El antisemita e insólito humor del Lagarto Murdock
por GIANFRANCO RAGLIANTI, Egresado de Derecho, U. de Chile.
No sé si la idea es suya, pero a él se la escuché. Cada vez que a Rafael Gumucio (director del Instituto de Estudios Humorísticos de la UDP) le preguntan respecto a los límites del humor, él siempre responde que la pregunta es tendenciosa y que es mejor hablar de las “posibilidades” del humor. Aunque interesante en términos retóricos, su respuesta tiene poca relevancia práctica, y la pregunta sigue sin ser respondida.
¿Se puede hacer humor a costa de cualquier cosa? Creo que la respuesta no es fácil. Por un lado se puede pensar que sí, mientras no lesione intereses de terceros, pero como no todos tienen el mismo estándar de tolerancia al dolor o a las burlas, entonces no es absoluta.
Siempre he sostenido que los chistes hay que juzgarlos sólo en base a si son divertidos o no. El humor no debería limitarse y uno debiese poder reírse, en principio, de cualquier cosa. Ahora bien, lo de Murdock no es un chiste. No hay remate, es sólo una afirmación gratuitamente provocadora y que no tiene pies ni cabeza: «los judíos son mejor combustible que la leña». ¿Cuál es la idea de decir algo así?
No está diciendo (como hizo el año pasado): “-¿Cuántos judíos caben en un fiat 600? -50, en el cenicero”. Tampoco está diciendo “-¿Por qué se suicidó Hitler? –Porque le llegó la cuenta del gas”. No dijo “¿Por qué los magos buscan voluntarios comunistas? –Porque desaparecen fácil.” Es como si simplemente hubiera dicho “qué culpa tienen los comunistas de ser buenos para desaparecer”.
Todos estos “chistes” son chocantes, pero, aun cuando sean cuestionables respecto a si vale la pena hacer ese tipo de chistes (es decir, si la gracia que producen, es superior al dolor correlativo) al menos serían defendibles en cuanto tienen la estructura de chiste. Pero “qué culpa tienen los judíos de ser mejor combustible que la leña” es una frase ilógica, que no resiste defensa alguna.
Tampoco diría que constituye una incitación al odio, ni que es discriminatoria, ni antisemita en sí, pero sí creo que ese «chiste», es síntoma de una forma de pensar más o menos extendida, y es que reírse de los judíos es contestatario, y es incluso bien visto en determinados círculos, porque son poderosos y oprimen al resto, en particular al pueblo palestino, por lo que reírse de ellos está bien, sobre todo del Holocausto, porque, o bien es mentira, o si no fue mentira, igual se les olvidó, y ahora andan matando palestinos.
Resulta doloroso también escuchar lo que dijo antes: “Yo no discrimino a los negros, ni a los peruanos, ni a los homosexuales, ni a los judíos…no, en realidad a los judíos sí los discrimino”. Qué sentido tiene eso que no sea lo sostenido anteriormente: que reírse de los judíos, aun cuando pueda ser políticamente correcto, es incluso éticamente correcto para hacer justicia por las barbaridades que cometen.
Ese trasfondo se puede extraer de cualquier foro donde haya aparecido publicada la noticia, donde incluso hay quienes nos tratan de prestamistas, o de tener doble estándar, por matar gente y no dejar que se rían de nosotros.
Sin embargo, los judíos rara vez nos reímos de algo que no seamos los judíos (no recuerdo que algún judío se haya reído públicamente alguna vez de la muerte de los palestinos), y es que se entiende que existe una licencia que te da la pertenencia.
Pasa con los afroamericanos: Spike Lee, por ejemplo, abusa del “nigga” en sus películas, pero se sintió extremadamente ofendido cuando Tarantino hizo lo propio en Jackie Brown. No es lo mismo que un negro le diga nigga a su amigo, a que un blanco se lo diga.
Lo mismo a un nivel personal. Uno puede reírse de sus propios defectos (es común escuchar “es que estoy gordo”, “soy un idiota”, etc.), pero si alguien que no conoces en la calle te dice: estás muy gordo, eres un idiota, etc. claramente ofende.
Lo mismo a un nivel colectivo. “Es que los chilenos somos muy malos pa’ la pelota” es una frase recurrente. Pero si se lo escuchamos a un argentino, nos molesta. Y es que lo insultante y lo ofensivo, rara vez pasa por las palabras sino por la intención.
Es obvio que detrás de los dichos de un judío no hay un odio hacia los judíos, ni segundas intenciones más que sólo hacer el chiste. Es evidente que cuando uno dice “soy muy tonto”, en realidad uno no piensa que tenga un retraso.
Por eso, cuando el remate no está dado por el chiste, sino por la supuesta incorrección política de la frase, entonces hay un problema, porque dentro del contexto está la presunción de que el chiste en general no ofende –gratuitamente- a una inmensa mayoría, porque si el chiste se considerara injustamente ofensivo, la respuesta a la sorpresa, como se dijo al inicio, no sería la risa, sino la angustia, como supongo que nos pasó a todos los judíos que vimos el programa.
