El homosexual en Chile tiene que salir del clóset para encerrarse en la pieza

por JONATHAN RAPAPORT, Est. Psicología, U. del Desarrollo.

 

Ya desde hace un buen tiempo que se ha convertido en tendencia el hablar de Inclusión, pareciendo que este concepto es obligación de practicarlo en una sociedad moderna, occidental, globalizada y en vías de un supuesto desarrollo.

A partir de esta palabra mágica, que pareciera solucionar un sinfín de problemas de discriminación, se han creado diversas instituciones y proyectos que buscan potenciar la inclusión en una sociedad marcadamente discriminatoria, clasista y xenófoba, digna de las sociedades muy poco cosmopolitas, con fronteras geográficas muy pronunciadas, con fuerte poderío de instituciones religiosas intolerantes y conservadoras, y aisladas y olvidadas del sistema cultural, político y económico mundial.

Lo paradójico de todo esto en el pequeño y limitado Chile es que la misma discriminación no discrimine, y que ningún ámbito de la sociedad pueda escapar de ésta, por lo tanto, la discriminación es una expresión máxima de inclusión.

Teniendo esta relación de discriminación-inclusión, veamos la inclusión discriminatoria de la cual se jactan los políticos hoy en día en período de “venta de imagen” y “promesas de campaña”, relacionado específicamente con el famoso AVP (Acuerdo de Vida en Pareja) con el cual han confundido e ilusionado a gran cantidad de personas, logrando un juego de palabra que nos termina por convencer. Este AVP, en palabras sencillas y relativamente prácticas, consiste en transformar una pareja en socios. Destaco la palabra transformar porque es aquí donde se manifiesta la inclusión-discriminación que finalmente termina por ser exclusión.

Este acuerdo les dice implícitamente a una pareja homosexual que legalmente el estado los valida como “pareja” pero los convierte a través de un contrato (al igual que en el del matrimonio) en socios. Es en este punto donde aparece lo que en psicología comunitaria se llama Exclusión Estructural, en donde se presenta una diferencia en las oportunidades al acceso e integración y se genera la desigualdad a un nivel societal.

Todo esto, además de ser un problema social y cultural, se traduce en un problema psicológico para la persona homosexual o la pareja homosexual, porque finalmente un homosexual debe salir del clóset para encerrarse en su pieza y vivir como se las pueda arreglar y establecer una relación con quien pueda vivirla, gracias a las políticas que lo amparan (o desamparan).

Para que los más cortos de mente e intolerantes de la diferencia puedan (o simplemente traten de) entender (sin sentirnos mal, la culpa es de la geografía, la Iglesia y el aislamiento, no suya), quiero hacer hincapié en que una cosa es estar a favor del matrimonio homosexual y de la adopción homosexual (temas que aquí no se tocaron) y otra cosa muy diferente es hablar de las cosas como son, y verlas con un lente lo más objetivo posible, y entender desde este lente que la inclusión no siempre es un avance o desarrollo, si no que a veces se traduce en prácticas oscuramente dirigidas a mantener controladas a una minoría y dejar contenta a una ignorante mayoría.

 “Prácticas de grupos mayoritarios o dominantes de la sociedad en virtud de las cuales los grupos minoritarios o dominados quedan fuera del alcance de la justicia y las preocupaciones morales de la población mayoritaria”. (Bierbrauer, 2000).

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2 comentarios

  1. En el siguiente punto requiero profundización:

    «Es en este punto donde aparece lo que en psicología comunitaria se llama Exclusión Estructural, en donde se presenta una diferencia en las oportunidades al acceso e integración y se genera la desigualdad a un nivel societal.»

    Siendo este la piedra angular de su argumento, llama mi atención que no se aluda a que oportunidades en específico quedan disminuidas en la unión AVP.

    Mi pregunta, por tanto, queda evidenciada desde el párrafo anterior.

    1. Perdón por la tardanza de mi respuesta.
      Lo que quiero expresar con la Exclusión Estructural es el hecho de que el estado cuando crea elemento que buscan incluir, como el AVP, lo que hace finalmente es excluir, porque les da ciertas oportunidades, pero los regulan y diferencian a las parejas hetero de las homo.

      Atendiendo a su pregunta en particular creo que esta más que claro que el AVP les dice a las parejas homosexuales «ey, como gobierno los aceptamos, PERO con reglas diferentes a las de cualquier matrimonio heterosexual»

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