Sionismo y Estado Palestino: ¿Dos propuestas antagónicas?
por EZEQUIEL KOWAL, Lic. en Relaciones Internacionales.
¿La creación de un Estado Palestino podría ayudar a la existencia a largo plazo del Estado de Israel? La situación demográfica y política actual está llevando a Israel y al ideal sionista a un profundo callejón sin salida. Mientras por un lado, en el espectro político, la reciente operación militar en la Franja de Gaza, la apuesta unilateral de la ANP en la ONU, las divisiones de autoridad entre los palestinos, las revueltas sociales y el proceso electoral en Israel han puesto de lado el acercamiento político para negociar un Estatuto Permanente, el balance de crecimiento demográfico entre la población judía y la población árabe en Israel y en los territorios palestinos, así como la continuación de construcción de asentamientos judíos dentro de los territorios ocupados (en disputa o liberados, como claman algunas voces), está llevando a poner un signo de interrogación en la continuación de la existencia del Estado de Israel como lo conocemos hoy en día, como estado judío y democrático.
El movimiento sionista, fundado hace más de un siglo por el padre del sionismo político Teodoro Hertzel y otros pensadores, estableció desde sus inicios la necesidad de crear un Estado Judío para dar solución al problema judío en Europa. A su vez, dentro de una Europa marcada por la efervescencia de los nacionalismos, el sionismo encontró cabida y después de más de medio siglo de disputa, logró llevar su causa a las Naciones Unidas, donde se decidió la partición del Mandato Británico sobre Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe (no palestino, la concepción de “Palestino” surge a finales de los 60´s).
La declaración de independencia de Israel sobre el territorio delimitado por la ONU, llevó al inicio de la guerra de 1948, entre los estados árabes de la región y el Estado de Israel. Las consecuencias de la guerra llevaron a la anexión de los territorios destinados al Estado Árabe por Jordania (Cisjordania) y por Egipto (Franja de Gaza), así como algunas otras regiones por el Estado de Israel. Esto marcó el inicio de una situación que llevaría a la imposibilidad en las décadas siguientes del establecimiento de ese estado árabe, hoy conocido como el Estado Palestino.
A su vez, los constantes años de guerra y conflicto, negociaciones fallidas, divisiones e intereses internos, han llevado a que la Autoridad Nacional Palestina haya optado por el camino de la unilateralidad, recurriendo a las Naciones Unidas para lograr el reconocimiento. Así, el 29 de noviembre pasado la Asamblea General de la ONU decidió elevar el status de palestina de observador a “Estado Observador No Miembro” (mismo status con el que cuenta el Vaticano, podrán firmar tratados y pertenecer a agencias especializadas de la ONU). Sin embargo, esta resolución más declarativa que decisiva, no llevó ni llevará al establecimiento del Estado Palestino y mucho menos a la finalización del conflicto.
Los números no mienten, hoy en día ya no existe una clara mayoría judía entre el margen del río Jordán y el mar Mediterráneo; esto, por supuesto, tomando en cuenta Cisjordania, Gaza e Israel. De acuerdo a datos recientes, la población es alrededor de 6 millones por lado. Si a estas cifras sumamos la tasa de natalidad entre los árabes y los judíos de la región, se puede observar que hay un claro incremento en la población árabe sobre la judía. Esto pone un riesgo a la existencia de un Estado Judío democrático, ya que al no existir una división clara entre ambos, se llegará a una situación en que la división será cada vez más difícil y la única alternativa para conservar la democracia será un estado binacional que, basado en las tendencias demográficas actuales, terminará siendo un estado mayoritariamente árabe palestino.
¿El Sionismo debería apoyar el establecimiento del Estado Palestino? ¿La creación del Estado Palestino puede beneficiar al sionismo? Sin duda, ambas perspectivas pueden encontrar puntos de acuerdo y de beneficio mutuo, sin embargo, ambas perspectivas cuentan con divergencias internas y matices, los cuales sería un error dejar de lado.
La creación del Estado Palestino es parte del debate político actual: ¿Qué características tendría el estado Palestino? ¿De qué forma la ideología sionista sería útil para éste? ¿Cómo mediarían las diferentes tendencias sionistas con la idea del Estado Palestino? ¿Sigue siendo viable y posible una división territorial?