, si bien logró derrocar a dictadores de largas décadas, no tiene nada de democrática ya que el poder lo sigue teniendo quien lo mantiene desde hace cientos de años: el Ejército. Las demandas del movimiento estudiantil en Chile no fueron verdaderamente trabajadas, aplazadas por un Gobierno inexperto e intransigente. Los campamentos del Boulevard Rothschild no lograron bajar los precios de los inmuebles y el encarecimiento general de la vida en Tel Aviv. El desempleo alcanzó cifras históricas en España, y las economías de Italia y Grecia están completamente en banca rota. Hasta a Wall Street llegó la ocupación, cansados de un capitalismo que solo genera injusticias y desigualdad.

Si vimos tantas marchas con récord históricos de participación ciudadana en todo el mundo, ¿cómo no fuimos capaces de generar un verdadero cambio social? El sistema colapsa al frente nuestro, y aún así ciertos poderes logran mantenerlo vivo.

Solo el sinvergüenza puede sentirse cómodo viviendo en la dominación del hombre por el hombre que estamos reproduciendo.

 

Nico Riethmüller

Director – El Diario Judío

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2 comentarios

  1. Es cierto que este año se vio lleno de marchas, rebeliones, movimientos, etc. Pero se debe partir desde un piso para que pueda haber un cambio; pretender que sean de la noche a la mañana es un poco utópico, no obstante, las sociedades se están haciendo escuchar, y ya no se ve el mundo tan oprimido como antes por los grandes poderes, ya que el «pueblo» se dio cuenta de que es el quien le otorga el poder a ellos. Pero totalmente de acuerdo, el aprovechamiento de los poderes sobre el pueblo, es vergonzoso.

  2. Les deseo Nes Januca que les acompañe para seguir con tanto entusiasmo vuestra actividad periodistica que une lectores preocupados con el Futuro de la Huminidad.

    Zeev Hagali

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