Hashomer Hatzair: 100 años de liderazgo colectivo

por RENATO HUARTE, BA en Pedagogía y Filosofía, UNAM. Esp en políticas culturales y gestión cultural – UAM, INBA y OEI. MA en Filosofía de la Ciencia UNAM, y Est. PhD en Filosofía UNAM. Profesor de Filosofía judía en la Universidad Hebraica en México y UNAM.

 

Recuerdo hace tiempo que se me ocurrió preguntar al grupo que tenía a mi cargo que quién era el fundador de Hashomer Hatzair.  Una de las niñas del grupo (janijá) me contestó que Mordejai Anilevich.  En ese momento me reí en parte porque sabía que no era la respuesta correcta, ya que el movimiento juvenil se había fundado en 1913, pero por otro lado no sabía del todo la respuesta correcta.

Esa respuesta vendría muchos años después, tras haber estudiado los orígenes del movimiento y las bases teóricas e ideológicas que le dieron sustento.  No podemos rastrear a un o una fundador de Hashomer Hatzair, no es casualidad ni mera falta de memoria.  Uno de los principios ideológicos básicos de cuando el movimiento se funda era ir en contra del individualismo preponderante en las sociedades occidentales.  Parte de la idea de un socialismo era la construcción de espacios de debate y convivencia en comunidad.  De ahí, que la idea del kibutz pudiera materializarse.

De hecho, lo más importante era la kvutzá, el grupo.  Además de ser la base del sistema de educación no formal, era el referente para el individuo, la base para la construcción de una sociedad diferente.  Como hemos visto en otros artículos, era imposible para Hashomer Hatzair identificarse con una comunidad internacional en abstracto. Muchas de las ideas de Dov Ber Borojov es esta unión entre el socialismo y el socialismo.  La puesta en práctica de estas ideas fue lo que permitió el desarrollo de individuos con un referente inmediato, cercano, con un guía o madrij a la cabeza, aunque nunca por encima del grupo. Así se fueron dando los verdaderos protagonistas del movimiento a lo largo de 100 años de historia: los grupos en sus diferentes manifestaciones: la kvutzá, la shijvá, el gdud, el garín, el kibutz, etc.; todas ellas denominaciones de distintos niveles de colectivo tanto en las distintas comunidades en donde se dio Hashomer Hatzair como en Israel. Si buscáramos a los verdaderos protagonistas de esta historia, serían estos colectivos.

Pero esta forma de ir por la historia no es común. Hay otros movimientos que tienen un líder claro como, por ejemplo, Zeev Jabotinsky en el caso de Betar. Inclusive el comunismo soviético hizo de Marx, Lenin y Stalin figuras emblemáticas.  Frente a esta forma de poner a un líder para seguirlo, Hashomer Hatzair nunca buscó a una personalidad, por lo menos al principio, buscando la preeminencia del colectivo por encima del individuo.

Aún así, muchos han querido ver en autores como Borojov el inspirador del movimiento.  Si bien Hashomer Hatzair se inspiró en las ideas del sionismo socialista borojoviano, éstas no fueron las únicas influencias. Tenemos las de Martin Buber, Gustav Wyneken, Siegfried Bernfeld y Otto Fenichel, entre otros.  Y aunque personajes como Meir Yari serían importantes y destacados por sus funciones sociales, educativas y políticas dentro y fuera del movimiento, se ha procurado dejar de lado el “culto al líder”.

Pero tal vez el personaje ligado al movimiento con mayor renombre a nivel mundial sea Mordejai Anilevich, comandante en jefe del levantamiento del Ghetto de Varsovia.  Cuando se necesita una imagen de resistencia, valentía, congruencia, entre otras cualidades, no hay mejor símbolo que este integrante de Hashomer Hatzair Varsovia.

Sin embargo, considero que el papel que jugó el movimiento y los movimientos juveniles judíos en este hecho de la historia de la Segunda Guerra Mundial se debe a varias décadas de poner en práctica los principios del movimiento, tanto los de “estar siempre listos” como los de ser un agente crítico y activo en la sociedad de la que se es parte. Pero tal vez, lo más importante es que la rebelión del Ghetto de Varsovia y de otros ghettos, así como otros movimientos de resistencia, se hicieron posibles gracias a que el movimiento juvenil, los movimientos juveniles, habían partido del hecho de educar en y para el grupo. Las relaciones afectivas, ideológicas, psicológicas, etc. dentro de cada grupo permitieron que, dada la necesidad de tomar las armas y enarbolar una lucha que parecía perdida, se pudiera inmediatamente actuar y no esperar a una movilización social. Anilewicz (como se escribe en polaco) no estaba solo. Lo acompañaron, entre otros, Dawid Apfelbaum, Icchak Cukerman, Marek Edelman, Pawel Frenkiel, Zivia, Lubetkin en Varsovia, así como otros personajes en otros levantamientos o acciones como Haviva Reich o Abba Kovner. Hacer una lista exhaustiva sería contradictorio con lo expuesto por este artículo. Tener a alguien que encabece una rebelión o una acción siempre será necesario, pero lo que cualquier líder sabe es que nunca podrá estar por encima del grupo, del colectivo.

A 100 años del nacimiento de Hashomer Hatzair, y teniendo como antecedente la pregunta sobre el liderazgo en el movimiento juvenil, ahora nos resta ver el liderazgo en perspectiva.  Tomando parte de su propia herencia judía, creo que el movimiento juvenil buscó regresar a la idea de “comunidad” como lo inspiró Buber y su idea utópica del kibutz y no a la creación de “ídolos” tan comunes en nuestros tiempos.  Un movimiento en el que el líder, como persona que entiende su papel desde y para el grupo, promete seguir siendo vigente.  Como el propio hebreo indica, samjut es la autoridad que comparte raíz con el verbo lismoj, confiar.  Un líder sabe que tiene una autoridad porque los otros confían en él y no simplemente “porque lo digo yo”, más cercano a la autoritas latina.

No encontraremos pues, un nombre al cual adherirnos y que con esto deje resueltos todos los problemas de una época, sino más bien tenemos nombres en grupo que permiten la construcción diferente de respuestas ante lo que la historia haya de depararnos.  Ese potencial es el verdadero liderazgo, siempre grupal, de Hashomer Hatzair, hace cien años, hoy y los que estén por venir.

Publicaciones Similares

2 comentarios

  1. El articulo tiene su vital importancia para la Historia y las futuras generaciones en destacar la diferencia de sus base de natalidad respecto a otros Movimientos Juveniles Sionistas que lo acompaño en sus primeras decadas de fortificacion ideologica y educativa.

  2. Renato, Javerim. Otra joya que sale de una pluma (bah, teclado) segura , experimentada, y por sobretodo, profundamente conocedora y comprensiva de la complejidad del Hashomer Hatzair, su historia y presente, y comprometida con el futuro que estos textos generan.

Responder a Dario Teitelbaum Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *