Bachelet promete fin al lucro en la educación: ¿Capitalización de los movimientos estudiantiles o verdadero cambio político?

por NATALIA DUEÑAS, Est. Periodismo, U. de Chile.

 

El 2011 fue un año que quedó marcado por el auge de los movimientos sociales. Si bien el estudiantil fue el más extenso, movimientos como el que hubo en Aysén o Freirina determinaron una nueva forma de demostrar un descontento; todos ellos cumplen la misma lógica de gritar un desacuerdo con las reglas del juego.

Sin duda el movimiento estudiantil logró marcar en la pauta política un tema que no se había tocado antes, la validez del lucro en la educación. Después de ese año,  la palabra lucro se incluyó en el diccionario popular.

Dos años después, el problema con el lucro sigue vigente pero de manera distinta. Ya no son unos cuantos miles de estudiantes pidiendo que se elimine, sino que se traspasó a las cúpulas políticas de nuestro país. Los que en algún momento rechazaron las peticiones incipientes del movimiento, ahora la defienden de manera ridícula, en un constante pinponeo absurdo. Basta con mirar la declaración que hace Michelle Bachelet al llegar a nuestro país, si es electa presidenta, eliminará el lucro de la educación.

La misma que siendo mandataria el año 2006 estuvo en el momento preciso para poder realizar cambios significativos a la educación. Recordemos que ese año también fue marcado por un fuerte movimiento secundario que pedía la derogación de la LOCE. Meses de luchas estudiantiles terminaron por componer la L.G.E, una ley que si bien cambia algunos puntos específicos, continúa con la lógica de una educación de mercado, beneficiando a unos pocos.

Es justo mencionar que en las demandas puntuales que exigía el movimiento secundario no se mencionaba el lucro de manera directa, sin embargo, los estudiantes apelaban a un cambio significativo en la forma de entender y practicar la educación en Chile. Es importante mencionar que son los mismos políticos que participan de este sistema lucrativo.

Es en ese contexto que la ex presidenta y actual candidata tuvo la opción de generar un cambio, de evitar de alguna forma que empresarios participen de este negocio tan beneficioso para ellos, donde rápidamente recuperan la inversión hecha.

Aquí me pregunto, ¿es oportunismo el de la nuevamente candidata presidencial? ¿Lograron efectivamente capitalizar los movimientos sociales para utilizar sus demandas como plataformas para su triunfo? Es posible que en su momento Bachelet no haya podido hacer nada, pues no contaba con el respaldo político, y es idealista pensar que los movimientos sociales lograron poner en el tapete temas antes ocultados. Es por eso que pregunto ¿se puede confiar en la clase política? ¿creemos en que pueden realizar cambios verdaderos?

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Un comentario

  1. Es absolutamente imposible confiar en la clase política por que defienden privilegios de clase. Creer que Bachelet terminará con el lucro es no entender que las diferencias con la derecha son apenas un maquillaje en temas valóricos. Tb es bueno hacer la diferencia: fin al lucro no es lo mismo que educación pluralista, laica, de calidad y gratuita para todos.

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