Todo va a estar bien, depende de mí

por  VANESSA HITES, Est. Derecho, U. de Chile.

Todo va a estar bien, le dijo la hija a su madre desesperada por no saber segundo a segundo donde está su pequeña. Le dijo el niño a la niña a la que le acaba de romper el corazón, viéndola llorar por un amor no correspondido o un amor que quizás nunca fue. Le dijo la amiga como forma de consuelo, después que le confesara cosas de las que se arrepiente, cosas que no quiere recordar, pero el tiempo pasa y las cosas se olvidan.

Todo va a estar bien, suspiró el padre al ver que su cuenta bancaria era negativa, sintiendo miedo, angustia y vergüenza. Me dijo la almohada después de una pesadilla de esas que te angustian, que te hacen respirar como si tu corazón y pulmones no cupieran en el pecho. Se dijo el joven que se despierta con el tedio pegado, mira la ventana nublada esperando otro día, igual a todos los demás, trabajando sin amor por lo que hace, como una pieza de un engranaje que lo devora.

En un momento difícil, cuando tantos me preguntaban cómo estaba todo- y yo sabía que todo estaría bien- me surgieron las ganas de gritarles a todos con fuerza que ¡todo estaría bien! ¿Cuál sería el sentido de la vida si no es todo para bien? No creo que seamos una simple circunstancia.

El ser humano tiene una gran dificultad para concentrarse en el presente, siempre está pensando en cómo podría haberlo hecho mejor, o de lo que va a hacer mañana, qué decisiones tendrá que tomar, angustiándose por problemas que todavía no tiene. Pero el pasado y el futuro solo existen en nuestra memoria, es lo que haces en el presente lo que redimirá tu pasado y lo que, lógicamente, cambiará tu futuro. He aprendido este último tiempo que las cosas sí pasan por algo. “Deja de pensar en la vida y resuélvete a vivirla”.

De las cosas se aprende y de los porrazos se gana experiencia. Los momentos difíciles son los que forjan carácter, los que desarrollan perseverancia, los que unen, los que demuestran que después de todo bajo viene un alto, y son estas cosas las que te enseñan, de una cachetada, que hay que valorar la vida, que es frágil pero maravillosa, y que somos los responsables de ella.

Debemos ser responsables y actores de nuestro presente, vivir en el momento, y ser nosotros los encargados de hacer que todo esté bien. Pero el pasado y el futuro solo existen en nuestra memoria, es lo que haces en el presente lo que redimirá tu pasado y lo que, lógicamente, cambiará tu futuro.

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