El Boicot Anti-Israel en Chile

por EDUARDO GUERRA, Est. Derecho, U. de Chile.

 

En los últimos años ha surgido un movimiento que se propone boicotear a Israel, denominado “BDS” (Boycott, Divestment and Sanctions). Su objetivo es instar a que Israel cumpla con una serie de demandas: A) Israel debe abrir sus fronteras y asentar dentro de su territorio a más de cinco millones de palestinos (refugiados y su descendencia) B) Igualdad de derechos para los árabes que viven en Israel (Como si los ciudadanos árabes-israelíes fueran privados del ejercicio de su derechos fundamentales, cosa que como sabemos no ocurre[1]) C) Israel debe retirarse de los territorios ocupados.[2] Irónicamente Israel debe ceder ante las demandas de un movimiento que ni siquiera reconoce su legitimidad como país y de hecho aboga por su destrucción. [3]

Entre las particularidades de la campaña BDS podemos mencionar que a pesar de considerarse defensores de los DDHH, su boicot jamás se ha extendido en ningún ápice a países cuyo respeto de los DDHH resulta, a lo menos, cuestionable. Nunca se han planteado la posibilidad de boicotear al Líbano, donde los palestinos están oprimidos por un sistema similar al Apartheid, siendo privados de sus derechos fundamentales más básicos, continuando hacinados forzosamente en campos de refugiados en condiciones infrahumanas.[4] Nunca se han propuesto boicotear a Siria, sin importarles que en ese país exista una dictadura que se mantiene en el poder sólo a través de la represión brutal que ha causado más de cien mil muertos en los últimos dos años,[5] entre ellos más de 1,300 palestinos asesinados.[6] El colmo de la hipocresía llega de una de las pocas entidades que en Chile ha apoyado el boicot, hablo del Comité Chileno de Solidaridad con Palestina,[7] el que ha respaldado públicamente el régimen dictatorial de Assad en Siria, calificando los esfuerzos de la oposición por derrocar al tirano, que lleva más de 14 años en el poder y que heredó la presidencia de su padre, como una “directa agresión del imperialismo” contra el pueblo de Siria.[8] ¿A qué viene tanta hipocresía y doble estándar? ¿Por qué únicamente se focalizan en boicotear a un estado democrático[9] como Israel, mientras ignoran e incluso apoyan a brutales dictaduras en la misma región?

Lo que sí nos ha demostrado BDS es que sus principios y tácticas de boicot se asemejan más a las de grupos fascistas que a las de defensores de DDHH. Así, presentaciones artísticas, culturales y académicas del más alto nivel han sido objeto de “funa” y boicot, la mayoría de las veces sin éxito, basándose únicamente en la nacionalidad israelí de quienes las presentan. Otra de las maniobras, es “convencer” a todo artista que quiera presentarse en Israel de abstenerse de hacerlo. Sin embargo, la mayoría de los que han sido objeto de este tipo de presiones, incluidas las amenazas de muerte tal como reconoció Paul McCartney,[10] han desoído estas campañas.

Desde su perspectiva, el sólo hecho de escuchar música interpretada por un israelí, independiente si se trata de un particular, te convierte en una especie de “cómplice” de las políticas de ese gobierno. Lo mismo con los artistas que osan presentarse en el Estado judío, como si por el sólo hecho de la visita a Israel, éste demostrase un apoyo a las políticas gubernamentales israelíes.

En cuanto a Chile, la verdad es que la presencia de este movimiento dista bastante de ser significativa, de hecho la califico como insignificante. No obstante, pequeños grupos han estado en algunas presentaciones de artistas y académicos israelíes con intenciones de realizar funas sin mucho éxito. Últimamente, se han vuelto más visibles a propósito del concierto gratuito que ofrecerá Zubin Mehta y la Orquesta Filarmónica de Israel en Santiago. En efecto, algunas entidades palestinas  han enviado cartas a la alcaldesa Carolina Tohá para que se cancele uno de los escasos eventos gratuitos y de calidad que tienen lugar en Santiago, sólo porque sus intérpretes son israelíes.  Estos esfuerzos han sido apoyados por dirigentes de la Federación Palestina de Chile, quienes paradójicamente, en los últimos años han adoptado una postura respecto al conflicto más cercana al grupo fundamentalista  Hamás, que a la propia Autoridad Palestina presidida por Mahmoud Abbás.

Lo absurdo de BDS recae en la incapacidad de distinguir entre las políticas de un gobierno y la población diversa que compone un país. La contradicción de extender tales culpas colectivas no hace más que alejar la posibilidad de entendimiento y diálogo, requisito fundamental para la solución de cualquier conflicto. Este boicot no es más que un indicio de un profundo y sesgado doble estándar que sólo boicotea Israel, mientras ignora y a veces apoya a regímenes cuyas violaciones a los DDHH son evidentes y muchísimo más graves. Pero lo que es peor es que cuando se urge a algunos artistas y académicos a abstenerse de visitar Israel, la campaña de boicot es un intento de responsabilizar y castigar a toda una población, sin distinción y a través de la privación de la cultura, por las políticas que emprenden sus gobernantes de turno.[11]


[1] Al respecto véase la nota al pie n°9 de esta misma columna.

