Papá, no me dejes
por JOEL VAINSTEIN, Est. Ingeniería Civil, U. de Chile
Mucho ha pasado en el último tiempo, cosas que te cambian y que sin duda lo han hecho conmigo. Durante este período, he cambiado más de lo que en los últimos 10 años. Mi manera de pensar es otra, los paradigmas que reglan mi vida son otros. He aprendido, créeme que he aprendido. La vida es increíble, y de eso me vengo a dar cuento ahora.
Siempre haz intentando enseñarme que la familia es lo más importante. Hoy lo entiendo. Te estoy esperando en esta habitación vacía, sin luz, sin ruido, absorta de cualquier estímulo externo. Intento distraerme, traje varias películas, no sirven. No logro dejar de pensar en ti. En lo mucho que te quiero, lo mucho que te necesito, en todo lo que significas para mí. Me es difícil decírtelo en persona, hago el esfuerzo, créeme. Ya saliste de pabellón. Los doctores dicen que salió todo bien, yo les creo. Escucho pasos afuera, espero que seas tú, pero no eres todavía. Sigo esperando.
Me impresiono cómo hacen sentido en este momento aquellas frases clichés que nos dicen desde chico. No apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Yo todavía te tengo, y espero que sea por muchos años más. El puro miedo por perderte me ha cambiado. Me ha hecho reflexionar, pensar. Es ahora cuando entiendo la importancia que tienes para mí, todo lo que significas. Te amo, te adoro, te extraño. Quiero que estés aquí y me digas que todo va a estar bien. Yo sé que todo va a estar bien, solo quiero escucharlo de tu boca.
Hemos peleado. Mucho más de lo que me gustaría. ¿Me arrepiento? Sí. ¿Ha servido de algo? Espero que la respuesta también sea sí. En este último mes, en circunstancias de desesperación, incertidumbre, dolor, miedo y frustración, entre muchas otras cosas, he comprendido por fin el significado y el valor de la familia, de cómo se debe apoyar, de cómo se debe querer, cómo se debe escuchar y siempre estar ahí. La lección más grande es que hay que tener claras las prioridades en la vida. Yo pensaba tenerlas claras, pero me equivocaba. Te amo a ti y a cada uno de los integrantes de la familia mucho más de lo que jamás pensé. Los amo y adoro a cada uno, sin excepciones.
No quiero volver a sentir este arrepentimiento, quiero hacer las cosas bien. Reflexiono en todo momento para que así sea. Quiero que mi vida sea trascendente. ¿Para qué? Ahora lo entiendo. Quiero disfrutar todos los momentos ricos, agradables, las risas, los chistes. Quiero reírme contigo y para qué negarlo, también de ti. Quiero te rías conmigo, y ojalá también de vez en cuando lo hagas simple y llanamente de mí. Quiero trascender en mi familia, ser un hermano importante, un hijo importante, un tío y quizás algún día, un padre importante. Quiero que tú y el resto sientan que siempre estaré ahí por ustedes. Quiero compartir contigo. Te quiero abrazar. Necesito abrazarte y decirte todo lo que siento.
Quiero verle el lado positivo a todo esto. No es fácil, pero lo hay. No recuerdo en mi vida haber sentido la unidad que nos hemos mostrado. No recuerdo nunca haber estado tan cerca. No recuerdo haber conversado tanto con cada uno de mis hermanos. Esta unión que estamos forjando hay que mantenerla. Debemos mantenerla, alimentarla y fortalecerla.
Sigo esperando ansioso que llegues a la habitación. Aún no lo haces. Me siento mucho mejor. Tengo más claras mis ideas. Tengo tantas cosas que decirte. Me es imposible plasmar con palabras todo lo que siento en este momento. Tantas ideas fluyen por mi mente.
Quiero agradecerte, por idiota que suene, esta oportunidad que nos estás dando. Esta oportunidad de aprender, crecer, arrepentirnos y acercarnos. De conversar.
Nada de lo que tenemos es para siempre, incluso tú. A veces se nos olvida que la vida es finita, tenemos que aprovechar cada momento como si fuera el último, aprovechar el tiempo con las personas que queremos. Es por eso que en este momento deseo con toda mi alma que llegues tú. Te prometí que intentaría dormir antes que llegaras. Lo siento, no podré cumplirte. Eres mi familia, eres mi prioridad, y hasta que no te vea conmigo acá, no podré dormir ni aquí ni en la eternidad.