¿Más inversión, mejor educación?

por ANDREA MALCHUK, Est. Pedagogía en Educación General Básica, U. del Desarrollo.
Frecuentemente, me encuentro discutiendo acalorada sobre la educación en Chile, sobrepasada por comentarios basados en un idealismo utópico que desmerecen la labor del docente. Estos aseguran que la prioridad es hacerla gratuita, siendo que la calidad que actualmente se paga aún deja mucho que desear, y creen que la única manera de mejorarla es invirtiendo más en ella.
Pero en los informes de la OCDE, se puede ver claramente que Chile es el país que por lejos más invierte en educación y el que peores resultados obtiene. ¿Para qué entonces seguir adelante con una reforma tributaria que busca recolectar más plata “para la educación” si claramente la orientación del problema es otra?
Los profesores son la base de la sociedad. A los médicos, los formaron profesores, y así también a los arquitectos, abogados, ingenieros o sociólogos. Sin los profesores no habría profesionales, y sin profesionales no habría sociedad. La única herramienta que existe para lograr movilidad social, para construir una sociedad más justa y equitativa, es una buena educación, y esta no se logra simplemente invirtiendo más de lo que se invierte hoy, sino redefiniendo las prioridades actuales.
¿Habría estudiantes marchando por educación gratuita si esta fuera de calidad? ¿Acaso no pagamos más por algo que es de mejor calidad? La prioridad debe reubicarse en la formación docente: cualquier dinero nuevo que se invierta en educación, debe ir a formar docentes en universidades especializadas en pedagogía. Basta de universidades que imparten la carrera de pedagogía como si fuera cualquier disciplina, buscando solo lucrar.
Las universidades cometen el error con los filtros, dejando que personas sin motivación o vocación terminen paradas en una sala de clases, transmitiendo cualquier cosa. El filtro para quienes quieran dedicar su vida a la pedagogía no se puede hacer cuando ya todos se graduaron de la carrera, a la que muchos entran porque no saben qué estudiar; la PSU pide un puntaje bajo, la Beca de Vocación de Profesor paga la carrera completa, y además dan plata todos los meses. El filtro tiene que hacerse antes de entrar a estudiar.
Pedagogía es una carrera tremendamente difícil, no por sus contenidos, sino por la paciencia, dedicación, esfuerzo y cariño que se necesita para poder ejercerla. Un genio matemático no es un gran profesor si no sabe cómo transmitir sus conocimientos. Quienes miran la profesión desde afuera, se les olvida la cantidad de niños con los que se es mamá, profesora, amiga, psicóloga, doctora y tantas otras cosas. Un gerente tiene muchas responsabilidades, pero si se equivoca y su empresa quiebra, debe ser remunerado con un sueldo millonario, pero un docente, que tiene responsabilidades humanas tremendas, merece un sueldo indigno.
Sé que todos lucran, sé que los niños pierden y sé que este gobierno cree que la carrera docente está al final de la cadena alimenticia. Por lo mismo, las decisiones que tengan que ver con el futuro de la educación no pueden ser tomadas por “políticos” compitiendo por ser los más populares y lograr la mayor cantidad de cambios en el menor tiempo posible.

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