La Crianza

por ANNIE BERGSTEIN, Est. Psicología, U. del Desarrollo.

“Nadie nace sabiendo”, “ser padre no es fácil” o “a porrazos se aprende”. Yo aún no soy madre, pero hay ciertas cosas que puedo percibir de forma clara. Todo comenzó con los diez mandamientos, luego fue la “ley del talión” y hoy en día la lucha por una ley que obligue a respetar algo tan esencial como lo es la diversidad. Temas como el incesto, el nomadismo y los roles de género fueron avanzando con la evolución humana. Pero pareciera ser que en ciertos aspectos volvemos una y otra vez, como si no pudiéramos encontrar la salida. Comparar a una familia prehistórica con una actual, contextualmente es muy diferente, pero hay ciertos valores y roles sociales universales que se mantienen hasta nuestros días. La relevancia que tiene la crianza y educación desde el hogar en la formación de una persona es primordial.

En el año 2010, se creó en Francia un documental llamado “Babies”. Éste mostraba la vida de cuatro bebes recién nacidos en diferentes lugares del mundo (Namibia, Mongolia, Japón y EE.UU), capturando las primeras etapas de su contacto con la humanidad, siendo únicas pero a la vez universales para todos. A pesar de las diferencias culturales, la esencia universal de ser humano nos dice que algo en común compartimos por más lejos que nos encontremos, algo que va y siempre irá más allá de nuestro lugar de origen y configuración genética. Por otro lado, el hecho de ser padres idealmente nos debería provocar, alejarnos del yo individualista, debido a los cambios internos en la manera de vivir que implican que ya no sólo se piensa en uno mismo. Las prioridades y valores personales cambian con la presencia de un niño vulnerable al que debes contener y formar en todo sentido.

En la crianza no hay excusas. En el período de edad temprana, (o primera infancia) si un niño no es alimentado, acobijado o abrigado, muere. Ningún ser humano crece sin alguna figura de apego que lo esté conteniendo (y le brinde algún tipo de apoyo y seguridad por más mínimo que sea en algunos casos). El estilo que tengamos para criarlos podrá ser más autoritario, democrático, permisivo o negligente, pero más allá de eso, en el comienzo de la vida, será crucial pensar de qué manera le estamos enseñando a ver el mundo. Saber poner límites, no contagiarles miedos innecesarios ni mostrarles un mundo peligroso, con prejuicios poco neutrales que tengamos sobre otros. No porque un grupo sea diferente, es malo. La crianza, es mucho más que una simple satisfacción de necesidades. Es la acción de brindar y promover afecto, confianza, seguridad, exploración, actividad física, desarrollo social, valórico, emocional e intelectual desde el nacimiento hasta su edad adulta.

No deleguemos a los profesores, lo que nosotros debemos hacer. Hay una educación valórica que se lleva desde la esencia, la cual debemos inculcar a nuestros hijos. Es bueno luchar por una educación de calidad, pero la educación comienza en el hogar.

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2 comentarios

  1. La pura y santa verdad…eso ha sido siempre…cada ser humano es el reflejo de lo que son o han sido sus padres…los autenticos formadores…la escuela solo da INSTRUCCION…conocimiento intelectual.

  2. Me gusta tu manera de pensar y reflexionar.
    Recordemos que desde los inicios de las grandes civilizaciones, los primeros educadores han sido y seguirán siendo los padres, sin embargo los profesores somos «ayudantes» de esta labor fundamental y principal, debido a que la mayoría de los padres están desde las ocho de la mañana hasta las siete de la tarde trabajando, por lo que los niños pasan más tiempo en el colegio con sus compañeros y profesores que en la casa. Por la misma razón un profesor no es solo un transmisor de conocimiento, contenido y materia, si no que es un guía al conocimiento mediante desarrollo de habilidades, destrezas y actitudes y es quien encamina al alumno a descubrir el conocimiento mediante experiencias vitales para él, trabajando y adquiriendo valores para llegar a ser un ciudadano integral.

    Como tu dijiste revisemos cómo estamos a nivel familiar, cómo está nuestra conversación con nuestros padres, revisemos la calidad del tiempo que tenemos como familia ¿hace cuánto tiempo no comemos todos juntos? ¿hace cuánto tiempo no salimos todos juntos? Reflexionemos eso para luego dialogar con los profesores de nuestros niños y realizar actividades recreativas para trabajar el compañerismo, el respeto, el autocontrol y el respeto.

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