Desaciertos contra Perú, pero seguimos en carrera.

por JONATHAN STEUERMANN, Periodista, U. Adolfo Ibáñez. Ex Rosh Betel.

Pena, Rabia, Impotencia. Probablemente esas sensaciones sentimos todos los chilenos la madrugada del sábado, luego de la derrota de Chile en la cancha Limeña.  En caliente se decía que el resultado fue injusto, que Chile mereció más, que fue inmensamente superior. Con ese sabor amargo nos acostamos masticando una derrota que a todas luces hace presagiar que ya no nos queda margen de error. Los matutinos del día siguiente taparon de estadísticas y posibles resultados para volver a una cita mundialista, Perú nuevamente se metió en carrera y ya no tendremos que luchar solo contra los uruguayos y ecuatorianos por estar entre los cinco. El panorama es adverso, pero tendremos seis finales más para adquirir los boletos a Brasil.

El primer tiempo fue esperanzador, se vio un equipo con hambre, valiente, que no temía ir adelante acorralando al rival en grandes partes del juego. Todos pensábamos que el partido ya estaba ganado, al margen de un par de llegadas,  los incaicos se veían acorralados y solo faltaba el gol para ratificar la gran actuación Chilena. Un penal clarísimo sobre Isla no cobrado, una falta impresionante sobre Alexis de Carlos Lobatón que significaba su segunda amarilla, y así podemos seguir enumerando argumentos a favor de Chile. Lo cierto es que esto es fútbol y  a eso que clamamos justicia  no se puede suplir con nada, los malos cobros ya estaban y los goles no llegaban.

En el segundo tiempo apareció la sapienza de Markarián, quién supo leer muy bien el partido, sacando a Lobatón y metiendo a Juan Carlos Mariño, un jugador con características más ofensivas quien ayudaría a ejercer presión sobre el arco defendido por Claudio Bravo. El segundo tiempo Perú salió con todo y los chilenos parecían impávidos ante la arremetida incaica. Sampaoli se asustó, lo que provocó tres errores letales para la escuadra chilena. El primero, la inclusión de Silva en desmedro de Charles Aranguiz. Después de eso Chile perdió las ideas ya que no había quién generara fútbol.  Quizás Aranguiz tenía que salir porque no estaba en condiciones físicas, pero creo que la apuesta de meter al ex cruzado para tapar las subidas de Mariño no fue acertada. Chile debía mantener la propuesta del primer tiempo y para eso era idóneo meter a Rodrigo Millar quién era el jugador con características más parecidas al volante de la Universidad de Chile. El segundo  fue dejar más de la cuenta a Beausejour en el campo de juego, el lateral del Wigan no gravitó en todo el partido y creo que debería haber sido reemplazado mucho antes. La inclusión de Nicolás Castillo era arriesgada, pero el cambio era ese o Ángelo Henríquez, no había más. Uno de los dos sub 20 parecía ser la solución, para tener un referente de área y Alexis Sánchez  pasara a la banda para tener un desequilibrio equilibrado en ambas orillas. El tercer error del casildense fue hacer ingresar a  Junior Fernandes, a quien Sampaoli  tuvo en la “U”, siendo un jugador desequilibrante y figura. Vargas quién a mi parecer era el más peligroso del ataque chileno, lamentablemente tuvo que salir por lesión, pero meter a un jugador con tan solo 57 minutos jugados en toda la temporada, era demasiado arriesgado para un partido que requería tener a los jugadores finos y con fútbol fresco. Quizás la inclusión de Fabián Orellana en vez de Fernandes, hubiera cambiado en algo el destino de Chile, que no pudo contra un ordenado y aguerrido Perú.

En fin, Chile perdió y Sampaoli habrá tomado nota de sus desaciertos, porque el martes Chile se juega la vida contra Uruguay (que Ojo un empate nos sigue manteniendo con vida), si es que la revelación Colombia le logra quitar unos puntos en casa a Venezuela. Tenemos los mismos puntos que el quinto con solo UN gol menos, así que sí, seguimos en carrera.

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