¿Hay un marco judío gay?

por GUSTAVO MICHANIE, Representante JAG – Judíos Argentinos Gays.
 
Cuando llega esta época del año, la pregunta que muchos nos hacemos es ¿dónde pasamos las fiestas? ¿A qué templo vamos? ¿Comemos en la casa de nuestras familias? Y muchas veces la respuesta tiene directa relación con nuestra identidad gay. Acaso por ser gay, ¿no nos han invitado? ¿Nos sentimos discriminados en nuestras propias comunidades y sinagogas? ¿En nuestras propias familias judías?
¿Qué hacemos nosotros por aceptarnos como tales? ¿Qué pensamos cuando vemos al otro con una orientación sexual distinta a la nuestra? ¿Cuáles son las cosas que realmente debemos hacer y no hacemos por temor al propio boicot? vivimos viendo los defectos en los demás y no aceptamos nuestros propios errores.
Es época de balances, de pedir perdón, de pensar en lo que queremos para este nuevo año. Pensamos todos los años si nuestra vida sexual intercede con la religión, si puedo vivir diciendo quien soy dentro de los marcos comunitarios, si puedo vivir como gay dentro de un marco judío.
El mayor paso que di en cuanto a mi identidad gay fue cuando pude aceptar quien era y cuando la gente que me rodeaba supo de mi orientación. Ahí recién pude sentirme aliviado, sin tener que estar ocultando mis sentimientos, sin tener que estar mintiendo sobre las cosas de mi vida.
Como judío, en esta época renuevo mi pacto con el creador, cada año, y lo difícil es aceptar quiénes somos y cómo queremos vivir lo que somos. Tenemos la posibilidad de convertirnos en mejores personas si sabemos convivir con las diferencias, pero muchos no quieren escuchar.
Cuando se creó JAG – Judíos Argentinos Gays, transitamos un duro camino, donde la comunidad aún no estaba preparada para ver la realidad. Hoy, diez años después, podemos decir que hemos obtenido muchísimos logros,  dentro y fuera de la Comunidad. Somos parte de la red de Fundación Judaica, bienvenidos en sus templos y en sus escuelas, donde a través de charlas y capacitación trabajamos en pos de la inclusión, y hemos sido invitados a participar en congresos de Diversidad en numerosas ciudades del mundo.
Aun así, día a día lamentablemente comprobamos que en nuestras comunidades judías queda un largo camino por aprender y recorrer. Comunidad se hace cada día. Que este 5775 comience con libertad y que podamos reunirnos con nuestras diferencias todos en la misma mesa.

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