PSU: Prueba de Segregación Universitaria

por DANIEL EPSTEIN, Est. Ingeniería Civil, PU. Católica.

 

Actualmente, una de las problemáticas más importantes de la sociedad chilena es la educación y el sistema de ingreso a la enseñanza superior (universidades). ¿Cómo los alumnos entran al ámbito académico anteriormente mencionado? La dificultad surge principalmente por la deficiencia de la herramienta que se utiliza para la admisión de los alumnos a las distintas universidades: la PSU (Prueba de Selección Universitaria).

Existen dos razones investigadas en las que quedan de manifiesto los motivos por los cuales se plantea que el camino actualmente existente es deficitario. La primera se relaciona con que a partir de esta prueba se produce una gran segregación por el nivel socioeconómico de los alumnos. Esto se fundamenta, entre otros, en planteamientos de expertos que señalan que “la distribución de los aprendizajes escolares está fuertemente pautada por la distribución de recursos socioeconómicos (especialmente desigual en nuestro país), condicionamiento que se repite en los perfiles de matrícula y egreso de la educación superior” (Brunner y Elacqua, 2003; Valdivieso, 2006 en Contreras, Corbalán y Redondo, 2007, p. 259).

Existen por otro lado, preuniversitarios a los que solo los alumnos de la clase social más alta tienen acceso por su alto costo. Éstos entregan una base y preparación para enfrentar la prueba, y por ende los estudiantes de niveles socio-económicos más bajos se ven en desventaja para la rendición de ésta, más allá de los talentos y aptitudes que se dan de manera excepcional e individual.

El segundo motivo se vincula con la poca especificidad del examen y la escasa representación que tiene en la realidad. Por ejemplo, a un alumno que no le gustan las matemáticas, pero que tuvo una preparación apropiada hacia la PSU, puede tener un resultado que no es acorde hacia su deseo laboral o académico, además de tener una mala formación tanto vocacional como escolar. Las altas tasas de reprobación en la universidad se deben a la mala formación académica, y la carencia de responsabilidad y perseverancia de los estudiantes en su etapa de educación media (Ramírez et al, 2004 en Reyes et al, 2007). En esta opinión experta se aprecia que los conocimientos académicos, que es lo que mide el instrumento a analizar, no es el único motivo de reprobación, y queda concretamente demostrado que se necesitan más parámetros que solo el existente para evaluar el ingreso a la educación superior.

Las implicancias que genera el problema son: segregación social, pérdida de talento en el país y por consiguiente menos desarrollo a nivel de nación por abandono de capacidad en bruto en el área académica. La separación por los niveles económicos produce también conflictos, como se ha podido constatar en las movilizaciones estudiantiles, las que comenzaron de manera más radical el año 2011, en las que los alumnos exigen ser escuchados y considerados y para los que aún no hay cambios significativos. Dentro de todos los temas que se demandan, un punto de partida importante es el sistema de ingreso a la educación superior, lo cual es deseable solucionar y reformular lo antes posible.

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2 comentarios

  1. Hola, mira desde mi punto de vista no hay una solución al problema, sino que sería la suma de varias cosas. Primero creo que no solo el ingreso se debería regir por una prueba y el NEM, sino que deberían haber más parámetros como en EEUU por ejemplo. También creo que debería cambiar el enfoque de la prueba, no preguntar tanto sobre conocimientos sino que más bien habilidades. Creo que se debe partir por eso y aun más cosas cambiar que yo no lo se.

    Saludos.

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