El Día de la Mujer y su idiota celebración

por DAFNA GOLDSCHMIDT, Arqueóloga, U. Internacional SEK.

 

Hace pocos días, en vísperas del día de la mujer, prendí la televisión y me encontré que era un día de celebración, con visitas a exclusivos spas y ferias orientadas al público femenino  donde primaban los puestos de comida, pero sobre todo, de productos de belleza. Además, en dicho canal, luego aparecieron los mismos comerciales de siempre sobre artículos de limpieza del hogar enfocados o aludiendo explícitamente a la mujer. Después, leyendo el diario, supe que por ser mi día tenía algunos descuentos de ropa en diversas multi tiendas.

Lamentablemente, el hecho que exista este día, y en especial la forma en que lo celebramos, es una gran evidencia, entre tantas, del machismo imperante en nuestra sociedad, y de la forma descarada en que se apela a nuestra estupidez para que seamos parte de dicha “celebración” en una sociedad predominantemente capitalista sin consciencia de participación o activismo político ni ideológico.

¿Celebración o conmemoración? El 8 de marzo de 1908, 129 trabajadoras textiles se fueron a huelga y se encerraron en la fábrica donde trabajaban con el fin de exigir un horario y salario justo, en relación a sus pares masculinos. Todas murieron calcinadas dentro de la fábrica producto de un incendio provocado por el dueño de dicho establecimiento.

Que sea una conmemoración apela a que es un día para recordar y reflexionar sobre todas las injusticias pasadas y para no olvidarnos de lo más importante que es la lucha de reivindicación, y de todo lo que falta por luchar. El hecho de que debamos conmemorar este día implica que todavía queda un largo camino de reivindicación por recorrer. ¿Por qué no luchamos todos los días desde nuestra cotidianidad por un trato equitativo?

Esto no debería ser tan difícil si tomamos en cuenta, por lo menos en nuestra sociedad, que convivimos día a día con nuestros pares masculinos, por lo que generar una «empatía» frente a nosotras y nuestros derechos no tendría que ser tan raro. Pero se hace difícil cuando en la cotidianidad vivimos permanentemente bombardeados por mensajes que nos dicen todo lo contrario, y que buscan minar nuestra complejidad femenina e individual, como por ejemplo denigrantes comerciales de artículos de limpieza, entre muchas otras cosas.

Hemos dejado, sea por la razón que sea, que esos mensajes calen tan hondo, y de forma tan transversal en nuestra sociedad, que ese triste día de conmemoración se ha convertido en un día de celebración, donde se celebra la idea que las mujeres somos básicas, y que nos vamos a sentir especiales porque el jefe en «nuestro día» nos regala chocolates, y que por ese gesto estúpido  vale la pena seguir aceptando de forma natural,  y sin cuestionar, el hecho que se gane menos que el colega hombre.

Somos tan «especialmente básicas» que en muchos aspectos no podemos ni siquiera decidir sobre nuestro propio cuerpo.

Debemos ser capaces de fomentar nuestra complejidad, por medio de un ejercicio diario, aunque pueda resultar difícil e incómodo, y así cuestionarnos ciertas cosas que nos permitan mirar por sobre los muros  que se han impuesto en la sociedad, y que son explícitamente expuestas en este día, sobre la idea de «ser mujer».

Celebrar este día es faltarnos el respeto a nosotras mismas, a nuestra integridad y a la integridad vulnerada de muchas mujeres que murieron por tratos injustos o luchando para que estas injusticias dejaran de existir.

El día en que no necesitemos de «un día especial» será el más grande y evidente paso hacia la emancipación o equidad de género.

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Un comentario

  1. Creo que hay una confusión de informacion en el artículo. El fuego donde se quemaron las trabajadoras fue unos años mas tarde en el Triangle Shirt Factory. El 8 de Marzo de 1908 fue la gran marcha de las trabajadoras en NY. No hubieron invendios ni muertes.

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