Siria: la gran deuda de la Comunidad Internacional

por KEVIN HES, Est Derecho, U. Católica.

Lo que antes era un escenario latente, impactante y crudo, hoy muta para dar paso a lo sigiloso, habitual y casi invariable en el panorama internacional; nuestra observación respecto de lo que acontece por ejemplo en Siria, por no nombrar otros que se encuentran todavía viviendo la “Primavera Árabe” como Egipto y Libia. Hoy en día, habita un profundo sentido y concepción occidental que se ha incorporado e entrometido en la vida cotidiana de sus habitantes.

Lo que antes parecía distante y prácticamente irreal, comienza a ser parte del sentir común de también las naciones occidentales, intentando derogar por parcialidades un sistema que no satisface el fuero interno de todos sus miembros. Se clama por un giro al “statu quo” que reinaba transversalmente la vida de cada uno de ellos, sin embargo, este mismo punto de inflexión hoy atraviesa un camino pedregoso y es puesto en tela de juicio.

Como habitantes chilenos, tanto la lejanía geográfica como también la distancia cultural que existe entre el mismo centro del conflicto y nuestro país, hacen sumamente difícil analizar la situación que sucede fundamentalmente en Siria, país que ha sido el gran perdedor de toda esta ola, sin siquiera mencionar a las ya prolongadas guerras en Afganistán e Irak, o las masacres étnicas diarias que ocurren en el continente africano. La desinformación, como también el profundo grado de indiferencia, conllevan a que la gravedad del conflicto sea aplacada, dando pie a un mismo círculo vicioso.

Ya se han cumplido más de dos años desde el comienzo del conflicto, donde en sus inicios se proclamaba por una flexibilización del sistema imperante, un grito o llamado a los primeros síntomas de una futura Democracia, antítesis a la concepción política del Medio Oriente, tratando de ser doblegada por el régimen de Bashar Al-Asad.

¿Qué solución se ha dado al conflicto? Ni la más mínima, todo lo contrario, Siria se ha convertido en un verdadero campo de batalla, en donde se contraponen a diario dos visiones diametralmente distintas, el régimen de Al-Asad apoyado principalmente por Rusia e Irán, y los “rebeldes” apoyados por los países que interfirieron tácita y silenciosamente en la columna vertebral de los habitantes sirios, en su propia mentalidad, influenciada por un profundo y silente proceso de occidentalización, abarcando cada vez más esferas del plano en que se organiza estructuralmente el país. Empero, son estas mismas naciones las que ahora toman protagonismo, tratando no solo de concretar las medidas propulsadas inicialmente por los disidentes sirios como cambios legítimos, sino que también sus propios intereses, sustentando la causa rebelde.

¿Quiénes son los verdaderos afectados? Todo esto tiene un costo mensual promedio de 5.000 personas muertas, perpetuándose una violación constante a los derechos humanos de la población siria, implicando todos los elementos que acarrea la más cruel guerra civil.

Pero el punto distintivo de este conflicto es que el impulso inaugural del pueblo sirio para efectuar modificaciones a un sistema anti democrático y opresor, no es más que una mera excusa para que se convierta en una clara pugna entre todas las facciones internacionales antes mencionadas, transformándose así en un “gallito” ideológico-político que dista bastante del problema original.

La ONU y sus cascos azules poco o nada han ayudado a la solución del conflicto, y digo “solución” dado que ya se ha cumplido un plazo más que razonable para poder al menos un elaborar un boceto de cómo se debería dar término a esta realidad que diariamente cobra innumerables vidas de gente inocente.

La comunidad internacional debe estructurar un camino viable para construir los cimientos sobre los cuales se debe dar pie a la tan ansiada “solución” del conflicto. Mientras tanto, seguiremos lamentando más víctimas de un proceso que hasta ahora no ha sido más que un sádico juego de poder entre las partes beligerantes, demorando la forma para detener este abundante baño de sangre.

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