|

Discriminando en Iom Kipur

por TALI ABRAMOVICZ, Est. Periodismo, U. Diego Portales.
 
Se está acercando el día del perdón, Iom Kipur, en que los judíos nos reunimos para sentirnos en comunidad y ser inscritos en el libro de la vida del nuevo año que comienza, para arrepentirnos de nuestras faltas y errores, para pedir perdón a quien hemos avergonzado o hecho daño. Rezamos, ayunamos e idealmente vestimos de blanco, todo para prepararnos para un nuevo comienzo, para sentir las malas acciones cometidas.
Paradójicamente, serán de nuevo las mismas familias las que ocupen las primeras filas del salón de eventos que se convierte en sinagoga, lugar donde está la Torá, ¿a Dios le gustaría que se pagara en dinero por su perdón? ¿O que los asientos se ocupen según el poder adquisitivo de cada persona? ¿Mi dinero está relacionado acaso con mi poder de arrepentimiento y de pedir perdón? ¿Se llama a la bimá a recibir bendiciones especiales con dinero de por medio? ¿Mi sinagoga es como una empresa?
Los usureros de la religión son quienes deberían pedir perdón, por abusar del día más sagrado del año para cobrar una suma ridícula de dinero por ir a sentarse. Perdón deberían pedir aquellos que no sienten vergüenza de creer que hemos perdido la capacidad de donar voluntariamente, de hacer tzedaká.
Se ha perdido la fe en que cada uno tenga la capacidad integral de donar sin una imposición por delante, sin una ridícula entrada que te dé derecho a estar más conectada con Dios. Inconcebible que esta empresa haya logrado disipar a las almas caritativas, conseguido que nadie se imponga frente al derecho de tener una sinagoga digna y acorde a cada uno como judío, y es más, que haya logrado desunirnos a todos como colectividad, siendo que desde el colegio se predica la unión como pueblo.
Se ha prostituido este día, al igual que todos los asistentes lo hemos hecho, al aceptar la religión de esta forma, aceptar el descaro de cobrarnos por rezar y sumirnos en éste.
Aprendamos y utilicemos las herramientas que nos han entregado en el colegio, movimientos juveniles y sinagogas, y hagamos renacer el espíritu judaico no sólo por la boca, sino que a través de hechos, intentando hacer respetar la esencia de nuestras creencias.
El sábado 4 de octubre, cuando esté terminando el ayuno, de noche envueltos en el talit, ad portas que se cierre el libro de la vida, mirémonos los unos a los otros, hasta los de la última fila a los de la primera y viceversa. No veremos ninguna diferencia, sólo una cuestión comercial logística que ha impulsado esta discriminación en el día en que somos más vulnerables ante Dios.

Publicaciones Similares

0 comentarios

  1. Este articulo es una contradicción en si misma.
    El simple hecho de hacer esta dicotomía entre los que pagan y los que no te convierte en precisamente lo que estas criticando. Si de verdad quieres que este día tan importante sea uno de unión y de reflexión espiritual, que te importa lo que los Farkas o los Calderon hagan con su plata, que tampoco creo que venga de mala fe, simplemente pueden pagarlo y están dispuestos a ayudar a su comunidad, y si eso les da el beneficio de estar sentados en una ceremonia que dura 24 horas, no veo cual es el problema. Propagas igualdad y son tus mismos argumentos los que fomentan discriminación.

    1. La verdad creo que has tergiversado lo escrito, ya que si bien menciono a las personas que donan dinero, mi critica va especificamente a que se cobre por el asiento, no el hecho de cuanto puedas donar,,, eso
      Saludos!

  2. que identificada me siento con tu articulo , lo pense asi por anos !! incluso una vez se lo comente al Rabino , que me parecia muy mal que solo por tener mas dinero hubiese gente que tenia mas derechos , incluso le pregunte si D’ s eso dia cerraba los ojos , frente a gente que durante el ano habia cometidos delitos y que por el solo hecho de tener mas dinero TODO SE LES PERDONABA !!! estuve casada con un hombre por 20 anos y que nunca tuvo mucho para donar , pero que si fue un buen padre honesto en su proceder para con el y los otros y JAMAS TUVO DERECHO A SUBIR EN KIPUR A PORTAR LA TORA , obvio nuestra contribucion era muy humilde !!! bravo por tu valentia , solo asi se cambia una sociedad !!

