Holocausto y Heroísmo

por DANIEL TOPAZ, Psicólogo, U. Diego Portales. Profesor de Filosofía, Educación Media. Ex Mazkir Hashomer Hatzair Chile.
 
El genocidio Nazi y su industria del terror sin duda generaron una grieta profunda en la humanidad, un cuestionamiento severo al programa civilizatorio de la modernidad, y la conquista de la universalidad de los DD.HH. De este trauma masivo, emergió una nueva subjetividad, una nueva conciencia e inéditos repertorios ético-políticos como consecuencia.
Sin embargo, un hecho muy relevante por su simbolismo y profundo significado, investido de una épica gigante, se ha ido diluyendo en el relato, progresivamente pasa al olvido y lamentablemente se pierde en la memoria histórica.
El alzamiento del gueto de Varsovia, donde un puñado de sobrevivientes judíos sin equipamiento, sin pertrechos y a duras penas armados; levantaron una organización capaz de resistir más de tres semanas a la maquinaria de guerra Nazi. Donde el ejército regular polaco había sido capaz de aguantar a penas tres días.
Los improvisados combatientes, liderados por Mordejai Anielewicz, desplegaron su audacia y arrojo, para establecer un escenario de guerrilla en medio de la ocupación de uno de los ejércitos más importantes del mundo.
¿Por qué la gesta de estos hombres y mujeres ha sido desplazada del imaginario y de la narrativa del Holocausto?
No tanto tiempo atrás, Iom HaShoa era recordado y conmemorado como el Día del Holocausto y el heroísmo. Donde, además de recordar a los héroes de Varsovia, se conmemoraba el levantamiento del gueto de Vilna y a los combatientes judíos que se forjaron en la lucha antifascista, codo a codo con los partisanos europeos, héroes de la resistencia.
¿Quiénes están durante estos días hablando, recordando, escribiendo y relatando el heroísmo que se abrió lugar en el horror? Probablemente muy pocos. La tinta será derramada y los relatos copados por el recuerdo del horror y la tragedia. Qué duda cabe de que la memoria histórica tiene como deber no olvidar esto nunca. Sin embargo, la lucha rebelde y resistente por la emancipación pareciera ser borrada de nuestra historia official y del relato colectivo.
Hace años se instaló la narrativa de que “sobrevivir era un acto de heroísmo” en las condiciones establecidas por el nazismo en Europa ocupada. Esta consigna, que no me parece del todo equivocada, ha tenido el efecto perverso de alienarnos y despolitizar la discusión sobre los hechos de la segunda guerra mundial. Lo grave de esta situación es que nos condena a olvidar el verdadero germen ideológico que casi nos lleva al exterminio como pueblo.
El compromiso con la memoria nos hace imperativo recordar el genocidio Nazi, al mismo tiempo que debemos recordar a los héroes de Varsovia, de Vilna, de la lucha partisana. Tenemos como obligación legar a las nuevas generaciones el relato de la lucha por la emancipación judía, desde la salida de Egipto hasta el Alzamiento del Gueto.

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