Falsas libertades posmodernas.

por KAREN LEHMANN, Arquitecta, U. Central.

¿Cuál es el tema cotidiano, doméstico y sumamente presente en la dualidad de tantas madres judías, culposas entre el cultivo personal y estar presente para los hijos?

La mía, mi hija mayor, está de cumpleaños. El número seis. Ya casi todos los hacen separados entre niñas y niños. Bueno entonces, solo niñas. ¿Dónde? ¿En el estadio israelita, una chocolatería? ($15.000 por niña, solo un poco menos que mi fiesta de matrimonio) Me sugieren un spa, es algo muy de moda en estos días y sumamente apetecido entre madres e hijas. Ya le tocó ir. Les ponen una bata de raso, las peinan, maquillan, les hacen las uñas y equilibran entre dos dedos las pizzettas, ya que la pintura (de uñas) está fresca. Después, la guinda de la torta: el desfile.

En esta línea, no puedo dejar de hablar de cómo los dispositivos de poder se articulan directamente en el cuerpo, en situaciones, procesos fisiológicos, gustos, emociones, etc. El cuerpo es un texto donde se escribe la realidad social. A través de estas entidades, se dota al individuo de estrictas normas corporales; de una manera de actuar y de obedecer, que de ser exitosa, es un garante del orden social.

En la actual sociedad de consumo, existen prácticas discursivas muy ligadas a la estimulación de la belleza física y al consumo como fines en sí mismos. En este sentido, estamos concibiendo el concepto de sociedad de consumo en contraposición con el de sociedad de necesidades, de períodos culturales precedentes. Este cambio ha dado paso a la instauración de necesidades artificiales en el individuo; su subjetividad ha sido invadida con imposiciones desde el sistema de producción, la publicidad y la moda, por nombrar algunos. En esta lógica, las necesidades pasan de ser vitales a impuestas. El individuo transita de tener la necesidad de comer, a requerir determinados productos light, diet, etc. Esto es debido a que la acción se acomoda y encamina en función de las exigencias del sistema productivo.

Las necesidades buscan alcanzar la condición de trascendentes, mostrando al consumo como la vía hacia la consecución de la perfección, la autoestima y el éxito social. Si el problema de los equilibrios mal establecidos de los siglos anteriores consistía en producir lo necesario para cubrir las necesidades, el nuevo problema consiste en crear las necesidades para poder consumir lo que se produce. En esta lógica, el consumo busca representar la forma posmoderna de libertad, en donde el individuo cree que actúa libremente, pero su independencia usualmente choca con las prohibiciones establecidas por la convivencia.

Bajo este orden de ideas, el deleite de ser joven, ya sea con la asistencia de la cirugía o del ejercicio físico, hermanado a todos los accesorios que son posibles de comprar, han proporcionado un mercado distinto; el de la belleza como la gran mercancía. Es este mundo subjetivado en donde el cuerpo hermoso y delgado es un nuevo santuario. El control del peso se transforma para muchos en el eje de la vida, el punto de partida de la gran carrera, ser joven cada vez más, en la medida en que se es menos. Buscar nuevos atributos al cuerpo, es cambiar la imagen, buscar mayor aprobación, es caminar hacia estar en forma y ser feliz. No obstante, Foucault diría, es obedecer al sistema normalizador imperante.

Mejor haré una fiesta en mi casa donde las niñas adornen sus cuadernos, les peguen figuritas de goma eva y compartan una linda tarde de sol de otoño.

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2 comentarios

  1. Que cierto todo lo que escribes Karen, encuentro cortar la infancia a esas pobres ninitas con tanta parafernalia sensacionalista fashionista y tan pobre de creatividad, espero que las cosas hechas a mano hayan quedado hermosas, porque que esmas importante que pasarlo bien creando?

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