Vigencia de la alia y la vida kibutziana como formas de realización tnuaties: dilemas de realización para la comunidad de javerim de Hashomer Hatzair.

por SIMON WEINSTEIN, Est. de Sociología, U. de Chile. Pahil Hashomer Hatzair Chile. Coordinador de Actividades El Diario Judío.

Dentro de los miembros del movimiento juvenil Hashomer Hatzair, la palabra “realización” no deja a nadie indiferente; si bien es compartido el peso que el concepto tiene, la significación que los javerim del movimiento le otorgan en los días actuales es múltiple. La realización shomrica, a grandes rasgos, tiene que ver con el lugar que ocupan los javerim y las kvutzot después de salir del movimiento juvenil; es la forma en que ellos concretan los ideales shomricos en sus proyectos de vida.

Al ser una institución antigua –prontamente a cumplir un siglo- y con keinim en varios países del mundo, es difícil de imaginar el concepto de realización como una acción única y definitiva; mas esto fue lo corriente por décadas. En 1920, en la tercera veida olamit el movimiento toma la alia como el camino a seguir luego del paso por la tnua; emigrar a Israel pasó a ser la realización máxima de los ideales shomricos, tomando un lugar principal en el proceso educativo de los javerim. De esta forma, la conexión que se tenía con Israel y el sionismo eran los principales motores de la actividad tnuati.

En el caso de la tnua chilena, como relata el libro “Los shomrim de los Andes”, la sede criolla del movimiento fue fundada en 1943 por un grupo de jóvenes alemanes que llegaron a este país, huyendo del nazismo. Se fundaron keinim en diversas ciudades del país como Valparaíso, Concepción o Temuco, llegando a tener más de 500 educandos. De la misma manera que en el resto del mundo, el ideal máximo realizador era la alia, la que fue alcanzada tempranamente por los cinco primeros garinim que emprendieron el viaje rumbo a Israel.

La alia durante décadas representó la única acción realizadora concreta; en el traslado al kibutz de kvutzot completas convenían y se complementaban dos pilares de la identidad shomrica, el sionismo y el socialismo. El trabajo de la tierra y la vida en comunidad fueron por años los ejes desde donde se levantaba el apoyo concreto para el estado judío; además que en el trabajo en el kibutz se estaba apostando por un Israel específico, el socialista.

Años más tarde comenzaron una serie de dificultades que el movimiento chileno debió afrontar al agotarse las energías iniciales, pero la alia permaneció como la realización a la que se educaba en la tnua. Comienza así una larga segunda etapa, marcada por una serie de dificultades: problemas económicos, falta de liderazgos claros, el cierre de la hajshará marcado por la disminución de olim o el dilema entre los estudios universitarios y la realización pionera del movimiento.

Para la generación siguiente, los dilemas sobre la realización continuaron, siempre en relación al contexto histórico social vigente. Durante el periodo de la UP, los bogrim se enfrentaban a duros cuestionamientos respecto al ideal realizador tnuati; ¿debemos seguir apuntando a una realización mediante la migración, la vida comunitaria y el fortalecimiento del socialismo en Israel o debemos apoyar el proyecto social que está ocurriendo en nuestro país liderado por Salvador Allende?

La dictadura de Pinochet fue un período difícil para el movimiento, al igual que para varias instituciones de la comunidad judía chilena en general. Durante esos años, los allanamientos al ken fueron frecuentes. Fue necesario quemar libros y cubrir dibujos “subversivos” que estaban pintados en las paredes del ken. El número de educandos bajó drásticamente debido a la inseguridad que despertaba en las familias la pertenencia a un marco educativo judío y abiertamente de izquierda. A pesar de las contrariedades, nunca se dejó de activar, pero la realización en el kibutz perdió importancia.

Desde la década de los 90´, entramos en una nueva etapa donde la tnua continúa siendo un movimiento juvenil educativo e ideológico, pero su carácter realizador se tensa entre los proyectos locales y la relación con Israel. Para muchos javerim que pasaron por la tnua en décadas anteriores, el Hashomer Hatzair dejó de existir el día en que la alia dejo de ser el centro y el fin educativo. Para otros javerim, la riqueza del movimiento actual se encuentra en las múltiples maneras en que uno puede realizarse; siendo ejes de la educación shomrica el espíritu crítico, el activismo civil y la vida comunitaria, delimitando la realización cuando se sale de la tnua.

Hashomer Hatzair es un movimiento educativo que trabaja por mantener su identidad jalutziana e ideológica, mientras se adapta a los nuevos contextos sociales y locales; en ese debate es que se complejiza la búsqueda por encontrar realizaciones que entreguen sentido a la práctica educativa.

Las comunas son una versión más actual de las prácticas realizadoras, ellas son reconocidas por la tnua como una forma de realización local. En el caso de Chile, sería de gran interés que la idea tomase fuerza entre los javerim que han dejado el movimiento; es un desafío para todos los niveles la construcción de un estilo de vida donde se pueda expresar la educación que se ha recibido por años.

Finalmente, la tnua Hashomer Hatzair posee múltiples dilemas y discusiones internas respecto a la realización de sus kvutzot y la vigencia de las vías de realización; pero es importante recalcar la centralidad que tiene esta acción en la tnua. Ser un movimiento realizador lo diferencia de ser un grupo idealista o de reunión social; es mediante la construcción de estilos de vida y el activismo social que se busca concretar la ideología.

 

El saludo de DARIO TEITELBAUM, Director de Hashomer Hatzair para América Latina.

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2 comentarios

  1. Bravo por un diario cuya esencia es tanto el «judaismo» como «lo judio»,
    y lo contextualiza en «lo humano» y en la «humanidad» , de la cual somos parte y partidarios.
    Jazak Ve’ematz

    DARIO TEITELBAUM
    Director para América Latina
    Hashomer Hatzair

  2. Como un Jalutz que se afilio a la KIDMA en 1942 y hasta hoy soy Shomer en mi Kibutz, Ein Hahoresh, tengo el agrado de felicitar a Simon en sintesizar nuestra Historia de 70 años donde torbellinos politicos nacionales e internacionales causaron olas internas a las cuales supimos enfrentar, Esto todo gracias a un ¨Modus Vivendi¨ con nuestra vida en Chile y una conviccion sionista basada en la Realizacion – Aliya para afianzar la fortificacion de Israel.

    El que escribe estas lineas fue Director del libro sobre nuestro Movimiento Chileno ¨Los Shomrim de los Andes¨ el cual fue reconocido como parte de la Historia Chilena por el Gobierno Chileno.

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