A 70 años del Levantamiento del Gueto de Varsovia: Recordar, nunca olvidar.

por ARIEL BOHORODZANER, Est. Derecho, U. de Chile. Presidente Federación de Estudiantes Judíos.

Hoy fue la conmemoración de las más de 6 millones de víctimas asesinadas por el régimen Nazi, pero además conmemoramos a la gente que desafío el destino inminente y se negó a sucumbir sin dar la lucha, a los que lograron superar el terror paralizante y escabullirse de las garras de la muerte y la gente que arriesgo su propia vida por no poder permanecer de brazos cruzados al ver las atrocidades que los seres humanos somos capaces de realizar.

Entre los sobrevivientes de esta horrible masacre se encontraba mi Bobe (abuela) Peska (Paulina) Tider Z”L, quien falleció este mismo día donde se honra la bendita memoria de sus padres y hermanos que fallecieron por haber nacido judíos.

Mi abuela a los 18 años, después de que la expulsaron de su escuela, de destruir su forma de vida, de ser echada de su casa y ser obligada a vivir hacinada en una pequeña cocina con una sola cama para los 7 miembros de la familia, pudo recién escapar del ghetto, tomando la terrible pero necesaria decisión de dejar atrás a su familia, sabiendo que podría no volver a verlos. Logró escapar gracias a una amiga, Wanda Bielarz, y su familia, que no era judía, ya que su hermano que trabajaba en una oficina de empleos, arriesgando la vida de toda su familia, pudo conseguirle papeles falsos y un trabajo como empleada en una zona rural de Alemania.

Sobrevivió la guerra escondiendo su identidad judía, pero vivió el resto de su vida reforzándola y transmitiéndosela a su familia que hoy B”H ya cuenta con 6 bisnietos. Su legado es inspirador y un ejemplo para cualquier persona, demostrando que de las peores condiciones es posible surgir con dedicación y esfuerzo, pero por sobre todo amor por sus seres queridos y la esperanza de que el futuro que les está heredando puede ser mejor. Es por eso que aparte de inculcarnos esos valores, ella escribió sus memorias para que nunca olvidemos que fue lo que sucedió y más aún para que hagamos algo al respecto.

En su compromiso con el judaísmo, mantuvo una sinagoga con mi abuelo, siempre se preocupó de hacer Jesed y tuvo un fuerte vínculo con Israel. Y no por el motivo de que todos los horrores que vivió se podrían haber evitado al tener un Estado judío, sino porque consideró que es parte de nuestro derecho auto determinarnos en nuestra tierra ancestral y es nuestra obligación construir una sociedad tolerante, donde hemos cosechado un país libre y comprometido como ningún otro con los DD.HH, a pesar de lo que digan sus falaces detractores, convirtiéndose hoy en día en el único refugio para las víctimas de genocidios, como los sudaneses que me tocó atender cuando trabaje en la frontera con Egipto.
En este tan triste día, que recordamos a los que ya no están con nosotros por la barbarie humana, tengo algo de alegría al saber, que lo que sucedió no fue vano, y hemos aprendido de que lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada.

Por lo que quiero agradecer a mi familia y especialmente a mi Bobe por ser un ejemplo de ser humano, el cual me ha inspirado a tener el coraje de seguir su camino en tratar de aportar, aunque sea un poco, a que el futuro sea mejor que el presente.

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