Homofobia Africana

por ARIEL STERN, Est. Ciencias Políticas, Sociología y Antropología, U. de Tel Aviv.

Durante la última década, la vida LGBT en Chile ha experimentado cambios, avanzando hacia un mayor nivel de apertura. Pero nuestro país no es pionero en esta tendencia, ya que sostenidamente  la mayoría de los países occidentales ha desarrollado, cada uno a su modo, un mejor nivel de convivencia con la homosexualidad y las distintas tendencias de género. A pesar de existir países muy avanzados en política e integración de la comunidad LGBT como Dinamarca, Holanda o Canadá, hay rincones del globo donde la realidad para las personas de sexualidad o tendencia de género alternativas se diferencia bastante de como tradicionalmente la conocemos en nuestro lado del planeta.

La vida LGBT del continente africano es muy difícil de describir ya que existen enormes diferencias entre los países que lo conforman, aunque a grandes rasgos se puede afirmar que es el continente menos amigable con la diversidad sexual. Sudáfrica es el único país que convive en armonía con la comunidad LGBT: desde el año 2006, los homosexuales sudafricanos cuentan con una ley de matrimonio que pone al mismo nivel la unión de parejas homosexuales con la de heterosexuales. La justicia de ese país declara que desde la legislación del matrimonio civil igualitario, las parejas homosexuales han podido acceder a aproximadamente 160 ventajas legales, antes reservadas solamente para parejas heterosexuales.

Fuera del destacable caso sudafricano, existe una larga lista de países en África que son hostiles para con la comunidad LGBT. El ejemplo más fresco de esa realidad son las descalificaciones y amenazas del presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, quien declaró a finales del presente Julio, sin ningún pudor, que “los homosexuales son peores que los cerdos, las cabras y las aves”. Mugabe es conocido no solo por ser un enemigo de la comunidad LGBT de su país, sino que también por sus políticas. Entre ellas, ha declarado “gays” a  los hombres que no hayan traído hijos al mundo e iniciado una persecución policial en su contra.

En Uganda, la situación no es mejor. En este país, se han hecho públicos un sin número de discursos homofóbicos pronunciados dentro del parlamento. Los homosexuales que asumen su condición abiertamente en este país son marginados socialmente y exiliados a barrios precarios, en las afueras de las ciudades, donde viven en comunidad, sin acceso al mercado laboral y/o servicios de salud. Esta realidad fue constatada por el periodista de la BBC: Scott Mills, quien declaró abiertamente su homosexualidad a un parlamentario del país y se vio obligado a escapar de él en menos de un día.

En Egipto, la comunidad LGBT se veía seguido en aprietos antes de los días de la primavera árabe. En el año 2001, fueron detenidos 52 hombres dentro de una fiesta privada en un barco en el río Nilo y 23 de ellos recibieron condenas penales. La justicia egipcia decidió en ese entonces que la fiesta fue instigada por unos de los participantes de nombre Sherif Farahat de 32 años, quien fue condenado por varios delitos a 5 años de prisión. Este caso, conocido para la comunidad LGBT como “los 52 del Cairo”, fue repudiado por medio de una declaración emitida por el departamento de derechos humanos de la ONU.

Además de los países antes mencionados, siguen existiendo en nuestros días muchos países en África donde la homosexualidad es ilegal. Sudán del Norte, Kenia, Swaziland, Camerún, Somalía, Gambia, Etiopía, Angola, Mozambique, Níger, Togo, Liberia, Tanzania, Libia o Sierra Leona. En algunos países africanos, la homosexualidad no es ilegal pero sí castigada, como es el caso de Rwanda o Guinea-Bissau. Debemos luchar por que esta realidad cambie con el pasar de los años, tal como lo ha hecho en nuestro continente.

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