Misión comunitaria: ¿Luchar contra la asimilación?

por JEREMY LEVY, Abogado, U. de Chile

 

De mis años de madrij, recuerdo un montón de cosas: sábados memorables, algunos madrijim en especial, festivales, grandes amigos y gente valiosa. Entre todas estas cosas, siempre recuerdo una frase que quedó fijada en mi mente: luchar contra la asimilación. Era la respuesta a casi todas las preguntas. Se reiteraba una y otra vez como mantra sagrado: tenemos que luchar contra la asimilación. Era el leiv motive que le daba sentido a cada acción y esfuerzo de un madrij. Era y es la base de toda la Tnua, seguramente del resto de las tnuot y de prácticamente todas las comunidades, proyectos y acciones comunitarias.

Los principios más básicos y fundamentales, de tanto ser repetidos una y otra vez, lentamente empiezan a desteñirse, a perder su sentido, hasta que se convierten en frases vacías, sin ningún contenido.

Plantear toda la actividad comunitaria en base a esa misión es una pésima idea. En primer lugar, el objetivo debiera ser vencer la asimilación, más que luchar contra ella. La asimilación es un fenómeno tan grave que nuestra meta tiene que ser por lo menos igual de ambiciosa que el tamaño de nuestro problema. Según las últimas cifras, la tasa de matrimonios mixtos es de un preocupante 58% en Estados Unidos[1].

Por otro lado, decir que nuestro objetivo es luchar contra la asimilación es tan absurdo como que el directorio de una sociedad anónima le plantee a la junta de accionistas que su objetivo principal para el año entrante es evitar que la empresa se vaya a la quiebra, en vez de plantear que la empresa quiera conseguir una cierta cantidad de utilidades. Es evitar que la enfermedad avance en vez de curarlo para que vuelva  a una vida sana.

Se hace necesario cambiar el foco del problema: eliminemos como objetivo evitar que la gente de nuestra comunidad deje de ser o de vivir como judíos y comencemos a plantear como objetivo que la gente se entere por qué vale la pena vivir como judío. Dejemos de luchar en contra de lo que nos destruye (la asimilación) y empecemos a luchar a favor de lo que nos constituye (la identidad judía).

Entonces, surge la pregunta de definir y de explicar qué es aquello que nos constituye. Qué es lo que hace tan valioso, tan único, tan irremplazable el ser y mantenerse judío. Es innegable que se hace imposible expresarlo en algunos pocos párrafos, pero si tuviera que elegir algo que encarnara este sentimiento, que demostrara que hay algo único en el pueblo judío que hace imperativo seguir formando parte de él, serían dos hechos históricos que en mi opinión no tienen explicación lógica en base a las reglas naturales de la historia y las ciencias sociales: la sobrevivencia del pueblo judío a través de la historia y la creación del Estado de Israel.

Que un pueblo de alrededor de 15 millones de personas, sin un poder político que lo unifique, disperso por todos los rincones del mundo, haya sobrevivido a todas las persecuciones en su contra durante mas de 2000 años, y que hace menos de 70 años estuvo al borde del exterminio, habiendo sufrido uno de los episodios más atroces de la historia, solo tres años después esté estableciendo un Estado, es algo único en la historia de la humanidad.

Lo esperable es que ese pueblo experimente un proceso de desintegración hasta su desaparición. Sin embargo, en contra de todos los pronósticos, en contra del ataque bélico de todos sus vecinos, Israel surgió, se fortaleció y se estableció. Un pueblo eterno, que está por sobre las reglas de la naturaleza en cuanto a su sobrevivencia, solo pudo haberse mantenido vivo con la protección de una fuerza eterna, que controla y que está por sobre las fuerzas de la naturaleza.

Mark Twain alguna vez escribió: “Los egipcios, los Babilonios, y los Persas surgieron, llenaron el planeta con su sonido y esplendor, decayeron y se extinguieron. Los griegos, los romanos los continuaron e hicieron una vasta influencia y ya no están; otros pueblos han ascendido y elevado sus antorchas por un largo tiempo, pero ahora se sientan en tinieblas o se han desvanecido… Todas las cosas son mortales salvo los judíos, todas las fuerzas pasan pero ellos se mantienen. Cual es el secreto de su inmortalidad?”[2].

 

[1] Pew Research center Survey of the U.S Jews: American Jewish population Estimates 2012.

[2]Twain Mark, The Complete Essays of Mark Twain, New York: Doubleday: 1963, p. 249. Traducción libre

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3 comentarios

  1. Te felicito, muy buena reflexion. El secreto del Pueblo Judio radica en una fe inquebrantable en que la Humanidad puede dar lo maximo de si para llegar al punto mas alto de evolucion de conciencia.

    Sin duda alguna, la historia del Pueblo Judio es un verdadero milagro que merece ser estudiado en profundidad.

  2. Si bien comparto tu reflexión acerca de que luchar contra la asimilación no es realmente una meta, y que la real meta de la actividad comunitaria debería ser vencer la asimilación, me parece absurdo que plantees como dato alarmante y preocupante la creciente cantidad de matrimonios mixtos en Estados Unidos.

    La idea de vencer la asimilación parte por la premisa básica de que los valores y costumbres judaicas pasen de una generación a la otra y no se pierdan en el camino, y si la idea es tener una meta en positivo, es decir vencer la asimilación, y no una meta en negativo (luchar contra la asimilación), entonces los matrimonios mixtos son una oportunidad y no una amenaza. Que mejor oportunidad para vencer de una vez por todas la amenaza de ser asimilados que esparcir los valores, costumbres y formas de vida del judaísmo y de la vida comunitaria judía.

    Creo que diste en el clavo cuando te referiste a que las metas deben ser en positivo, en tratar de lograr algo más que evitar que algo malo pase, pero luego te contradijiste al referirte a hechos que, bajo la mirada de metas en positivo, son claramente oportunidades únicas en la historia.

  3. Totalmente de acuerdo con matías, el conjunto de datos que entregoo la pew sirven mas como marco para discutir lo que planteas: eso que nos constituye. Y para el caso chileno y americano lo que nos constituye no es fijo, se transforma y evoluciona. ?que es lo que nos constituye? Bueno las kehilot pasan pasan hoy por esta redifinicion en donde el «judío de a pie» recupera su poder de agenciamiento. Espero la segunda y necesaria segunda parte de tu ensayo. Como dice Yoni, felicitaciones

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