En términos legales, la injuria como delito (expresión proferida o acción ejecutada en deshonra, descrédito o menosprecio de otra persona), encuentra su límite en el animus iocandi. Es decir, si no hubo animus injuriandi (intención de injuriar, o sea, deshonrar, desacreditar o menospreciar a una persona) sino un ánimo jocoso, de simplemente reírse de ella, sin ofenderla, no hay delito.
Lo de Murdock –lamentablemente- no constituye injuria porque no se menosprecia, deshonra o desacredita a nadie. Simplemente recuerda un episodio trágico de la historia del pueblo judío. La pregunta es para qué, y si vale la pena. Si por último fuera divertido o se apreciara el animus iocandi, habría cómo defenderlo. Pero lo que hace Murdock se acerca muchísimo más a los intentos desesperados de un colegial por ser rebelde, que a la rutina inteligente de un humorista serio, y eso es preocupante, porque se le está dando tribuna a alguien que está apuntando sus dardos, a quienes nada tenemos que ver con él.
Si el funcionamiento de un chiste se compone de emisor-mensaje-receptor, y ya acordamos que el mensaje es evidente que no puede limitar el humor (ya que uno siempre puede hacer chistes a costa de uno mismo) y tampoco debería poder limitarlo el receptor (ya que hay gente muy insensible y otros excesivamente delicados de piel), sólo queda poder ser limitado por el emisor, y lo único que podría marcar una diferencia respecto a él, es la intención.
El que ésta parezca difícil de adivinar, no debiese obstar a defender esta idea, y en este caso particular, el afirmar (segundos antes de hacer el “chiste”) que él sí discrimina a los judíos y el no hacer humor demasiado pensado, sino simplemente lanzar una frase provocadora, parece ser prueba concluyente de que la intención era justamente esa, provocar, aun a costa de la muerte de muchas personas, que podrían haber sido padres o hermanos de quienes estaban viendo el programa, y no hacer reír, y eso es condenable.
No tenemos fuero ni inmunidad, como judíos, para impedir que se hagan chistes sobre nosotros, ni tampoco corresponde pedirla. Pero sí parece razonable exigir que episodios sensibles de nuestra historia, si no están incorporados de forma inteligente a una rutina humorística, sean tratados de la forma adecuada, para no extender más la fascinación colectiva por el ánimo de venganza y la reivindicación de los supuestos oprimidos por Israel, en primer lugar, porque –aunque parezca estúpido tener que decirlo- los judíos de la diáspora NO SOMOS ISRAELÍES (y aun más, los israelíes NO toman las decisiones de a quién mata su ejército, ni cómo ni cuándo), y en segundo lugar, porque los que murieron en la Alemania de principios los ’40, lamentablemente, ni siquiera conocieron un Israel al que arrancarse.
Más aun, cuando en los portales donde se difundió la noticia se leen comentarios abiertamente antisemitas, lo que demuestra que esa frase repercute más en su afán justiciera (reírse de los opresores) que en cuanto chiste, e incluso más, cuando quienes abogan por la libertad de opinión, curiosamente limitan esta libertad sólo a la primera opinión, ya que cuando surgen voces disidentes que se quejan de lo expresado por alguien, ellos buscan callarlas , ya sea a través de ridiculizaciones (“tontos graves”, “híper sensibles”, “delicados de piel”, como se lee) o descalificaciones de quien las expresa, por una supuesta inhabilidad moral (“ustedes matan palestinos, así que está bien que se burlen de sus muertos”).
Aclaración: el párrafo que dice «porque si el chiste se considerara injustamente ofensivo, la respuesta a la sorpresa, como se dijo al inicio, no sería la risa, sino la angustia, como supongo que nos pasó a todos los judíos que vimos el programa.», hace referencia a algo que se decía al principio, pero que estaba metido dentro de una reflexión que se iba por las ramas y fue razonablemente editada.
En todo caso, lo que se decía es que la risa es una de las dos posibles respuestas del ser humano ante un estímulo sorpresivo. Una, es la risa, y otra es la angustia.
Cuando no hay peligro real y pasa el estrés, frente a una situación sorpresiva, nos reímos.
Si sentimos que tambalea la silla en la que estamos sentados, primero nos angustiamos un nanosegundo, pero si se rompe y nos caemos (sin que nos pase nada), probablemente nos riamos.
Eso.
