El regreso de Michelle Bachelet.

por FELIPE SIMONSOHN, Abogado, U. Diego Portales. Coordinador Ejecutivo de AHCIET.

Vuelve a Chile Michelle Bachelet. Sin duda, para aquellos que votamos por ella o trabajamos en su Gobierno se trata de una tremenda noticia. Vuelve una de las líderes más importantes del Chile de los últimos 20 años. Un liderazgo construido desde una convicción, la de hacer de Chile un país más justo e igualitario para todos. Un liderazgo honesto y sobrio, sin populismos (de esos que nos tiene acostumbrado Latinoamérica en el último tiempo). Eso se ve, eso se reconoce en el sentir de la gente. Orgullo debiera darnos su labor a cargo de ONU Mujer y las palabras de aprecio del Secretario General de Naciones Unidas al momento de despedir a Bachelet de su cargo .

Michelle Bachelet pertenece a la gente, a la gente anónima, la gente de la calle que un 15 de enero  de 2006 vio a uno de los suyos convertirse en la primera mujer Presidenta de Chile. Un orgullo para muchos. Sus niveles de aprobación al terminar su mandato son históricos y el respeto de adversarios y amigos es innegable.

Bachelet en esta pasada enfrenta un país diferente, con un armado social distinto, con exigencias mayores, con expectativas altas de lo que puede ser un eventual segundo Gobierno Bacheletista. Reformas políticas como el término del Binominal, el voto de chilenos en el extranjero, reformas a la educación, al sistema previsional y a la salud privada, entre otros, se vislumbran en el horizonte de un programa de gobierno de la Concertación.

Esto último nos lleva a otra pregunta. ¿Con quién gobernará Bachelet? Y acá dos puntos. Toma relevancia el poder que Bachelet pueda ejercer sobre la definición de la parrilla de candidatos a Parlamentarios, mal que mal se requiere del Parlamento para poder definir reformas como las antes señaladas. Necesitamos borrar malas prácticas del Legislativo y que MB tenga los quórums necesarios para llevar a cabo los cambios que Chile necesita y que muchas veces la Derecha y la propia Concertación no han permitido.

Luego, tanto en la campaña como en su Gobierno, deberá MB definir con quién gobernará. Estamos cansados de las mismas caras en la política, cansados de lo que simbolizan esas caras en realidad. Esto no tiene que ver con edades o capacidades, tiene que ver con una forma de hacer política que ya no queremos ver. No queremos operadores políticos, no queremos a Girardi (Guido) exigiendo la contratación de personas para pagar favores personales. No más. Basta.

No pretendo que Bachelet tenga un segundo Gobierno. Quiero que tenga un nuevo Gobierno. Uno construido con la gente para la gente y que permita la ejecución de un Gobierno que promueva el desarrollo económico sustentable de Chile como un complemento al desarrollo social de sus habitantes. Eso es lo que merecemos.

Sin ideas nuevas no vale la pena ser Gobierno. En lo personal, no votaré por Bachelet por ser el mal menor.

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