La Redención de la Izquierda: consolidando un nuevo proyecto país en el Chile del siglo XXI.

por ANDRES FIELBAUM, Est. Ingeniería Civil Matemática y Magíster en Ingeniería en Transportes, U. de Chile. Presidente del Centro de Alumnos de Ingeniería. Directiva FECH 2012.

Mucho se ha conversado, escrito, discutido, negado y publicado sobre cuánto cambió Chile realmente este año. No en educación (pues es evidente que los cambios que finalmente impulsó el gobierno son solamente maquillajes), sino que a un nivel más subjetivo, sobre la forma en que nos relacionamos y en que valoramos la acción colectiva, y principalmente la disposición que tenemos a un cambio más profundo en nuestro país, con todo lo que ello implica.

Al respecto, es evidente que sí ocurrieron cambios. Tener 200.00 personas en las calles, a muchos vecinos caceroleando, enfrentando las injusticias que comete Carabineros (que solía ser la institución mejor evaluada), significa que las mayorías volvieron a creer que es posible y necesario organizarse para cambiar el país, y que el orden establecido no es “natural” ni tampoco deseable.

Sin embargo, tras ese primer paso surgen dos ramas fundamentales que deben resolverse para que estos cambios subjetivos realmente se materialicen en la construcción de nuestro país y no se queden solamente en gritos indignados, y que además estos cambios sean para un Chile más igualitario, más justo, más solidario, menos competitivo, donde la colaboración prime para avanzar como un solo pueblo. En resumen, un Chile más de izquierda.

El primer punto tiene que ver con analizar hasta qué punto las demandas que este año hemos estado levantando son realmente demandas de izquierda. Está muy demonizada la política en Chile, y por lo mismo nadie reconoce que el atacar el lucro en la educación, que el pedir mayor regulación del Estado a la iniciativa privada, que el pedir que el Estado se haga cargo de la política energética para no terminar con un Hidroaysén, entre otras, son demandas de izquierda. Sin embargo, es evidente que sí lo son, y hacer ese reconocimiento es clave. Basta ver si no en que terminó el movimiento de indignados en España: un giro a la derecha en el gobierno.

En ese sentido, es fundamental darse cuenta que hay una causa común a todas las problemáticas que se han levantado este año, y que es la profunda concentración de poder económico y político en el país, consecuencia inevitable del modelo que impera en Chile. La crítica al modelo político está bastante instalada, la crítica al modelo neoliberal aún no, mas es algo que avanza. No es extraño entonces la simpatía popular por los dirigentes estudiantiles, el triunfo del No en el plebiscito de Peñalolén, que más de la mitad de los encuestados enla CEPestén contra el lucro en la educación e incluso estén dispuestos a una crisis institucional si eso significa cambios, son señales de que efectivamente la izquierda en Chile se redime.

Pero lograr transformar eso en poder político real es el desafío, y esa es la otra rama que surge. Cómo organizar a las mayorías que hoy se han expresado en las calles para que surjan nuevas fuerzas políticas es el paso clave que hay que saber dar. Ser convocante, volver a demostrar que se puede tener un modelo de desarrollo alternativo, que la izquierda puede ofrecerle a Chile un proyecto moderno, acorde al siglo XXI. Es inentendible en ese contexto ofrecer condolencias por la muerte de uno de los peores dictadores, como recién hizo el PC.

Es cierto que la izquierda se está redimiendo, pero falta mucho por avanzar para que la gente vuelva a confiar en un proyecto diferente. Pero teniendo las directrices claras, hay motivos para estar esperanzados.

Comparto esta canción, escrita por un buen amigo que expresa mejor que yo esta misma idea http://www.youtube.com/watch?v=67OMZDy7bow.

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