Cuando hablé con un palestino

por FELIPE LACS, Lic. Economía, U. Federal Río de Janeiro. Ex Pahil Hashomer Hatzair Río de Janeiro.

 

A lo largo de mi vida, fui formando una opinión de centro izquierda hacia el conflicto Israel – Palestina. La resolución del conflicto a través de un proceso diplomático que lleve a la creación de un Estado Palestino coexistiendo con Israel es, no solamente racional, sino que también una necesidad para la continuación de la existencia de Israel como un país judío y democrático.

En la diáspora, construimos nuestras opiniones sobre el conflicto desde una perspectiva casi científica, con una aproximación emocional y disposición cultural que nos define como sionistas, sin definir la corriente misma a la cual pertenecemos. La lejanía del foco del conflicto nos facilita la formulación de estándares y opiniones. Sin embargo, la vida en el centro del conflicto nos lleva a reflexionar de forma más intensa y a veces menos objetiva sobre vivir acá. No se trata que desde la diáspora no se sienta, pero los dilemas son más presentes.

Vivir en la zona de conflicto también nos da oportunidades. Hace dos meses, empezó a trabajar en mi oficina un árabe palestino. Tiene 31 años, sus padres vivían en Jerusalén antes del 48 y nació y vivió toda su vida en Austria. Vino a Israel hace seis meses para casarse y vive con su mujer en Jerusalén oriental. Pocas veces tenemos la oportunidad de conversar con alguien ‘del otro lado’ de una forma casi neutra, en el marco desapasionado de una oficina.

Los encuentros cotidianos se hacen más intensos con un entorno violento: el secuestro y asesinato de los tres jóvenes israelíes, seguido del asesinato del joven árabe quemado vivo, las protestas de todos lados, los cohetes desde Gaza, la invasión de Israel en Gaza, todo como escenario que su mujer está esperando un bebé que nacerá el próximo mes.

En muchas oportunidades, sus opiniones y comentarios son desconcertantes. ¿Quién está del otro lado? No es un terrorista. Vive constantemente las dificultades que un árabe de Jerusalén oriental vive. Cree que, en gran medida, las noticias divulgadas sobre el conflicto son propaganda sionista: según él, ese pequeño rincón de tierra siempre fue palestina, los árabes que vivían aquí antes del 48 fueron todos echados, y la Proclamación de Independencia de Israel es un robo de territorios. Más aún, la dinámica se da través de ganadores y vencedores. No le molestaría asumir la existencia de Israel sí nosotros pudiéramos reconocer que la proclamación de independencia del 48 equivale a un robo. Y siempre existió paz entre árabes y judíos antes del 48. Finalmente, son opiniones manejadas por una gran parte de los árabes palestinos.

No había paz entre judíos y árabes antes del 48. Los judíos también tienen derecho a ese rincón de tierra y eso no configura robo. Aún que le pareciera raro, existen grandes tendencias dentro de la política israelí en favor de acuerdos de paz, coexistencia, establecimiento de un Estado Palestino al lado de Israel… ¿será capaz de entenderlo? ¿Será capaz de entender que yo, judío, sionista, israelí y brasilero, quiero que ambos lados puedan existir con soberanía nacional y seguridad?

No se puede tomar responsabilidad por lo que piensa un ‘otro’. Tampoco puedo ser responsable por lo que piensa o tiene como objetivo la sociedad palestina. Sin embargo, es absolutamente legítimo que tengamos objetivos y valores para la sociedad israelí y el sionismo en general. Mis esperanzas son que las opiniones de mi colega no sean la voz de la mayoría en la calle palestina, aunque hayan encuestas que demuestren lo contrario, influenciando el temor y la paranoia, tanto propia como sobretodo ajena.

¿Existe espacio para creer en el proceso de paz? Evidente. Creer en él no significa estar en contra del derecho de Israel a defender sus ciudadanos, no significa estar a favor de Hamas o la Jihad Islámica. Significa entender que somos parte de la solución de los problemas de esta región, y que los palestinos también son parte de la solución. Ellos tendrán que arreglar sus problemáticas internas y luchar contra su radicalismo si desean conseguir una solución real. No lo podemos hacer por ellos, pero nosotros tenemos que combatir nuestros radicalismos, con la fuerza de la ley, y defender nuestro derecho a existir con integridad física. Siempre debemos continuar buscando abrir puertas de diálogo. Ya lo decía Rabin, la paz se hace con los enemigos.

Es relevante que en estos días, donde el radicalismo pareciera tomar cada vez más fuerza, el combate hacia la irracionalidad de ambos lados sea aún más fuerte. El terrorismo de cualquier lado debe ser condenado y reprimido. No solamente preocuparnos de las soluciones necesarias para ahora, sino también de una perspectiva para el futuro. “En lugares donde no hay hombres, procura tú ser un hombre”. (Pirkei Avot, Cap. 2) Encontrar que nuestras opiniones sean absolutamente a prueba de críticas y comentarios es demasiado prepotente. Es relevante confrontar nuestras opiniones con lo diverso, profundizar los cuestionamientos y llegar a nuevas conclusiones.

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Un comentario

  1. la guerra que lleva Hamas es una guerra religiosa que busca exterminar a los judíos.
    Eso hace imposible por el momento llegar a un acuerdo de paz
    Es una guerra entre el fundamentalismo islamico y occidente
    Lastima que occidente no se da cuenta de ello ,es muy parecido a como Francia Inglaterra USA Union Sovietica etc no se dieron cuenta a tiempo de las intenciones de Hitler hace 80 años .
    Lo que si estoy de acuerdo es que hay que acercarse a los palestinos emocionalmente tanto como sea posible para ir paulatinamente generando un vinculo que pueda llevar a la paz, aun cuando falte mucho tiempo .También en nuestra tradición se dice que no es necesario terminar una buena acción sino que es suficiente empezarla

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