Facebook, una inventada puesta en escena fuera de la realidad.

por BENJAMIN LEWKOW, Est. Medicina, U. de Chile.

 

El deseo de comunicación y conexión entre los seres humanos es imperativo y necesario por nuestra naturaleza social. En este contexto, el hombre a lo largo de la historia ha perseguido constantemente la utopía de la conexión ilimitada con sus pares, y por ello de los más destacados inventos tecnológicos de los últimos siglos, muchos se dirigen rumbo a este horizonte.

La revolución del internet apuntó a la conexión simultánea a través de múltiples programas como ICQ, Messenger, y otros muchos que tal vez no alcanzaron tanta popularidad. Pero todavía primaba una interconexión persona a persona,  donde no se alcanzaba la complejidad del sistema social, sino que seguían siendo más bien lineales.

Pero con el invento de Facebook, el concepto de conexión vía internet cambió por completo, pasando de ser una plataforma de relación social, a una extensión de la sociedad, casi una sociedad en sí misma.

Pese a que esta aplicación tiene un sinfín de utilidades, tanto en el plano individual (conexión interpersonal con individuos distantes) como social (organización de masas), también posee elementos cuestionables. Uno de ellos, el más preocupante, la escenificación de la vida. Facebook nos permite inventar el perfil que nosotros deseemos para mostrar a otros y someternos a su juicio y aprobación, nos permite manipular esa información que es imposible de controlar en una interacción persona a persona, en síntesis nos lleva a diseñar un personaje que queremos mostrar al mundo, pero posiblemente no lo que realmente somos.

¿Cómo esto repercute en las interacciones sociales y en el deber ser de cada sociedad? Si tratamos de controlar lo que los demás saben de nosotros, se podría entregar como información solo éxito y victorias, esto llevaría a una concepción de exitismo como valor imperante en la red social, generando angustia en aquellos que observan esto, pudiéndolos llevar a la dicotomía (extremando el análisis): continuar con esta competencia por el éxito o generar resentimiento y disminuir su nivel autoestima debido a la sensación de inferioridad.

Si esta situación fuera real, no tendríamos más opción que aceptarla, pero el punto central es que a pesar de que parece serlo, no lo es. Facebook es una plataforma de interacción social, no una realidad establecida (pese a que el lenguaje crea realidades), por lo tanto genera un proyecto de éxito que si bien puede llegar a ser real, muchas veces solo corresponde a una forma de manipular la información, y por otro lado, ayuda a generar una alienación social, a intentar vivir la vida de los demás y competir contra la sensación de éxito que otros posiblemente inventan.

Frente a esto, invito a todos los usuarios a vivir su vida, a ir a la montaña, conocer a su media naranja, a escribir un libro, plantar un árbol y a olvidar qué tan bien salimos en la foto, o cuan entretenido queremos mostrar que lo estamos pasando a mucha gente que ni siquiera le interesa saberlo.

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