Arte Judío Moderno: Inconsciente Colectivo.

por NOAJ SAUER. Artista auto-didacta. Artista oficial de El Diario Judío.

Estoy tomando una cerveza en un irish pub perdido en los adentros de Brooklyn. Me rodean un fotógrafo, una pintora, una amante de Picasso, un rabino que vende judaica, un joven un tanto bipolar con una lapicera y cuaderno a mano para registrar gráficamente sus emociones, un baterista que hace impresiones tipográficas y su mujer una art lover. El cómo terminamos acá cada uno con una gran cerveza frente a sí y otra en el medio de la mesa para el que termine la suya primero lo explicaré más tarde. Lo que es interesante es lo que tenemos en común: judaísmo, religión, arte. Todo a la vez.

Hace ya 3 meses que vine a mostrar una idea que no sabía cómo iba a ser recibida. Concebida entre óleos, ADN (una tendencia artística finalmente asumida), una película un domingo (Great Expectations) e impresiones recibidas en mis años en Jerusalem. De repente, en Buenos Aires, con pinceles y cartones decidí hacer arte moderno, pero judío. Temas judíos, un tanto religiosos y hasta a veces críticos. Así nomás.

Unos cuantos cuadros después y unos viajes a Santiago de Chile (donde se encuentran varios modern art lovers) me dieron la fuerza de viajar a New York, el centro del arte moderno, a ver que estaba sucediendo ahí. Y me sorprendí mas de lo que esperaba. Dejemos el MoMa y el Gughenheim de lado (clásicos museos de arte moderno en New York) y también las famosas galerías del barrio Chelsea. Fue el enterarme que mi idea artística no era individual sino que colectiva lo que me sacudió. Jewish Modern Art.

Entonces empecé a dejarme llevar por este nuevo movimiento, sin orden cronológico ni tiempos exactos, pero mi vida pasaba a ser eso: dejar algo de arte en un baguel café junto a The Pop Art Rabbi de Jersey para irme a la avenida Flatbush en Brooklyn al famoso encuentro de religiosos outsider «The Chulent», a la presentacion de libro de un judío africano Shais Rison que se hace llamar «Ma Nishtana» a altas horas de la noche y luego podría aparecer en la galería Hadas Gallery en Myrtle donde una artista Elke Reva Sudin presentaba su muestra de «We Are Patriarchs», retratando en oleo a judíos comunes en plan patriarcas del 2000. Unos días después podría aparecer y exhibir en un shabat artístico en el Upper West Side en la comunidad Darkhei Noam con Toby Khan como anfitrión, donde jóvenes mostraban sus trabajos mientras se consumía un oneg shabat, como luego participaría en un TuVishbat estudiando poéticamente escritos de la Torah mientras consumíamos vinos y nos fotografiaban conceptualmente, o podría estar hablando con un descendiente de marranos de quien se está elaborando una novela gráfica por judíos alemanes.

Y mientras tanto, la esquina de mi cuarto y los incontables subways que me tomaba me servían como área de trabajo para judaizar entre lápices y pinturas todo lo que la ciudad me mostraba. Los resultados eran interpretados rápidamente por quienes los veían, porque la gente está empezando a leer lo mismo inconscientemente. Un nuevo movimiento está surgiendo. Arte judío hecho por gente que se está acercando al judaísmo.

Así terminé conociendo a artistas fabulosos, psicólogos que hacen jazz jasídico como Zev Elman y bateristas que juegan con la tipografía como Dovid Orlansky. Y por eso varios de nosotros nos juntamos y bajo la organización Jewish Art Now hicimos una exposición de arte judío en la que también participaron un jasid de Monroe (más jewish classic art), actores improvisando (Giselle D´Souza) y artesanos como Chanan Solomon Siegel, haciendo instrumentos musicales con reseñas de la kabalah.

En fin, el primer dia de la muestra acaba de terminar. Estamos en el Hillel del Brooklyn College. Fumo un cigarrillo bajo la nieve y gente que expuso esa noche me invitan a tomar algo. Es tarde pero acabo de presentar 2 piezas de mi colección junto a varios artistas, I am Happy so, why not? Me subo a uno de dos autos, solo algunos conocen la zona y no son los que manejan pero finalmente llegamos a lo primero que se ve entre la nieve que parece tener buena cerveza para brindar. Y heme aquí, estoy tomando una cerveza en un irish pub perdido en los adentros de Brooklyn. Me rodean un fotógrafo, una pintora, una amante de Picasso, un rabino que vende judaica, un joven bipolar, un baterista que hace impresiones tipográficas y su mujer una art lover.

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