Gianfranco, me gustó mucho tu análisis sobre los límites que debería tener el humor negro. Es sin dudas de las primeras preguntas que intenté resolver en mi cabeza tras escuchar lo de Murdock y haces un punto muy convincente ahí. Aún así, me preocupa de sobremanera la acusación de antisemitismo que se hace al señor que maneja la marioneta. Si bien aclaras que lo antisemita está en lo que se deja entrever y no en el chiste mismio, creo que es una acusación demaciado grave y apresurada que se le hace a esta persona como para sacarla a raíz así e fácil. Al tildar de antisemita a una persona, incluso a lo que su actitud refleja, la estamos vinculando a un sin fin de implicancias ideológicas, de odio, de xenofobia profunda e intolerancia. Si bien coincidimos en que el chiste fue bastante desubicado y deviese ser repudiado, creo que no hay mucho que nos conduzca a pensar de que este señor sea un real antisemita.
Estimado, comparto plenamente lo que dices. Incluso me asusté un poco al leer tu comentario, porque pensé que podría haber escrito otra cosa distinta a lo que pensaba.
Ahora hice el ejercicio de buscar si le imputaba antisemitismo a Murdock y en mi columna la palabra antisemita aparece dos veces: 1) cuando digo que lo que dice él, no considero que sea discriminatorio, ni antisemita, ni incitación al odio.
(De hecho, en otro párrafo, sostengo que me parece gratuitamente provocadora y más parecido a un intento colegial por llamar la atención).
y 2) cuando digo que los comentarios aparecidos en los medios sí son antisemitas. Y eso creo que es evidente.
El título no lo puse yo. A mí me habría gustado algo parecido a «los límites del humor», pero la mandé sin título y hay que atenerse.
Hola Gianfranco, la verdad es que es interesante tu analisis del comentario absurdo de Murdock pero creo que no estoy de acuerdo. Pueder ser cierto que tal vez la intención del Elias Escobedo era vengarse por como Israel trata a los palestinos y no una incitación al odio racial, pero lo que termino contribuyendo con su supuesta rebeldia fue justamente al antisemitismo. Al confundir supuestamente las políticas del Estado de Israel con ún hecho historico dramatico y ridiculizarlo publicamente como algo jocoso (esa fue la respuesta que dio el imputado por Twitter para disculpar su rutina) le confiere el caracter antisemita a lo acaecido, ya que transforma el dolor colectivo en algo que se puede bromear o vanalizar para alcanzar otro tipo de fin. (como si se podría hacer con el hecho de que somos apretados o cerrados y nadie se molestaria). Si pretendia vengarse por lo que hace Israel debería haber lanzado un comentario contra su accionar político especificamente. La provocación del personaje es antisemita en tanto rebaja a las victima (y a los sobrevientes y sus descendientes) de ser tratados como un mero objeto para causar risa o provocacion política. Tal vez no es injuriosa en los terminos que significa propiamente la palabra, pero ofende la memoria no porque mienta, sino porque vanaliza el hecho al punto que otros puedan reirse y festejar del dolor ajeno. No me imagino un humorista que para protestar por la política de Corea del Sur hacia sus vecinos (es un caso hipotetico), se burlara por la esclavizacion sexual de mujeres coreanas en la II GM en manos de Japon. Eso para los coreanos sería un chiste cruelmente anticoreano y denunciado como tal. No creo que el personaje de Murdock, El diario «El Ciudadano» o Arturo Martinez sean antisemitas. Pero se han mandado comentarios antisemitas con el fin de denunciar otros fines que a ellos les parecen legítimos. Saludos!
Creo que lo dicho por el sr. Escobedo es incidioso, destinado a levantar lass voces en defensa y los comentarios en contra. O sea, nunca un chiste para sacar una sonrisa y dejar al espectador contento Abiertamente un comentario provocardor y despiadado.
sylvia
HOLA!! me pregunto ¡que pasa con lo que hace Peter Capusotto en la Argentina (Micky Vainilla y Kosher Waters)? ¡La peli «la vida es bella»?.- Esta complicado el tema pero creo que aquí existió tb. abuso de poder porque finalmente el «chivo expiatorio» fue el humorista y no Vodanovic (claramente un neo nazi potencial que existiendo billete está donde sea), ni el editor (que en una de ésas sea como el tipo de las tragamonedas de la pelicula Casino), ni el director del programa. Absurdo todo. Yo creo que simplemente hay más judíos intelectuales en la Argentina y acá lo neo nazi campea. La misma comunidad sabe quienes participaron en la dictadura. La clave es repudiar cualquier violación a los DDHH. Ahí tienen al Kike Morandé siempre búrlandose de las mujeres, chicos con problemas mentales, con enanismo, gay, pobres, etc. Todo lo que dice Sylvia puede ser ocupado tb. en ese repugnante programa. Y por supuesto -el lagarto- es un chico joven que con alguna dirección podría hacer humor más serio sobre esto mismo; pero estamos en chilito cabros. PD la parte que más me gusta de la vida es bella la traducción que hace el papá para engañar a su propio hijo que esta en un campamento de chiste. ¿sólo es escena fuera de contexto sería simplificar mucho la Soha?.- Un tanque para todos.