Campeonato largo, ¡por favor!

por SIMON MÜNZER, Ingeniero Comercial, U. Diego Portales.

Cuando se determinó que en Chile se jugarían dos torneos anuales, con sistema de playoffs para definir al campeón, sus defensores no tardaron en enumerar sus cualidades. Se ganaba en emoción con los enfrentamientos pareados tras la fase regular, más público en los estadios (sobre todo en las etapas finales) y mayores chances para que los equipos “chicos” pudiesen pelear por la corona. Todas estas afirmaciones eran ciertas, pero al cabo de un tiempo, los defectos de dicho sistema parecieron consolidarse por sobre las virtudes.

En el caso chileno, estamos actualmente viviendo el llamado “torneo de transición”. Este torneo, es también un torneo corto, pero con la diferencia que esta vez es sin playoffs. Es cierto que este sistema de campeonato nos tiene hoy día viviendo uno de los finales mas emocionantes de los últimos años (con 4 equipos peleando palmo a palmo por la gloria), pero no nos olvidemos que este tipo de certámenes también fue el que aniquiló la competencia local en Uruguay y que tiene hace años agonizando al torneo argentino. Además de todo esto, recordemos que es solo de transición.

¿Qué significa esto? Que una vez que el campeonato finalice, éste será llevado una vez más a la urna para que nuestro selecto grupo de dirigentes vote. Por cierto, y solo como un dato, en los medios ya se especula con el regreso de los playoffs para el próximo campeonato.

El principal defecto de este tipo de campeonatos es el que dice relación con la histeria colectiva. Hay una irremediable urgencia por el resultado inmediato y por la decisión directiva apresurada. Hoy en día abundan los refuerzos que firman por seis meses, y si no anotan a lo menos veinte goles, simplemente no sirven. Existe además la histeria por transferir a la primera oferta que haya a los buenos jugadores, sin importar que carezcan del desarrollo propio que debe alcanzar un futbolista (Ángelo Henríquez y próximamente Nicolás Castillo entre otros ejemplos).

Con esto, tenemos planteles que llegan a jugar los torneos internacionales con entrenadores recién asumidos (Darío Franco), con sus baluartes jugando ya en otros equipos, y con hinchas exigentes y mal acostumbrados que se sentirán terriblemente defraudados si no ganan la Copa Libertadores (como si el fútbol chileno fuera una potencia continental).

La década del 90 fue gloriosa en términos de buenos resultados para nuestros clubes a nivel continental. Colo Colo ganó la Libertadores el 91. Católica fue subcampeón el 93. La U llegó a semifinales el 96, Colo Colo el 97. Unión Española se encumbró a los cuartos de final en 1994. En las cancha chilenas, fue posible ver en esa década a jugadores extranjeros que fueron un real aporte. Sergio Vargas, Alberto Acosta, Néstor Gorosito, Marco Etcheverry, Leonardo Rodríguez, Sergio Vásquez, Richard Báez, Flavio Maestri. Ninguno de estos procesos se acabó de la noche a la mañana. Ninguno de estos jugadores mencionados habría firmado contrato por seis meses. Todos se quedaron por más de una temporada, aportando a sus equipos y al nivel de la competencia.
El resto de los argumentos a favor del torneo corto son muy relativos, porque no gana necesariamente el mejor. Son los equipos grandes los que “botan” el certamen regular, generando un espejismo, ya que aceleran al final y terminan quedándose con la corona. Aparte de Everton el 2008, el resto de los títulos han sido para los cinco equipos que más trofeos han ganado en la historia (Colo Colo, la U, Católica, Cobreloa y Unión Española), y cuando un equipo sin tanta tradición llega a la final, son vencidos con distancia. Le pasó a Rangers, U. de Concepción, Audax y a Coquimbo Unido.

Sumado a esto, es bueno recordar que el último de los torneos largos lo ganó Santiago Wanderers, después de 33 años. En un campeonato largo irremediablemente ganan los mejores.

¿Es más atractivo el torneo corto? Creo que sí, ya que efectivamente tienen más suspenso y son más vendedores para los medios de comunicación, pero son injustos y lo que es peor, son pan para hoy y hambre para mañana. Algún día no estarán los Sánchez, Vidal, Suazo, Medel y Bravo para levantar a la selección, y cuando haya que echar mano a los jugadores del medio local, veremos que el campeonato estará pulverizado. Aún hay tiempo de remediar esto, para que no sigamos viviendo de generaciones gloriosas, esas que se dan de tanto en tanto.

Publicaciones Similares

2 comentarios

  1. Buen articulo! Comparto la idea de campeonato largo, sobre todo como el que propuso la U los últimos 2 años, en el cual los 1ros 3 clasifiquen a libertadores, los siguientes 4 a la sudamericana, y los últimos 4 promoción o descenso, con eso hay 11 lugares en disputa (para bien o para mal) q permite que todos lleguen a las ultimas fechas peleando algo.

  2. Muy bueno tu artículo. Me gustaría agregar que el torneo corto con Playoffs rara vez ofrece «justicia deportiva» considerando que del total de dichos torneos (más de 20), son contados con los dedos de una mano los equipos que tras ganar la fase regular se consagraron campeones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *