Lo gay y la sociedad de consumo: tal para cual.

por FEDERICO DE MENDOZA, Agnóstico.

 

A veces no sé si lo que me pasa es un descontento frente a lo gay en general o si es una disconformidad frente a lo superficial de la sociedad de consumo actual, donde lo gay saca lo peor de ella. Estando próximo a entrar en la década de los 30 años, esto aumenta la complejidad de mis cuestionamientos, no solo lateros y existenciales, sino además nostálgicos y mañosos. Viendo a mí alrededor cómo mis amigos van consolidando proyectos de largas relaciones que se convierten en flamantes matrimonios con radiantes hijos, me despierta aún más interrogantes sobre cómo darle sentido a mi vida.

El viernes pasado andaba particularmente prendido y decidí ir a bailar. Fui a la fiesta gay de niños bien del fin de semana. Le tenía fe, no sé por qué. En el momento en que entré al lugar, pensé que cresta estaba haciendo metido ahí. Primero, me sentí mayor. Muchos jovencitos sin un solo pelo en la cara, como que la pubertad no les dejó ni un atisbo de barba. Todos bastante parejitos. Poleras de colores, pelo perfecto para una noche prometedora. Luego, me sentí tonto, pensé que era mucho más clever que eso, que mis intereses no estaban ahí. En el culto al cuerpo y la belleza física, a pesar de que me hayan favorecido, igual lo encuentro básico. Si no nos cultivamos también en otros lados, estamos perdiendo el tiempo. Aunque mi pololo fuera un top model, si no piensa, qué gracia… pa’ la casa.

Decenas de miradas entrelazándose por minuto entre todos esos chicos, buscando concretar una cacería directa. Después de un par de miradas, y con la aprobación de una sonrisa, la nueva pareja puede estar devorándose públicamente a las 3 o 4 canciones, si es que se aguantan. Y esto no es radicalmente distinto de lo que pasa entre hombres y mujeres en el común de las discos de Santiago. Solo que por acá está todo más exagerado. Es todo más rápido, más candente, más evidente, más liberador. Y además, hombres y mujeres tienen muchos más espacios de conocer gente, algunos mucho más enriquecedores en la construcción de vínculos sociales más fuertes. Por otro lado, los espacios gay están completamente inmersos en una ética de consumo inmediata, de hombres, de satisfacciones, de experiencias, donde además, todo está sexualizado a través del mercado. Las publicidades para el público gay en su gran mayoría implican hombres con cuerpos perfectos y poca ropa, como si fuéramos así de idiotas y básicos para todo. En el mundo hetero, si bien hay harta mujer en bikini acompañando latas de cerveza, igual hay muchos más temas.

Esa noche me encontré con varias personas que me agradan, incluyendo uno de mis mejores amigos del mundillo, y no logré ninguna conversación relevante. Miraba con mi ron la pista de baile y ver a todos esos tipos moviendo sus caderas al ritmo de Britney o Madonna me mataban todas las pasiones al instante, como si me dieran un anti-viagra. De repente, pusieron Chico Trujillo, gracias a D-s, pero era “Loca” y la mayoría de los presentes se liberó. Lo mismo produjo Shakira con su canción del mismo nombre, pero de una manera aún más vergonzosa.

Lo que más me llama la atención es que en estas fiestas hay varios grupos de amigos que se repiten siempre y se ven todos muy felices, lo que me hace sentir aún más la oveja negra del grupo. Para la gran mayoría, ese grupo de amigos gay con el que salen a bailar debe ser su primer grupo de amigos, el más importante, con el que se construye lo más significativo para nuestro futuro. Pero ¿dónde están los grandes amigos del colegio, esos de toda la vida? ¿O esos profundos hermanos que se hacen en un movimiento juvenil? ¿O los tremendos amigos que se hacen en la universidad? Cambiamos las amistades reales por estas nuevas amistades, muchas que nacen o de ambientes virtuales (por internet) o en espacios de esparcimiento/consumo (irreales). ¿Dónde se va la interacción real?