[2]Palestinian Civil Society Call for BDS” [http://www.bdsmovement.net/call] (en línea)

[3] Sobre esto pueden leerse las opiniones del Prof. Norman Finkelstein, quien a pesar de ser un acérrimo y a veces injusto crítico de Israel, reconoce la hipocresía de la campaña BDS al buscar la destrucción de Israel (DYSCH, Marcus. “Finkelstein disowns ‘silly’ Israel boycott” (2012) [http://www.thejc.com/news/uk-news/63662/finkelstein-disowns-silly-israel-boycott] (en línea)

[4] ABU-TOAMEH, Khaled. “Apartheid antipalestino en el Líbano” Gatestone Institute (2013) [http://www.gatestoneinstitute.org/3888/apartheid-antipalestino-libano] (en línea). Para una visión detallada de la situación de los palestinos en el Líbano puede revisarse el estudio de la URNWA y la American University of Beirut: “Socio-Economic Survey of Palestinian Refugees in Lebanon” (2010) [http://www.unrwa.org/userfiles/2011012074253.pdf] (en línea)

[5]UN: Syria death toll rises above 100,000” 25 de julio de 2013 http://www.aljazeera.com/news/middleeast/2013/07/2013725142157450141.html] (en línea)

[6]Approximately 1,350 Palestinian refugees killed in Syria” 12 de junio de 2013. [http://www.middleeastmonitor.com/news/middle-east/6267-approximately-1350-palestinian-refugees-killed-in-syria] (en línea)

[7] En la misiva de esta organización puede evidenciarse a qué nivel pueden llegar las absurdas e infundadas mentiras con el objeto de difamar a Israel, afirmando incluso que Israel practica con los presos “experimentos científicos”, realiza asesinatos selectivos de “dirigentes sindicales” y asesina a “presos políticos” para el “tráfico de órganos”, entre otros pintorescos infundios. (“Carta a Carolina Tohá con motivo de la presentación de la Orquesta Filarmónica de Israel‏” 20 de agosto de 2013 [http://www.conpalestina.cl/2013/08/21/carta-a-carolina-toha-con-motivo-de-la-presentacion-de-la-orquesta-filarmonica-de-israel] (en línea)

[8] Comité Chileno de Solidaridad con Palestina. “Declaración Pública Frente a los Ataques a la República Árabe de Siria”. 4 de octubre de 2012 [http://www.conpalestina.cl/2012/10/04/declaracion-publica-frente-a-los-ataques-a-la-republica-arabe-de-siria/] (en línea)

[9] Muchos de nosotros tenemos claro que, al margen de las políticas en los territorios, Israel dentro de sus fronteras es un país democrático.  Efectivamente, en Israel existen elecciones libres y periódicas, un gran pluralismo partidario y tribunales independientes. Adicionalmente, los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales están garantizados para toda la población sin distinción de etnia, raza o religión. Sin embargo, muchos han planteado que un Estado judío y democrático es una contradicción, lo que ha sido replicado por académicos como el destacado sociólogo árabe-israelí Sammy Smooha con su concepto de “Democracia Étnica”. Algunas críticas a este concepto han sido refutadas por DOWTY, Alan. “Is Israel Democratic? Substance and Semantics in the «Ethnic Democracy» Debate” en Israel Studies, vol. 4, n°2 (1999), [http://bit.ly/16JuMQT] (en línea), paper cuya lectura recomiendo.

[10] No sólo Paul McCartney ha reconocido haber recibido amenazas de muerte (http://bit.ly/17fiIWj), también el cantante Eric Burdon (http://bit.ly/1fcAZq7) y recientemente el artista y activista africano Salif Keita (http://bit.ly/13RlDrp)

[11] Bajo este razonamiento, incapaz de distinguir entre gobierno y ciudadanos, deberíamos boicotear a todo artista de nacionalidad estadounidense debido a la altamente cuestionable política exterior del gobierno de EEUU que “invade países vulnerando el Derecho Internacional, tiene cárceles secretas por todo el mundo donde se practica la tortura y es tristemente sabido su rol en los Golpes de Estado de varios países de Latinoamérica y el mundo, incluyendo a Chile.” Sin ir más lejos, y guardando las proporciones, aplicando la misma lógica, estaríamos legitimando que un artista se abstenga de visitar Chile debido a las políticas represivas contra el Pueblo Mapuche que por siglos viene implementando el Estado chileno.

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