El desarrollo de mi Paz personal como requisito para generar una Paz social.

por ALBERTO DUEÑAS, Est. Ingeniería Comercial, U. Adolfo Ibáñez.

“Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz”.  Con esta frase postulaba Confucio, filósofo chino en el sexto siglo AC, la forma de lograr obtener una paz colectiva. Si no se está en paz con uno mismo, es decir en forma individual, ¿cómo vamos a lograr llegar a la paz grupal o colectiva?, ¿es posible alcanzar esa anhelada paz en nuestro tiempo?

Hoy en día vivimos en un mundo cada vez más globalizado, en un par de horas se puede estar al otro lado del mundo, los mensajes llegan en un par de segundos a cualquier punto que se desee, la tecnología avanza a pasos agigantados y es prácticamente un bien que nos pertenece a todos, así como la investigación que va de la mano con la tecnología. La globalización tiene varios aspectos positivos, y es lógico, ya que de no ser así no crecería a la velocidad que lo hace. Sin embargo, como todo, al obtener algo dejamos de tener otra cosa. Con un mundo cada vez más moderno y alienante, ¿dónde queda la privacidad de cada individuo? si vivimos en Democracia, ¿por qué nadie nos pregunta sobre ciertas decisiones que atañen a todos y al individuo como ser único?

Como postula Isaac Newton, “Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes”. Lo que quiere decir Newton es que con el avance de la tecnología, el humano en vez de abrirse al mundo, de buscar el bien común, se ha ido enfrascando en luchas que sólo logran que cada individuo se sienta más solo, en vez de ayudarse entre sí y generar una paz colectiva. Si bien la globalización no es tan perfecta como suena, al parecer nos imposibilita llegar a ese estado de tranquilidad llamado paz.

¿Cómo se puede estar en paz si cada día estamos siendo bombardeados con publicidad e información que no hemos pedido? Se estima que cada persona recibe al día al menos 5000 avisos publicitarios. Si eso no provoca una sobre estimulación, no sé qué podrá detonarlo. Es brutal si consideramos que nadie pidió ser penetrado por esta información, sin embargo se nos impone sin habernos preguntado. Lo que nos hace infelices no es ver la publicidad en los medios, es el hecho de que se nos vulnere día a día, que se nos trate como a un objeto que puede servir a multinacionales, que no se nos respete nuestra voluntad. Eso es lo que hace que no podamos sentirnos en paz, nos sentimos agobiados y utilizados. No tenemos un espacio propio, o al menos cada día se nos hace más difícil encontrarlo.

Pensemos ahora qué pasa con los trabajadores y estudiantes. Cada uno de ellos se debe a su oficio, lo cual no tiene nada de malo, todo lo contrario, está bien. Sin embargo el sistema actual no deja espacio para hacer actividades ajenas al oficio, finalmente se vive para estudiar y/o trabajar y no al revés como se supone debiese ser. No se deja tiempo personal, individual, el que finalmente conlleva la paz personal. Además el sistema hoy en día es tan impersonal que las personas viven preocupadas de si los van a despedir o no, ya sea en el trabajo o la universidad, ya que las personas pasaron a ser meros objetos de trabajo y no personas. La gente vive con miedo, se les ha robado en forma despiadada su derecho a vivir en paz. Rabí Iojanán entre otras Mitzvot para alcanzar la felicidad, nos habla de recibir invitados, juzgar a las personas favorablemente y de visitar a los enfermos. Me detengo en éstas porque son las más ejemplificadoras para lo que deseo transmitir en este ensayo. ¿Con qué frecuencia hoy se pueden recibir visitas si la mayor parte del tiempo se pasa trabajando, y cuando no se está trabajando, el tiempo se utiliza para dormir o descansar? ¿Cómo se puede juzgar favorablemente a los terceros si ni siquiera la gente logra conocerse a sí misma bien debido a la escasez de tiempo e instancias? Lo mismo ocurre con el ir a visitar a los enfermos. Este mundo es cada día más impersonal. Se construyen edificios que parecen crecer de un día para otro frente a nosotros, cada vez tenemos menos espacios verdes. La huella de carbono crece a una velocidad alarmante. Los icebergs se derriten frente a nuestros ojos, y ni siquiera tenemos tiempo de mirarnos al espejo y respirar.

Paz. Las guerras parecen ser la típica gráfica de que algo no está andando bien con respecto a la paz. Sin embargo, éstas son tan sólo el reflejo de la intranquilidad de cada individuo, precisamente de su falta de paz personal, que llevada a nivel macro, produce un estado colectivo sin paz. Y es lógico, el humano está diseñado para estar carente de paz, y claro, esto se contagia. No dudo que puedan haber instancias y personas afortunadas que sí logren llegar a ese ansiado lugar, sin embargo, generalizando, lamentablemente somos una sociedad con hambre de paz, que por el momento se halla con una amnesia famélica.

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Un comentario

  1. Alberto gracias por tu ensayo!, ya que apesar de que lamentablemente es muy cierto lo que escribes, tu ensayo me deja con la pequeña esperanza de que si lo hacemos consciente, podremos mejorarnos y asi mejorar el mundo.
    Recibir visitas, nos invita a hacer una pausa en nuestra voragine en pro de RECIBIR… tal vez deberiamos acostumbrarnos a eso, a dar de nosotros mismos para asi recibir, sobre todo tranquilidad.

    Linda reflexion, muchas gracias!

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