El castigo Judío: ¿por su esencia o por su conducta? La carga de Israel frente al Antisemitismo mundial.

por ALEJANDRO NACHARI, Lic. en Psicología, U. de Viña del Mar.

Me parece por lo menos curioso el profundo interés mundial que siempre se ha tenido sobre el conflicto Palestino-Israelí, ya que a lo largo de la historia han habido todo tipo de conflictos territoriales, religiosos, étnicos, sociales, políticos y raciales que han provocado violencia y discriminación entre los pueblos en conflicto. Sin embargo, somos testigos que el conflicto Palestino-Israelí posee una singular relevancia en la comunidad internacional.

Pero ¿es que acaso este conflicto, a diferencia de otros, tiene un factor que lo hace especial? ¿Será el fantasma del antisemitismo el responsable de influir en el juicio de las personas al momento de analizar el problema?

Claro que sí, porque es fácil percibir que la comunidad internacional respeta excesivamente la forma de actuar de otros países en conflicto, tal como lo vimos este último tiempo en Libia y en la gran mayoría de las revueltas y duras represiones realizadas sobre la sociedad civil en países árabes, que de cierto modo han podido resolver sus diferencias locales sin ser intervenidos por agentes externos, aunque éstos arrasen con los derechos humanos de sus mismos ciudadanos o los de sus vecinos y terceros.

Por el contrario, cada vez que Israel reacciona ante un atentado terrorista, la opinión pública no duda en juzgar y condenar dicha acción. ¿Por qué esa condena enérgica hacia la única nación judía del mundo, pero ese silencio y cinismo ante los horribles atropellos a los derechos humanos en las naciones árabes? Para que mencionar el silencio ante la represión en China, donde su economía que está salvando a gran parte del planeta comprará el perdón de toda la sangre derramada en la represión de la libertad y la democracia.

Es fácil ver un particular empecinamiento de Europa por criticar excesivamente a Israel, independiente de las razones que éste tenga para actuar. Frente a esta actitud europea constantemente anti israelí, Gustavo Perednik se refiere a dos visiones para interpretar la postura de los israelíes: una esencialista y otra conductualista.

El Esencialismo representa la idea que Israel, al ser un estado judío, absorbe en sí mismo la milenaria corriente de odio colectivo hacia el pueblo judío, esto quiere decir, que sus habitantes piensan que Israel es atacado, censurado o resentido por lo que es, en definitiva por existir.

Por otra parte, el Conductualismo no puede aceptar la idea de ser odiado más allá de lo que haga o deje de hacer, por lo que supondrá que lo que despierta la hostilidad en los otros no es su esencia sino su conducta. Como ésta obviamente puede modificarse, el odio también podría disiparse, a lo que el Esencialismo interpreta como una ingenuidad. Un ejemplo de esta idea son las constantes negociaciones que Israel ha propiciado y ha cedido en distintos momentos a las demandas hechas por los Palestinos, a las que éstos han respondido con más violencia, como lo sucedido luego de la entrega de Gush Katif.

La historia nos demuestra que da lo mismo lo que Israel haga, la condena internacional no va por sus acciones, sino por su existencia y su esencia. Pero aún así, siendo completamente pesimista ante la actitud del mundo no judío y el árabe en particular frente a la única nación judía del mundo, aún así creo en el legítimo derecho de existir de todos los pueblos, sin importar el credo, la etnia, la raza, la religión y la cultura. Me parece inaceptable promover ideas de exterminio hacia un pueblo por el sólo hecho de ser. Asimismo, comparto la idea de ser autocrítico frente a las acciones que un estado puede efectuar para defender su existencia, lo cual es válido y en ese sentido es positivo realizar un balance de las acciones que favorecen o no la convivencia social y la seguridad nacional.

Pero aún siendo pesimista y considerando que el odio hacia Israel no tiene que ver con sus acciones sino con su esencia, debemos ser más críticos también en los actos que estamos cometiendo. Como judíos, debemos exigir más de nuestros líderes, debemos exigir más de Israel en un esfuerzo real y concreto para alcanzar una solución verdadera y viable en el conflicto palestino-israelí.

Históricamente hemos vivido como pueblo distintos tipos de castigo, pero el peor de todos es el del propio judío hacia sí mismo, quien cree que es responsable de todas las acciones que Israel realiza y piensa que debe defender o justificar su derecho a existir frente al mundo. Esa carga de argumentos y defensas con el cual los judíos vivimos a diario, ha hecho que varios terminen finalmente renegando su origen judío y mantengan cierto odio a su cultura.

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Un comentario

  1. Que gusto leerte Alejandro, que pulcra tu escritura, que clara, presisa y llena de un contenido que nos toca a todos, judios e Israelies. Se nota que escribes muy en primera persona, desde la experienciam no solo desde los libros…Kol Ha Cavod. Que nada nunca te haga renegar de tu origen.
    Mar.

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