La generación de los idiotas

por ALEJANDRO BEREZIN, Est. Ingeniería Comercial, U. Adolfo Ibáñez. Boguer Shnat Hajshara Majon LeMadrijim-Hashomer Hatzair.
 
Como estudiante de ingeniería comercial, a lo largo de la carrera me he enfrentado en bastantes oportunidades con el desafío de “crear un nuevo producto” o de trabajar en proyectos de innovación.
Lamentablemente, no me ha generado ninguna sorpresa el hecho que la mayoría (bordeando el 100%) de las ideas naturales que les surgen a los futuros empresarios del país, tienen que ver con aplicaciones para los celulares y páginas de internet para “facilitar” la vida de los futuros clientes/usuarios.
El mundo está en una carrera de 100 metros planos con la velocidad de Bolt, dirigiéndose directamente hacia la inutilidad del ser humano. Cada vez, estamos acercándonos al sedentarismo total, volviéndonos a cada segundo menos auto suficientes, para pasar a una etapa de la humanidad en que todo dependerá y será efectuado por la tecnología.
Para algunos, centralmente para quienes lucran/lucrarán con esto, es una gran noticia y genera esperanzas a nivel de utilidades que serán casi infartantes. ¿Cómo no querer asemejarse a google? Si sus acciones bordean los $568 c/u ¿Cómo no querer ser el nuevo innovador creador de Waze? Y entre estos, hay miles de otros ejemplos.
Mi preocupación surge por el hecho que la tecnología, de manera totalmente acertada, ha tomado un rol protagónico en nuestra era. Sin embargo, estamos tomándolo desde la perspectiva errónea, pues en vez de utilizarla como una herramienta para saciar esas interminables ansias de progreso, estamos comenzando a caer en la dependencia total de estos elementos.
Si no le damos un giro a esta situación, más temprano que tarde habrá una sociedad occidental sumida en el sobrepeso y la inoperancia. ¿Para qué moverme? Si con el dedo y mi teléfono ya podré conseguir lo que quiera. ¿Para que ir a ver a mi mejor amigo? Si me puedo comunicar con él todo el día por whatsapp, y si quiero verlo me envía una foto o hacemos un Skype. ¿Por qué decirle te amo a alguien mirándolo a los ojos? Si puedo comunicárselo a través de una nota de voz.
Estamos en la senda incorrecta, atentando contra nuestra naturaleza como seres sociales. Eliminando los sentimientos reales, disfrazándolos de emoticones. Somos la generación en que un beso se puede dar escribiendo “:*”. Somos la generación artificial y virtual.
Si los líderes de la futura innovación ya solo piensan en perpetuar este ciclo, fomentando las facilidades innecesarias y solucionando problemas irreales, que son solo alucinaciones de una sociedad que cada vez quiere más, con el menor esfuerzo posible, ¿Qué nos espera? ¿Cómo dar vuelta a esto? ¿Queremos realmente darle vuelta a esto?
Un barbón, escritor de pergaminos sobre economía, nos dijo que el hombre adquiere su condición como tal gracias a su trabajo. Y siendo nosotros, quienes nos alejamos cada vez más del trabajo para acercarnos a la comodidad, estamos perdiendo lo más valioso, nuestra calidad de humanos, caminando en línea recta hacía la deshumanización.
Ya se escribió sobre esto hace muchos años. “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo sólo tendrá una generación de idiotas”, A. Einstein.
 

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0 comentarios

  1. Estimado Alejandro:
    Por mucho tiempo me sentí igual que tú. Acabo de salir de comercial y veo a todos estos tipos que quieren hacer una aplicación para hacerse ricos.
    Creo que el término «innovación» está demasiado manoseado, cuando pienso en lo que de verdad es innovar, pienso en una nueva forma de hacer algo cotidiano de forma más simple/rápido/barato/etc (pensar en la máquina de coser de Singer por ejemplo) y no podía entender cómo alguien consideraría «innovar» el hacer una aplicación para el celular o una página de internet.
    Pero, tuve que salir al mundo real, comenzar a trabajar en una empres de software y conocer ideas de «innovaciones» de parte de compañeros de la u para darme cuenta que SI se puede innovar (en forma real) con una aplicación/página web, es simplemente crear un modelo para disminuir los costos de cambio/búsqueda/información/suela de zapatos entre otros.
    Tengo claro que tenemos lo que tenemos gracias a gente que trabaja creando cosas tangibles con sus manos y/o máquinas, gente que vive de realizar el trabajo sucio y mal pagado, como limpiar el suelo del primer piso del edificio donde trabajo (José, quien cumple 80 años el próximo mes y no le queda otra que seguir trabajando para poder vivir, seguramente dado que su pensión es miserable). Esto lo veo desde otro lado ahora: gracias a la empresa de software donde yo trabajo, José puede estar tranquilo con respecto a que su cheque llegará a fin de mes, con que podrá tomar vacaciones en paz, sabiendo que no lo molestarán y que le pagarán esas vacaciones; que tendrá la escoba y los otros elementos necesarios con los que lleva a cabo su trabajo en la entrada desde muy temprano, y otros etcétera que dan tranquilidad y facilitan la vida de los trabajadores, incluso los más básicos. Sé que esto no va a mejorar su pensión ni su sueldo, pero es una mejora importante a los factores de motivación higiénicas que menciona Herzberg.
    La tecnología sí es buena, cuando ayuda a la gente a facilitar la vida. La tecnología es neutra, que algunos la usen para ser idiotas, es otra cosa. He visto como un software puede llevar a hacer la gestión de TODA la empresa algo relativamente simple y en tiempo real, y eso es lejos lo que más ha afectado mi forma de ver la innovación desde el punto de vista del software y los intangibles.

    1. Michael G., considero que tus palabras carecen del sentido humano mas minimo, si dices que gracias a tu trabajo y al de tu equipo, jose el abuelo de 80 años trabaja y tiene sus implementos para hacerlo… Debiera darte verguenza… Que clase de pais tenemos que personas de la 3era edad tengan que estar trabajando y un CSM como tu, fanfarronee que este «humano» trabaja solo por tu iluminada mente… No crees que este abuelo debiera estar descanzando en su casa? Y disfrutando de su familia… Que pena por los seudos ingenieros

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