Pesaj: el deber de hacer libres a todos los que lo necesitan.

por GUSTAVO MICHANIE, Judíos Argentinos Gay (JAG)

 

Los Judíos de Israel y de todo el mundo celebramos Pesaj, que significa la salida del Pueblo Judío de Egipto. Los seres humanos debemos ser libres, ese es el gran mensaje de la festividad.

¿Cuántas veces en nuestras vidas sentimos que vivimos en libertad, y cuántas otras decimos ser libres pero sabemos que eso no es cierto? Algunos creen tener esa sensación simplemente por no tener que dar explicación sobre algunos aspectos de su vida, o de sus actos.

Sabemos que en nuestra Comunidad muchas personas LGBT viven escondiendo una parte de su vida, por el temor de ser rechazados. ¿Es eso es vivir en Libertad? ¿No hacemos acaso comentarios jocosos o agresivos cuando vemos a otras personas que son distintas a nosotros?

El sabio judío Ajad Haam sostuvo: «Fue más fácil sacar a los hijos de Israel de Egipto que sacar de adentro de ellos a Egipto». Nos aferramos a muchas cosas, somos esclavos de valores que aceptamos pasivamente sin cuestionar.

La verdadera libertad del individuo -y del pueblo- es ser fiel a sí mismo y elegirlo todos los días. Cada uno examinará su conciencia y elegirá entre el bien y el mal, elegirá ser solidario o no, respaldar a los que están oprimidos, ayudar. Tenemos libertad en cada una de estas decisiones personales.

La lista es infinita, pero podríamos agregar rechazar la opresión, oponerse a las tiranías, valorar las discrepancias y la multiplicidad de opiniones, respaldar las diferencias, y por este camino, entender la ética en la que está basada el Judaísmo.

La diversidad ya es apoyada en la propia Hagada. Gracias a ella sabemos que hay cuatro niños que constituyen la metáfora de la diversidad y que es necesario respetarla: «educa al joven según su camino», y poder reconocernos en esos cuatro niños; Sabio: busca respuestas profundas y diversas. Curioso: escucha maravillado. Rebelde: no acepta lo tradicional y quiere explicaciones personales. Silencioso: no se manifiesta pero tiene la necesidad de experiencia.

Pesaj es una fiesta familiar. La libertad es en su inicio una experiencia familiar. Las familias se abren o se cierran. Por eso en Pesaj lo primero que se hace es abrir la puerta “para que el que tenga hambre, entre y coma”.

Pesaj es la fiesta de la apertura al otro, al extraño, al extranjero.

Recordando esto, transformaremos el mundo desde nuestro lugar. Si te matan o te insultan, o te excluyen por judío, por negro, por argentino, por chileno, por comunista o por homosexual, no salimos a defender el derecho de una parte, sino el de todos.

Está en nosotros mirar a nuestro alrededor, liberarnos del propio esclavo y también conceder y garantizar desde nuestro lugar la libertad a los demás.

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