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Competencia de frases depresivas y deprimentes.

por RODRIGO AFRO REMENIK, Sociólogo, U. Católica. MA en Historia de América Latina, U. de Tel Aviv.

¿cuál de estas frases es la ganadora? Siempre queda la duda si obtener el título de la frase más depresiva de la historia es un honor o todo lo contrario, la más dura de las vergüenzas:

  1. Yo no soy un pesimista. Un pesimista es el que espera la lluvia. En cambio yo, hasta en el día más soleado del año,  estoy entero mojado. Leonard Cohen
  2. “Conócete a ti mismo” – ¿? ¡! – Si me conociera  a mí mismo, intentaría escapar. ¿Pero cómo escapar de mi mismo? ¿A dónde? Goethe
  3. Las leyes son resultado de la decepción más profunda de la naturaleza humana. José Ortega y Gasset
  4. Dios murió. Nos encontramos en un vacio infinito. Nietzsche
  5. Cada día que pasa es otro valle y otro monte que la muerte conquista. Amos Oz
  6. En el mejor de los casos la vida es mala, en el peor de los casos la vida es terrible. Janoj Levin
  7. ¿Hay vida después de la muerte? ¿Descubriremos algún día que esta vida era sólo un mal sueño? Tiene que ser así, no puede ser que fuimos creados para este sufrimiento. John Kits
  8. La vida es asombrosamente corta. Ahora, al recordarla, se me aparece tan condensada que, por ejemplo, casi no comprendo cómo un joven puede tomar la decisión de ir a caballo hasta el pueblo más cercano, sin temer (y descontando por supuesto la mala suerte) que aun el lapso de una vida normal y feliz no alcance ni para empezar semejante viaje. Kafka
  9. Desde el punto de vista del joven, la vida es un infinito futuro. Desde el punto de vista del viejo la vida es un cortísimo pasado. Artur Schopenhauer
  10. El planeta tierra es el  infierno de otro planeta. Aldus Huxley

Esta frase por sí sola me impidió dormir algunas noches, pensando que quizás existe una realidad paralela a la nuestra, la que a su vez es la causa de nuestras desgracias. Ese planeta por supuesto sería nuestro cielo, y la imposibilidad de acceder a él nuestro suplicio.

Siguiendo esta línea de pensamiento me encontré con la idea que a su vez nuestro planeta sería el paraíso de un planeta aun más infernal que el nuestro, sin embargo, esto no consoló para nada los suplicios en esas noches. Todo lo contrario, un juego de espejos entre mundos paralelos, concéntricos uno con el otro, me recordaba el memorial de los niños de Iad Vashem: una claustrofobia del infinito.

Esta última sensación fue la que llevó a la frase de Huxley a obtener  el primer  premio de frases deprimentes… claro está, una vez terminada la competencia me recordé a mí mismo que “el pesimismo es pereza intelectual” (Colin Wilson) y seguí con mi alegre vida.

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