El obsequio de los judíos al mundo
por PAMELA NUDMAN, Arquitecto, U. de Chile.
Comienza un nuevo ciclo y cómo no sentir infinitos pensamientos, recuerdos y proyecciones, todos mezclados libremente en nuestra mente y corazón. La sangre bombea y nos llena de esperanza y temor.
Tenemos esperanza porque sabemos que la unión del pueblo judío hace la fuerza para traer la paz y el amor al mundo. Pero también tenemos temor de no entender o aceptar que la fuerza está en nuestras manos.
Los tiempos se mueven. Se nos ha encomendado un trabajo, una bendición. La tierra está girando más rápido, las fuerzas de la naturaleza nos están llevando a tomar conciencia de quiénes somos, de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde nos debemos dirigir.
¿Qué esperamos como pueblo judío para este nuevo año? ¿Qué deseo pediríamos? Deseo armonía y paz para el pueblo de Israel y toda la humanidad, con honestidad y convicción, con un dejo de arcoíris en medio de la tormenta gris en la mirada. ¿Para qué ser tan serios en medio de la nada contemporánea?
Michael Laitman, en “Como un manojo de Cañas: ¿por qué la unidad y la responsabilidad mutua están hoy en la agenda del día”, nos habla con claridad y bases históricas sobre cómo alcanzar cohesión social y unidad. Plantea que la unión es el obsequio que sólo los judíos pueden dar al mundo, exigidos impacientemente, entendiendo la función de los judíos en la historia de la humanidad, la relación entre la individualidad y la comunidad, la ubicuidad del antisemitismo y las transformaciones y rostros que éste último ha adoptado.
Nuestros corazones anhelan una respuesta clara y verdadera sobre nuestro destino como pueblo, del por qué de nuestra historia y del por qué del antisemitismo. Aferrémonos a esta esperanza y luchemos por hacer realidad lo que por tantos siglos ha parecido ser sólo una utopía. Sé que juntos podemos.