  3. Puedo contar un par de experiencias personales. 1) El año 1974 cuando falleció mi padre y para ser enterado en Conchalí, previo a la sepultura, firmé no sé cuantas letras en beneficio de la comunidad. En ese entonces tenía 20 años, mi padre y toda la familia – a la sazón miembros muy activos en la Bnei Israel- falleció a como consecuencia de una severa depresión gatillada por haber perdido casi todo sus bienes a causa de la Unidad Popular y obviamente sus malas decisiones. Dejó una viuda ( sobreviviente de los campos de concentración y única sobreviviente de su entorno familiar)y tres hijos. El monto cobrado por el funeral era exorbitante para nuestras posibilidades, no obstante tuve que pagarlo mes a mes con mucho esfuerzo. Cuando me acerqué a la comunidad a fin de que se me condonara parte de la deuda, se me manifestó que compromisos son compromisos, por no decir que negocios son negocios. Pues bien, 25 años más tarde, al fallecimiento de mi madre, ya con más experiencia, me acerqué a la comunidad, corría el año 1999, se me pretendía cobrar 4.200.000 por el funeral, pues consulté en el Parque del Recuerdo, y el precio por una sepultura y el servicio era de 1.970.000, les manifesté que como ya había pagado el «derecho de llaves» (con mi papá) y si no me rebajaban el cobro a 2 millones, la enterraría en Parque del Recuerdo, finalmente «negociamos en esa suma. 2) Con motivo del despido de Efraim de la comunidad, fuimos citados unos cuantos socios -aquellos que por una u otra razón queríamos su continuidad o aquello que se indignaron por la forma en que fue despedido- ocasión que entre otras cosas se nos dijo, era que los fondos de la comunidad eran sólo unos 7 u 8 millones de dólares, exiguos para la continuación de la comunidad. Pues bien, en la siguiente Asamblea general, y cuando se rindió cuenta de los fondos se habló de un balance de unos cuantos millones de pesos que no guardaban relación con los millones de dólares mencionados anteriormente. Al solicitar la explicación, no se me dió, obviamente que siempre se llevaron dos contabilidades, una para la «prole», y otra para unos pocos iluminados que manejan los fondos, vaya a saber uno si en cuentas personales, probablemente en el extranjero y de los cuales obviamente no se rinde cuenta. Luego de esta intervención se me acercó bastante gente con la misma inquietud y sería muy largo enumerar aquí todos los rumores que se dice al respecto. Para terminar, quiero decir que como miembro activo por muchos años de varias instituciones de la colectividad, podría contar más anécdotas, como para escribir un libro.

