Los desafíos de la Comunidad Judía

por ALEX GOLDBERG, Lic. en Comunicación, U. Anáhuac. Director de Juventud, Centro Deportivo Israelita. Co-Fundador, Limud México. Director escénico y coreógrafo.
Discurso leído en el seminario de Coordinadores de Diller Teen Fellows.
Muchas cosas me hacen sentir orgulloso de los jóvenes de mi comunidad: trabajamos para el otro, porque nos importa el otro. Hay más de 30 grupos de jóvenes, desde paramédicos, movimientos juveniles y comités en diferentes organizaciones. Creamos espacios para involucrar a otros jóvenes en actividades. Tenemos más de 10 movimientos juveniles judíos con más de mil niños y adolescentes todos los sábados recibiendo educación no formal judía y sionista, los más grandes del mundo. Los mayores logros de la historia de nuestra comunidad fueron hechos por jóvenes.
Pero también hay cosas que me hacen sentir enojado, como la vieja estructura en la que seguimos creyendo, y la intolerancia, los prejuicios y la discriminación de la que todos somos responsables. Somos apáticos para hacer realmente un cambio en nuestra comunidad. Hay una zona de confort creada por nuestros abuelos, nuestros padres y madres, y nos sentamos allí, haciendo muy pocos esfuerzos para cambiar las cosas que sabemos que no están bien.
Sin embargo, creo que el mayor desafío de hoy en nuestra comunidad es aprender a sentir el judaísmo, sin necesidad de involucrarse en ciertas actividades o instituciones, no de una manera religiosa, sino realmente para entender que somos judíos por una razón, no sólo porque somos judíos, sino para explorar el aprendizaje judío, para ser abiertos a nuevas formas de entender el judaísmo. Debemos ser capaces de comprender que el judaísmo no es una religión, sino un pueblo. Debemos hacer que un niño se sienta judío no porque esté en la escuela judía, ni por la actividad que desempeña en el club, o porque va dos veces al año a la sinagoga, sino porque entiende lo que es ser judío a su manera.
Por todo lo anterior, hoy trabajo como líder juvenil en mi comunidad, con el fin de cambiar la narrativa del pueblo judío, para hacer que esta comunidad se abra a diferentes aspectos del judaísmo.
Aquí en México, es más seguro caminar en la calle con una kipá, a que una mujer que camina en un lugar judío con una kipá. Nuestros consejos y directivas institucionales están llenos de hombres, pero no tienen más de 1 o 2 mujeres que toman las decisiones.
Si eres homosexual, lo más probable es que permanezcas en el armario hasta que tengas por lo menos 20. Nuestros adolescentes homosexuales tienen miedo de ser rechazados en su propia comunidad judía, sólo por ser homosexuales.
Hay distintos actores judíos que están quedando en el olvido, en lo marginal.
Además los hijos de un matrimonio mixto sufren discriminación en nuestras escuelas y nadie habla de ello.
Tenemos que alentar y capacitar a los jóvenes a ser los líderes de nuestra comunidad y tomar este papel en serio, para tomar decisiones para nuestro propio pueblo judío, para hacer de esta una mejor comunidad, un lugar que pueda incluir a todos.

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