Me pregunto qué tan sola puede ser la identidad gay frente a lo hetero que se refugian tanto y exclusivamente en sus nuevas amistades gay, que terminan priorizándolas e incluso, dejando de lado a sus amigos de toda la vida. No entiendo por qué un gay no tiene en su mayoría amigos hetero, si así fue como nos socializamos. Nos inventamos nuestro propio gueto cuando deberíamos estar ganando un espacio en plena sociedad, en lo más público y social de la palabra, desde dentro y no desde lo marginal. Cada uno sabe como pelear su batalla y sabe cuáles son sus mejores armas.

Nuestra identidad gay debe salir de los espacios de consumo. Ser gay no puede medirse en ir de compras al mal. Debemos tomar roles de liderazgo social relevantes en nuestra sociedad, políticos o comunitarios, y participar de los espacios culturales y de diálogo y reproducirlos. Estar desarrollando el lado izquierdo del cerebro también es positivo. Uno debería llegar a su casa en la tarde-noche convencido de que lo que hago debe tener un sentido y algún tipo de misión con la sociedad. Estamos acá para mucho más que para vernos bonitos y vestir bien. Pensar, actuar y movilizar.

El ambiente gay actual, otro mal hijo de la sociedad de consumo, está construyendo principalmente amigos de consumo, al igual que una sociedad como la santiaguina de hoy. La revolución del amor va en rescatar lo más profundo e íntimo del vínculo entre las personas.

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4 comentarios

  1. de acuerdo! es un problema que trasciende a la sociedad completa, el materialismo y consumismo, donde se valora por lo que tienes y no por lo que eres, terminando en fetiches sobre dramatizados de ropas y peinados que terminan en lo ridículo. Ya que vas por los 30, Jet set de SodaStereo!!!

  2. Gracias por compartir tu visión. Personalmente no comparto todo lo expuesto acá. Soy gay, tengo 25 y trabajo como voluntario en una ONG de la diversidad sexual. Creo que no nos deberíamos quedar solamente con los estereotipos que se han construido sobre gays y lesbianas. No a todos los gays les gusta salir a bailar, salir de compras, tirar con un minos en discos, etc. Es cierto que algunos viven muy dentro de un «guetto» pero también hay personas que desarrollan sus vidas integrados en el mundo hetero, que quizás ni tienen tantos amigos gays y que pueden tener expectativas en la vida distintas que salir de compras o disfrutar de la vida nocturna.
    El hecho de que algunas personas homosexuales tengan vínculos muy estrechos con amigos de su misma orientación se puede explicar también porque a veces el rechazo familiar hace buscar nuevos espacios de aceptación o a falta de una familia tradicional se fortalecen lo vínculos con los amigos.
    Saludos

  3. Tengo 29 años y siempre me ha parecido que para encontrar los errores en cualquier situación, en cualquier lógica o cualquier supuesto social debemos mirar hacia donde están puestos los ojos de la mayoría de la población. La masa siempre se equivoca…

    De repente, voilá!, nos aman!!!… Por que?, a que viene que de pronto lo gay se haya puesto de moda? A que viene esto,que agenda pretenden imponernos con gran disimulo?

    Como siempre me ha gustado verle las 5 patas a cuanto gato se me cruce por el frente me he comprado el libro «the velvet rage» y me lo he comido por entero. No solo eso, sinó que tambien me he puesto a estudiar lo patrones de conducta de la poca sociedad gay que me he encontrado en esta minuscula parte del mundo en la que me encuentro, y he llegado a la conclusion de

    – no dejarme influenciar por el establishment en el cual se pretende inculcar un tipo de conducta bastante extraño entre la sociedad de caracter homosexual, como que si de no tenerla cometes pecado mortal (modas?)…

    – Decidí no hookupearme con nadie hasta que encuentre a la persona indicada, con motivo de evitar banalizar aquello que nos hizo salir del closet en primer lugar: la necesidad de aceptacion, afecto y felicidad… Cosa que de ser banalizada da lugar al gran cinismo del cual muchos de nosotros hemos hecho un arte.

    – Desarrollarme profesionalmente y llegar a ocupar un hueco importante dentro de la sociedad

    Pareceria que estoy haciendo una lista de mis aspiraciones egoistas (cosas que a nadie le interesan), pero la verdad es que son altamente importantes puesto que creo que cada vez que una persona se topa con uno de nosotros extrapola el resto de la comunidad gay… «deberíamos estar ganando un espacio en plena sociedad, en lo más público y social de la palabra, desde dentro y no desde lo marginal.»

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