  4. que buen analicé, te felicito. El pagar una silla para pedir perdón para creer que Dios nos perdonara , si esto no se hace de un arrepentimiento verdadero del corazón no sirve de nada. Adjunto artículo que es pedir perdón sin tener que pagar una silla según tú clase social, sacado de la Torá.
    Mil felicitaciones y eres muy valiente para escribir lo que sientes, aún sabiendo que tendrás mucha gente que no estara de acuerdo contigo.
    Teshuvá: Un lavado para el alma.
    Mucha gente malinterpreta el concepto de pecado. Piensan que alguien que peca es una «mala persona».
    En realidad, la palabra en hebreo jet no tiene ninguna relación en significado con la palabra pecado. Jet aparece en la Torá refiriéndose a una honda que «erró en dar al blanco». ¡No hay nada inherentemente «malvado» respecto a esa honda! Más bien, ocurrió un error – debido a una falta de enfoque, concentración o habilidad.
    Esto mismo se aplica a nosotros. Cuando nos comportamos de forma irresponsable o destructiva, simplemente hemos errado nuestro tiro. Cada ser humano tiene un alma, un pequeño trozo divino que nos diferencia de los animales. Cuando hacemos algo mal, es porque la «voz» de nuestra alma se ha quedado temporalmente muda debido al rugido del cuerpo físico. Esta confusión es lo que nosotros llamamos «Ietzer HaRá». Pero nuestra esencia se mantiene pura. Sólo tenemos que hacer algunos ajustes – ¡Y estaremos de vuelta en camino hacia nuestro blanco!
    Esta es la idea de teshuvá, que literalmente significa «retorno». Cuando «hacemos teshuvá», examinamos nuestras formas de ser, identificamos en cuales estamos mal y «retornamos» a nuestro estado previo de pureza espiritual. En este proceso «retornamos» también hacia nuestra conexión con Dios.
    El proceso de teshuvá involucra los 4 pasos siguientes:
    Paso 1- Arrepentimiento. Darse cuenta de la medida del daño que se ha hecho y lamentarlo sinceramente.
    Paso 2- Cesación. Parar inmediatamente la acción perjudicial.
    Paso 3- Confesión. Articular el error y pedir perdón.
    Paso 4- Resolución. Hacer un firme compromiso de no repetirlo en el futuro.
    Ahora vamos a examinar cada uno de los pasos en detalle.
    Paso 1: Arrepentimiento
    A veces tratamos de justificar nuestras acciones, usando una variedad de excusas:
    • «Todos los demás lo hacen».
    • «¡Por lo menos no soy como algunas personas que van por ahí, matando y robando!».
    • «¿Quién eres TÚ para decir que está mal?».
    El arrepentimiento no es realmente posible, a menos que podamos distinguir claramente entre el bien y el mal. De lo contrario, solamente racionalizaríamos y nos engañaríamos para llegar a pensar que no hemos hecho nada mal. Los estándares de nuestra sociedad, que constantemente van cambiando, contribuyen a esta falta de claridad.
    Por ejemplo, imagina que has crecido en una casa en la que el chisme era algo que se hacía constantemente. A menos que tengas conocimiento de la idea judía de Lashón HaRá («lenguaje negativo») y te hayas dado cuenta de su naturaleza destructiva, ¡Es posible que nunca consideres que hablar así de los demás está mal!
    (Por esta razón, es importante estar familiarizado con la Halajá, la ley judía, y tener un rabino que te conozca personalmente y te pueda aconsejar).
    ¿Cómo debemos sentirnos al reconocer un error propio? ¿Debemos sentirnos culpables, despreciables o malvados? ¡No! «Culpa» es una emoción negativa que dice «Yo soy malo». Mientras que «Arrepentimiento» es el reconocimiento positivo de que, mientras mi esencia sigue siendo pura, he fallado en cumplir con lo que se espera de mi potencial.
    Sentir arrepentimiento es una señal positiva de que estamos nuevamente en contacto con nuestra esencia divina. Nuestra conciencia no nos va a dejar tranquilos hasta que hayamos corregido nuestro error. ¿Acaso una persona malvada sentiría arrepentimiento luego de hacer una transgresión?
    Este primer paso de teshuvá es, de hecho, el más crucial. – Ya que, a menos que una persona se sienta arrepentida, posiblemente continuará con sus formas erradas.
    Paso 2: Cesación
    El Talmud dice:
    Una persona que cometió un error y lo admite, pero no renuncia a hacerlo otra vez, es comparada con el sumergirse en la mikve sosteniendo un reptil muerto en la mano. Por que a pesar de que se sumerja en todas las aguas del mundo, su inmersión es inútil.
    Sin embargo, si lo suelta [al reptil] de su mano, luego al sumergirse en 40 sehas de agua (la medida mínima de una mikve), su inmersión se hace inmediatamente efectiva. (Tahanit 16a).
    ¿Te imaginas pedirle perdón a alguien mientras continúas haciéndole mal al mismo tiempo? Si no se para la mala acción, ni siquiera todas las buenas intenciones del mundo podrán ayudar.
    Paso 3: Confesión y pedir perdón
    Al admitir nuestro error, la ley judía prescribe que debemos articularlo verbalmente. El Majzor ArtScroll de Iom Kipur da una hermosa explicación de porqué esto es tan crucial para el proceso de teshuvá.
    Al ser inteligente, pensante, e imaginativo, el hombre tiene todo tipo de pensamientos pasando constantemente por su mente. Incluso las reflexiones más sublimes de remordimiento y mejoramiento personal, no le son extraños, sin embargo no le duran. Para que estos pensamientos tengan un sentido duradero, él debe destilarlos en palabras, ya que el proceso del pensamiento culmina cuando las ideas son expresadas y clarificadas.
    Esto no es tan simple como parece. Por lo general, es terriblemente difícil para la gente admitir explícitamente que han hecho algo mal. Nos excusamos. Nos negamos a admitir la verdad. Le echamos la culpa a otro. Negamos lo obvio. Nos destacamos por racionalizar. Pero la persona que arranca de sí misma la incomoda verdad, «Yo he pecado», ha llevado a cabo un grandioso y significativo acto.
    La Torá nos pide ser humildes y estar afligidos mientras pedimos perdón. Esto es crucial para permitir que la «víctima» sane. ¿Alguna vez alguien te ha pedido perdón y te has dado cuenta que no es sincera? No es suficiente con tan sólo murmurar las palabras «lo siento».
    Incluso algunas cortes civiles están adoptando este principio; algunos jueces requieren que los criminales demuestren un arrepentimiento verdadero y que pidan perdón formalmente a las víctimas antes de considerar una reducción en la condena.
    Paso 4: Decidir no repetirlo
    En Iom Kipur, decimos dos plegarias («Ashamnu» y «Al Jet») la cuales contienen una extensa lista de errores. De hecho, al revisar esta lista, ¡encontrarás que la mención de errores Cubre cada aspecto de la vida! Esto nos lleva a preguntar: Al decir estas plegarias, ¿Estamos realmente haciendo un compromiso de no pecar nunca más? ¿Es esto realista?
    Imagina a un niño que está dando sus primeros pasos frente a sus orgullosos padres. Se pone de pie, da un par de pasos – y se cae sin éxito. Los padres aplauden excitados y con regocijo. Pero analicemos la escena, ¿No deberían los padres estar apenados? Después de todo, ¡El niño se cayó!
    La respuesta es obvia. Un padre no juzga a su hijo basado en si camina o se cae, sino que según si dio algunos pasos en el camino correcto.
    Así es también, con Dios. No estamos compitiendo con nadie más que con nosotros mismos. Lo que a Él le preocupa, es si estamos haciendo un esfuerzo sincero para ir en la dirección correcta. Dios no te pide que cambies en el área que todavía no es viable para ti cambiar. Estamos comandados a ser seres humanos, no ángeles. Esto significa hacer un serio compromiso a cambiar – y dar los pasos correctos en el momento correcto.
    Un individuo no tiene que tener todas las respuestas ahora mismo. La clave es el compromiso a cambiar. Debes tener en cuenta las situaciones en las que puedes tropezar, y mantenerte a una distancia segura de ellas. La Torá dice: Fortalece tu voluntad en cierta área y Dios te asegurará el éxito. No hay nada que se pueda interponer en el camino de la persistencia y la determinación. Tal como dice el Talmud (Makot 10b) «En el camino que una persona quiera ir, será guiado».

