Dolor propio, sufrimientos ajenos

por FEDERICO LEVI, Lic. en Arte, U. de Chile. Est. Pedagogía, PU. Católica.

 

Tres adolescentes israelíes secuestrados en Cisjordania. Horrorosa la idea de repetir la experiencia del sufrimiento inimaginable de Gilad Shalit y su familia.

Estas instancias nos deben servir para también pensar en el sufrimiento de las familias de los 11.000 presos palestinos (4.700 según fuentes israelíes), de los cuales 193 son menores de edad (agosto 2013). Gran parte de ellos no está condenada por delitos terroristas como los que residen en “camp 1391”, e incluso muchos de ellos permanecen privados de libertad sin cargos ni juicios, lo que según la ley israelí  se conoce como detención “administrativa”.

La propaganda que distribuyen las instituciones comunitarias plantea a Israel como un país ejemplar en la región, sin embargo, se omite información importante. Israel no ha firmado tratados internacionales como La convención internacional contra la desaparición forzada (CED) o el procedimiento de investigación en virtud de la convención contra la tortura (CAT, Art.20)[1]. A esto, se le suman 15 informes de Naciones Unidas por violación a tratados internacionales y los derechos humanos, principalmente en incursiones militares en la franja de Gaza y el trato a la población civil palestina de Cisjordania en los territorios B y C que se encuentran bajo control policial israelí.

Hablar de los presos palestinos como “terroristas” es cerrar los ojos ante la realidad que Israel mantiene un régimen en el cual se encarcela a los enemigos políticos del estado. No pretendo justificar de ninguna manera las acciones violentas cometidas por los diversos grupos combatientes, ni menos decir que el régimen de Hamas no viola los convenios internacionales y los derechos humanos contra su propia gente en la franja de Gaza. Sin embargo, Israel ejerce un régimen violento contra los que considera sus enemigos, que en su gran mayoría son civiles que no tienen sangre en sus manos, lavándolas con la justificación de garantizar protección, orden y seguridad, o como se dice en otros lugares, pacificación.

Espero el pronto retorno sano y salvo de los tres adolescentes, que ninguna culpa tienen de este conflicto, ni que sus padres hayan decidido habitar asentamientos en los territorios palestinos, ni de las detenciones que se están cobrando, y espero también el retorno de los centenares de hermanos palestinos a sus hogares y que jamás se vuelvan a ver vulnerados sus derechos por la ocupación israelí de Cisjordania.

Seamos consecuentes con la crítica que hacemos a la prensa internacional por ser tan sesgada y abramos nuestros ojos. Tengamos empatía de una vez por todas con nuestros hermanos. Estos tres adolescentes están pagando los platos rotos de las políticas del gobierno israelí en la Cisjordania ocupada.

[1] http://www.ohchr.org

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3 comentarios

  1. Estimado Federico:
    Creo que deberias tener un poco mas de cuidado al comparar un acto mundialmente reconocido como terrorismo, de secuestrar menores de edad completamente inocentes para ser intercambiados por presos palestinos, donde no se sabe todavia si estan vivos o no, donde los tienen, en qué condiciones humanitarias los mantienen, etc – con el hecho que Israel tome presos a jovenes que estaban involucrados en actos terroristas o violentos, y que en la mayoria de los casos, sino todos, fueron incitaciones a la violencia…sin mencionar que estan en carceles conocidas, con contactos hacia el exterior y con tratos bastante decentes…

  2. En primer lugar mi intención no fue comparar, sino más bien constatar el hecho de que Israel no a firmado varios tratados internacionales contra la tortura y otras violaciones a los derechos humanos ademas de que se ha negado en numerosas ocasiones a que la ONU investigue.
    Por otra parte te invito a investigar sobre cárceles Israelíes y el trato a los presos, lo cual varía mucho según la cárcel habiendo desde buenos tratos hasta la incomunicación y la tortura. Finalmente es importante investigar a los miles de presos bajo la llamada «detención administrativa» bajo la cual los presos políticos palestinos pueden estar hasta 6 meses sin acusaciones ni juicios, con lo que no habría demostración de que todos ellos son violentos ni terroristas, pues en la mayoría de los casos una vez iniciado el juicio salen en libertad por falta de pruebas.
    Saludos David.

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