Políticos idiotas, en el sentido griego.

por NICKY ARENBERG, Est. de Derecho, U. de Chile. Vicepresidente Federación de Estudiantes Judíos. Coordinador de Actividades El Diario Judío.

 

Con el auge de las redes sociales, la descalificación pública ha llegado para quedarse. La poca responsabilidad y la liviandad con la que nuestros políticos y personajes públicos se desenvuelven en sus declaraciones, tweets, entrevistas y discursos son increíbles. Cada agravio es respondido con otro y deviene inevitablemente en un espiral interminable de disculpas, insultos y declaraciones que no dicen nada del fondo de los asuntos que suscitaron los insultos en primer lugar.

En las últimas semanas, hemos visto como este clima de hostigamiento y lucha mediática constante ha escalado exponencialmente. En ningún orden en particular -y sin ninguna pretensión de ser una lista taxativa- durante la última semana hemos visto, leído o escuchado a: Evelyn Matthei gritándole a Osvaldo Andrade!Concha de tu madre!” en el parlamento; Tomás Jocelyn-Holt en Tolerancia 0 diciendo que “Se acaba de regalar el cupo a Camila Vallejo en La Florida porque está embarazada”; Hugo Gutiérrez twitteando “El muy idiota (Piñera) preparó la Cuenta Pública para hacerle bullying a Michelle Bachelet y ésta no fue. Este es buen momento para Michelle Bachelet. No justifique nada”; y un etcétera obscenamente largo que no distingue entre bandos o colores políticos.

Estas salidas ofensivas y sin mucho sentido han llevado a declaraciones y contra declaraciones, a justificaciones y casi ninguna disculpa. Como el mejor ejemplo posible del nivel de ridiculez que alcanza esto, Hugo Gutiérrez tuvo el tupé de decir que el insulto a S.E. Sebastián Piñera “viene de los griegos cuando hacían referencia a una persona engreída, que se preocupaba sólo de lo privado, se preocupaba de sí mismo y no se preocupaba de la polis”, como si eso lo absolviera y justificara en su actuar. Estos mismos políticos que van juntos al gimnasio del congreso, que toman café y comen juntos como amigos, se han vuelto enemigos públicos, enemicus en el sentido Schmittiano que cierto Profesor de la UAI enfatizó en las entrevistas que dio al ser nombrado parte de la comisión de reforma constitucional de Michelle Bachelet.

Lo importante de todo esto es tratar de dilucidar el porqué de esta escalada de descalificaciones y esta exacerbación de la enemistad pública, y creo que la respuesta está en algo que dijo hace algunas semanas en una entrevista uno de los próceres de la descalificación y el ventilador sin filtro de la política chilensis: Don Carlos Larraín. Tras la destitución de Harald Beyer, Don Carlos dijo “La Guerra está declarada”. Sí, la guerra. Porque estamos en año de elecciones, porque cada cupo parlamentario se está peleando y cada punto de encuesta para las presidenciales cuenta. Porque la ciudadanía ha demostrado durante los últimos dos años que quiere debatir ideas y programas, quiere cosas concretas y están cansados de la politiquería de los últimos treinta, pero la clase política debe luchar por su supervivencia y la mejor forma de hacer eso es convertirse en magos y engañarnos a todos.

Así, el nuevo gran truco de la política chilena es divertir la atención del electorado lejos de todos aquellos temas que son propiamente políticos, que son propiamente de campaña, y hacia las peleas y las ofensas. Parece ser que esta dinámica de descalificaciones no son la enfermedad en sí misma, sino que solo un síntoma de ésta. La enfermedad en este caso es bastante más grave y peligrosa para la República, es mucho más que dimes y diretes. La enfermedad de la política chilena actual es que a los políticos simplemente ya no les importa.

No les importa qué quiere la gente, en varios casos no les importa lo que dice la Ley y definitivamente no les importa el futuro de Chile más allá de los resultados de las elecciones. Lo que les importa a los políticos es el cómo hacer ver mal al otro (en buen chileno, cagarse al del lado), cómo hacer que la indignación ciudadana y la desconfianza del electorado apunte a cualquiera que no sean ellos mismos y así asegurarse otro período de comodidad, seguridad y poder.

Esto es una especie de barco que naufraga, donde cada hombre corre por su vida y donde -cómo nos ilustró el Honorable Hugo Gutiérrez- los políticos se comportan como idiotas, en el sentido griego. Esperemos que de aquí al 17 de noviembre podamos ver a través del truco y elegir líderes que no sean unos idiotas. Está en nuestras manos quien nos va a gobernar en el próximo período, y el panorama no es auspicioso.

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2 comentarios

  1. Estoy de acuerdo contigo Nico. Como militante de un partido político me desagrada hasta la indignación cada exceso individual, y más la contumacia recubierta con el mandato que le dieron sus mandantes (el militante) de representar las ideas de un programa político en la escena electoral.

    No sé si sirve de ejemplo, pero acabamos de celebrar los 150 años del SPD Alemán, quizás el partido político que más ideas ha logrado establecer en su largo accionar, y no solo en Alemania sino también en el Cono Sur y Estados Unidos (ambos herederos de la forma de entender la política del SPD). Entre otro logros, el que la RFA sea una democracia moderna, o la propia definición de Alemania misma como una nación multicultural son logros del largo itinerario del partido socialdemócrata.
    Al final, siempre se ha tratado (y seguirá siendo) de +libertad y +democracia tanto como Solidarishkeyt y Cohesión social.

  2. Estoy de acuerdo contigo Nico. Como militante de un partido político me desagrada hasta la indignación cada exceso individual, y más la contumacia recubierta con el mandato que le dieron sus mandantes (el militante) de representar las ideas de un programa político en la escena electoral.

    No sé si sirve de ejemplo, pero acabamos de celebrar los 150 años del SPD Alemán, quizás el partido político que más ideas ha logrado establecer en su largo accionar, y no solo en Alemania sino también en el Cono Sur y Estados Unidos (ambos herederos de la forma de entender la política del SPD). Entre otro logros, el que la RFA sea una democracia moderna, o la propia definición de Alemania misma como una nación multicultural son logros del largo itinerario del partido socialdemócrata.
    Al final, siempre se ha tratado (y seguirá siendo) de +libertad y +democracia tanto como Solidarishkeyt y Cohesión social. En ese esquema la manoseada frase de toda conversación entre militantes «pero hueón, tu sabís que la política es sin llorar», me vale un finfele (5cents o lo mismo que shveml (hongo))

Responder a jzeballojorge Cancelar la respuesta

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