  5. A quienes les interese ocupar los primeros asientos o crean que eso hace la diferencia con Ds, éstos estan disponibles gratis 364 días al año. Para quien ideológicamente no esté dispuesto a pagar para rezar y arrepentirse tiene todo el año para hacerlo gratis dentro o fuera de una sinagoga. Kipur es la principal instancia de recaudación para que nuestras familias en desventaja económica puedan estudiar, comer, vestirse y estudiar. Lo recaudado ayuda a mantener las instituciones formadas con el fin de preservar y cuidar nuestro pueblo en pertenencia, religión y cultura. Son cientos los voluntarios y remunerados que llevan esta tarea adelante y eso requiere de recursos. Es una ofensa llamarlos usureros de la fe. A quienes tengan dudas sobre esto o realmente quieran aportar, todas las comunidades tienen sus puertas abiertas para recibir voluntarios. Todo lo opinado en publico sin estar involucrado y entender lo complejo de mantener comunidades, que son intituciones q sólo generan gasto, es atornillar en sentido contrario.
    Jatimá Tova y gracias a todos los que aportan a nuestras comunidades y entienden lo complejo que es mantenerlas activas.

    1. Entiendo tu punto. Valoro y agradezco profundamente el trabajo y aporte que se da a nuestra comunidad. Pero existen 364 otros días para hacer donaciones. Por que permitir que se use para fines recaudatorios el día más sagrado de todos?
      Los honores no se compran, pero en nuestra comunidad no pareciera ser así. Sube a la Tora hacer las bendiciones el paga o el que fue al servicio todos los viernes?

  6. Me parece horroroso que se lucre con las festividades , pero les comento que se hace en toda la diaspora y tambien en algunos lugares de Israel. Porque mejor no se unen todos los que no estan deacuerdo y hacen su propio grupopara celebrar , porque esperar que estos mercaderes de la religion se conmuevan es inutil perdida de tiempo, y lo mismo pasa en los cementerios

Responder a David Levy Spiegel Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *