Mujeres recuperando el Parto

por YAEL BENADRETTI, Actriz.

Esta semana se celebró en todo el mundo el parto respetado, con el lema: “Silencio, mujeres pariendo, bebe naciendo”.

Vivimos en una sociedad industrializada en que pareciera que no hay tiempo para nada más que para trabajar y producir, en que buscamos la mejor forma de optimizar nuestros tiempos y recursos, donde más es mejor.

Ha ocurrido lo mismo con los partos, hoy en día es muy común escuchar sobre las cesáreas programadas, los procedimientos médicos, anestesia, etc. Y dentro de todo esto lo único sobre lo que no escuchamos es sobre las mujeres que vamos a parir y sobre nuestros bebés,  y es que el parto se ha vuelto una cuestión médica, una especie de enfermedad que tiene que ser tratada con la mayor rapidez y eficacia.

Es terrible como a las mujeres se nos ha hecho creer que nuestros partos no tienen nada que ver con nosotras, ni con nuestros cuerpos, que es más normal entregarnos a un equipo médico que nos diga qué y cómo traer a nuestras hijas e hijos al mundo como un trámite más, “previniéndonos” del espantoso dolor, no considerando nuestras diferencias e individualidades, convirtiendo uno de los momentos más especiales y únicos en la vida en una vivencia violenta  y abusiva que nada tiene que ver con lo maravillosa y natural que puede llegar a ser esta experiencia.

El parto humanizado es reconocer en la madre y el padre a los verdaderos protagonistas, considerando sus deseos y emociones, tomando en cuenta cómo desean transitar por esta experiencia, ya sea en un centro asistencial o en casa, respetando su intimidad durante el proceso de parto y el nacimiento, permitiendo que la mujer decida la posición que le resulta más conveniente y no relegándola a una cama sin la posibilidad de movimiento,  sin utilizar intervenciones rutinarias que afecten el proceso natural del parto a menos que sea necesario, cuidando así el vínculo inmediato de la madre con su bebe recién nacido.

Es fundamental entender que el parto humanizado se basa en vivir los procesos naturales y humanos con todo lo que implican, respetando el embarazo y el parto como una acción fisiológica perfecta de cada mujer, respetando su diversidad cultural, individual, psicológica, emocional y familiar, es devolvernos a las mujeres el derecho de conocer y decidir.

Debemos recuperar el parto como un evento natural, seguro, saludable y trascendente para el que estamos intrínsecamente preparadas, procurando así no solo la salud de la madre sino también de su bebé, sin subestimar la capacidad innata de nosotras las mujeres para parir, logrando así una vivencia satisfactoria, disminuyendo el número de cesáreas innecesarias y partos traumáticos,  de este modo empezar a ser dueñas de nuestros cuerpos,  de nuestros partos y del nacimiento de nuestras hijas y nuestros hijos.

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