Que los pobres estudien entre pobres

por FEDERICO LEVI, Profesor, PU. Católica. Lic. Arte, U. de Chile.
 
Pasada recientemente la publicación de puntajes de la PSU, aparecieron nuevamente los mismos titulares de todos los años: “aumenta la brecha entre colegios municipales y particulares”, “el 70% de los puntajes nacionales son de colegios particulares pagados”, titulares amplia y tristemente naturalizados.
En un artículo de La Tercera, se preguntaron sobre cómo algunos colegios con nombre de cerro (muy caros por lo demás) lograban tener tanto éxito en la PSU. El artículo se centra en decir que “cualquiera puede tener puntaje nacional si se esfuerza”[1], planteando que el gran secreto de la PSU es el esfuerzo. Entendemos entonces que la brutal diferencia entre los colegios particulares de élite y los municipales (más de 100 puntos)[2] se debe a que los alumnos de los primeros se “esfuerzan” mucho más que los de los segundos.
Enfocarlo de esta manera resulta sumamente ofensivo, ignorando factores determinantes en los puntajes que obtendrán los estudiantes. No considera que los colegios particulares de élite realicen, en su gran mayoría, una selección académica de sus estudiantes, pruebas de acceso desde pre-kinder. Además, dichos colegios hacen una selección económica fundamentada en el costo de la matrícula y del arancel, que muchas veces está por sobre los 350.000 pesos mensuales. Y muchos de estos colegios exigen la pertenencia a ciertas confesiones religiosas y que sus familias estén constituidas del modo como dictamina dicha religión.
El hecho que los estudiantes de colegios particulares obtengan significativamente mejores puntajes, no tiene como causa el que los ricos “se esfuercen” más, ni que sean más inteligentes, sino más bien a la segregación existente y legitimada de nuestro sistema educativo.
La segregación tiene efectos nefastos en la educación de toda nuestra sociedad. Sólo revise www.simce.cl. Es cosa de buscar un colegio, ver su nivel socio económico y compararlo con sus resultados en la prueba. Un estudio del CEP compara incluso los resultados SIMCE con la estación de metro donde se encuentra el establecimiento, demostrando una vez más los alcances de la segregación[3].
Por muchos años, nos han hecho creer en una falsa meritocracia, donde si te esfuerzas suficiente podrás tener un sin fin oportunidades; sin embargo, hoy en día sabemos que la cosa no funciona así. Los privilegiados mantendrán sus privilegios, y los que no los tienen difícilmente ascenderán en la estructura social. No obstante, algunos sectores políticos y medios de comunicación insisten en seguir sosteniendo esa ilusión, jugando a la movilidad social con malos chistes como las becas que entregan los colegios particulares pagados de élite a estudiantes “esforzados” con menos recursos, felices destacando al estudiante pobre de colegio técnico que obtuvo 850 puntos.
Pero en Chile, gracias al sistema particular pagado y particular subvencionado, tenemos un colegio para cada tramo de ingreso, de manera que cada uno estudiará con su clase social y, como sería de esperarse, los puntajes a su vez se distribuyen según el nivel socio-económico del colegio. Por esto, aquellos que se encuentren en una posición superior en la estructura social, tenderán a obtener mejores puntajes… esa es la nefasta “normalidad” que da cuenta el proceso de selección universitario.
 
 
[1] Cita textual: La Tercera 28/12/214
[2] http://www.emol.com/noticias/nacional/2014/12/28/696538/baja-levemente-brecha-entre-pagados-y-municipales.html
[3] http://www.cepchile.cl/Puntos-de-Referencia_CEP_PDF/pder359_SUrzua.pdf

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