Los movimientos juveniles judíos y la educación sionista

por IANIV HOJMAN, Majon LeMadrijim, Shnat Hajshara Hanoar Hatzioni, Israel.
 
El pensamiento y posterior movimiento sionista, que se desarrolla a mediados del siglo XIX, comienza a tener un gran impacto a comienzos del 1900, materializando su éxito con las reiteradas aliot (migraciones a Israel) que se llevar acabo, y con la acción voluntaria que surgió de los jóvenes, desembocando en la creación de los primeros movimientos juveniles judíos, tnuot noar.
Estos jóvenes comenzaron a reunirse de manera voluntaria con el objetivo de repatriarse a la tierra de la cual fuimos exiliados hace miles de años. Más allá de los matices políticos que pudieran tener los distintos movimientos, todos tenían un mismo ideal y un mismo objetivo: el sionismo y la tierra de Israel.
Su activismo fue llevado acabo mediante la educación colectiva de los jóvenes judíos que, luego de un año de preparación en la tierra de Israel (shnat hajshara), finalmente migraban a vivir y así se contaba con bogrim o educadores/activistas de distintos lugares de Europa, capacitados para trabajar la tierra y asentarla.
Las tnuot tuvieron también un rol significativo en la shoá, pues se les considera una fuente de educación judía y sionista, en circunstancias en que el antisemitismo no era algo menor. Los jóvenes forjaron una identidad nacional y una fuerza de combate como método de liberación ante la represión y aniquilación.
Ha pasado bastante tiempo desde el inicio del movimiento sionista,más de un siglo y medio, ¿qué rol tienen las tnuot en la actualidad? En cuanto a su fin,  el dogma «la tnua lucha contra la asimilación» podría ser cierto si nos ponemos en la situación de un joven judío que tiene una pobre relación con su judaísmo y sus prácticas ,tanto religiosas como culturales, o que estuvo privado de educación judía formal como lo es la escuela, pero si nos ponemos en el caso de un niño promedio del Instituto Hebreo, que vive constantemente en un ambiente donde respira shabat, kipot, afikoman o bar mitzvah, es muy probable que se vea fuertemente identificado, por lo que la tnua no tendría contra qué luchar; sólo estaría reforzando esa identidad. ¿Y qué ocurre con los jóvenes universitarios que concluyen su ciclo tnuati? ¿Acaso no están expuestos al monstruo de la asimilación?
En cuanto a la manera en que estamos llegando a ese fin, hay que analizar el contexto educativo de las tnuot, aspecto profundamente afectado por el desmedro de la educación como herramienta de cambio, por la falta de convicción hacia su efectividad, y por el rol del educador.
La tnua en Chile se ha convertido para la vida judía meramente en una obligación social, dejando de lado ese espíritu idealista tanto de la educación como del adoctrinamiento ideológico que marcaba su paso. Los movimientos juveniles en gran parte han dejado de ser instituciones educativas y se han preocupado en ser instituciones recreativas, se han transformado en un club social, un lugar de encuentro para combatir el aburrimiento y no la «asimilación», y si fuésemos honestos y aceptáramos esta realidad, tal vez no existiría esta discusión, pero seguimos revistiéndola con discursos falsos como sí creyéramos realmente  en la aliá, en el pensamiento crítico, en los valores y en la educación. Incluso si creyéramos en todo esto, colectivamente no lo estamos llevando a la práctica. Somos fantásticos animadores, payasos de cumpleaños, babyssitters de primera mano, y sin critico el juego como método educativo, éste termina excluyendo lo educativo y termina meramente como estrategia recreativa.
¿Qué ocurre con el rol de nuestros madrijim/educadores en los movimientos juveniles judíos? Primero, no estamos preparándolos de manera sólida, no nos estamos capacitando lo suficiente, no estamos leyendo. El educador deja de lado su función fundamental educadora y lo más importante es quién tiene más janijim, de esa competencia dentro y entre las tnuot que se torna violenta y deja atrás la convivencia sana.
Se nos hace evidente que de educación no sabemos nada y no hacemos nada, o tal vez poco. ¿Tenemos la voluntad de cambiar esta realidad tan cómoda a la que estamos sujetos?

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0 comentarios

  1. Estimado IANIV HOJMAN,
    Quiero adherirme a tu preocupacion de la despreocupacion de la necesidad de intensificar la formacion de una Vanguardia Judia Sionista a la cual se le puede confiar para guiar a la Juventud Judia Chilena que estudia y egresa la etapa Universitaria.
    En especial en este Nuevo Siglo que trae consigo el auge del antesimitismo y el post sionismo que certifica el desenlace con la Tierra Prometida y pone de nuevo en peligro al Pueblo Judio.
    Con agrado te mandaria el libro «Los Shomrim de los Andes»,en espanol.Es parte fundamental de la historia de la creacion del Movimiento Juvenil Sionista en Chile. Cientos de Jalutzim Chilenos se cuadraron por la causa sionistas que establecio las colonias frente a Gaza – la Frontera Verde – que en estos dias demuestra su importancia estrategica.

  2. Estimado Ianiv, habiendo conocido bastante el funcionamiento de Tzerei Ami a través de mis dos hijos no tengo más que admiración por esta Tnuá. En mi opinión está muy lejos del pesimista cuadro de «institución recreativa» que tu pintas en tu artículo. Cada uno de los Shlijim que le ha tocado pasar un período en Chile queda sorprendido por la fortaleza del movimiento.
    Coincido contigo en que el movimiento sionista se ha debilitado, pero la razón no está en una debilidad de las Tnuot. Hay muchas razones adicionales como por ejemplo el predominio de valores como el dinero y el individualismo que permean a toda la sociedad chilena.

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