Moshé, el peor líder del pueblo judío.

por DAVID ARIAS, Egresado de Música & Sonido, UNIACC. Moré de Judaísmo en el Círculo Israelita de Santiago y Estudiante del Seminario Rabínico Latinoamericano, sede Chile.

 

No cabe duda. Moshé ha sido el peor líder de la historia del pueblo judío. ¿Qué clase de líder tiene problemas de oratoria o dificultades para hablar? ¿Qué clase de gran líder está 40 años en el poder, sin ser capaz de delegarlo? ¿Cómo Moshé, quien suponemos fue el guía más grande del pueblo judío, no hizo ningún curso de liderazgo y/o coaching en Harvard, Oxford o en cualquier institución del estilo? Nadie con dos dedos de frente diría que Moshé es el gran líder del pueblo judío, si ni siquiera conoció la tierra de Israel. Hoy cualquier líder judío, al menos ha ido a 1 curso de capacitación en Israel.

¿Cómo es posible que Moshé no haya aparecido en la portada de ningún medio comunitario, newsletter, blog o página web de la comunidad? Moshé no tenía Facebook ni mucho menos twitteaba en favor del estado de Israel. Moshé no usaba instagram subiendo fotos de sus hijos yendo a la Tnuá.

Moshé no pertenecía a ninguna comunidad ortodoxa, jasídica, neo-ortodoxa, reformista, masortí, reconstruccionista, ni post denominacional. Nadie puede ser líder si no es miembro de algún comité, directorio, comisión o institución benéfica en favor del estado de Israel y de la comunidad local.

Moshé no recibió ningún reconocimiento o diploma en ningún lado ¿Cómo alguien que no cumpla con estos estándares mínimos de liderazgo comunitario puede ser llamado “El mayor líder del pueblo de Israel”? Moshé no tenía ninguna de estas cosas, pero tenía otras que a nosotros nos faltan y en grandes cantidades.

Moshé tenía una pasión única por la conducción de Am Israel, nadie ha tenido nunca una entrega semejante, realmente 24/7. Moshé no hacía otra cosa que no fuera dedicarse a guiar al pueblo judío. Moshé sabía a dónde quería llegar, conocía los objetivos, en términos institucionales: la visión, la misión, la razón de ser de su liderazgo.

Moshé contaba nada más ni nada menos que con la aprobación del mismísimo Creador. Moshé comprendió que el liderazgo y la educación del pueblo no era una cosa de un año o dos, del exitismo y la inmediatez, sino muy probablemente de 40 años o más. Moshé no pretendía figurar, de hecho en una ocasión le pide al Todopoderoso que lo borre de su libro, la Torá (Éxodo 32:32). Moshé no tenía ansias de poder. Tal es así que supo entregar su liderazgo a su sucesor, Yehoshúa, sabiendo que no podía completar la tarea de llevar al pueblo hasta la tierra de Israel.

Quizás la grandeza de los grandes líderes, valga la redundancia, radica en saber que no son dueños de la tarea ni de los objetivos, ni de sus instituciones, sino una herramienta mediante la cual, la comunidad puede crecer en calidad y ser más fiel a sus principios.

Moshé, además de la aprobación de D’s, tenía la aprobación del pueblo. Recordemos que en la antigüedad no existían instituciones que otorgaran títulos rabínicos como hoy (no es una crítica, es un hecho) sino que el “título” al Rav, se lo daba su gente. El pueblo le consultaba a Moshé cuando tenían problemas, y Moshé supo, sin ser perfecto, responder a esas necesidades.

Todos los días, al comenzar y terminar la tefilá de Shajarit, reconocemos en palabras de Maimónides que no se ha levantado dentro de Israel un profeta como Moshé. Según Abraham Joshua Heschel, el profeta no es el que puede vislumbrar y adivinar el futuro, sino alguien que puede mirar a su alrededor, leer la situación y ser capaz de decir: “Si esto sigue así, tales cosas van a suceder”. Para eso no se requieren habilidades espirituales superiores, ni cursos de liderazgo, sino estar conectados a la realidad en la que se vive, conocer a la gente, sus problemas, sus alegrías, inquietudes y necesidades. Tal como lo conocía Moshé.

El mundo tecnológico, organizacional, mediático y social está disponible para que nuestras kehilot, colegios y tnuot sean mejores, pero ese mundo es una herramienta para el liderazgo y no el liderazgo en sí mismo. Pensemos que si a eso le sumamos lo que Moshé si tenía, cuán lejos podemos llegar.

Ciertamente tenemos más herramientas a nuestro alcance que en la época de Moshé, muchas veces sólo nos falta la pasión, la entrega y la visión que él tenía. Quizás si unimos esas cosas podamos ser recordados, sin tener la intención de serlo, como los mejores o los peores líderes de la historia de Am Israel.

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2 comentarios

  1. Moshé tiene algunas cosas a su favor, sin duda, pero recordemos que, motivado por su intolerancia religiosa, asesinó a tres mil de sus seguidores en un solo día (no es difícil deducir que sin un juicio justo ni debido proceso) Exodo 32:28. Esto tal vez no lo hace el peor de los líderes, pero casi…

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