Eyal, Gilad y Neftali, y el corrupto e inmoral liderazgo palestino

por MARIANA HERRERA, Actriz. MA en Historia del Arte, U. de Haifa.

 

Eyal Yfraj, Gilad Shaar y Neftali Frenkel. Tres adolescentes israelíes secuestrados por terroristas palestinos de Hamas el jueves 12 de junio. Hoy lunes 30, se da a conocer la noticia del hallazgo de sus cuerpos sin vida.

Durante los 18 días posteriores a su secuestro, las fuerzas de defensa y de inteligencia de Israel salieron en búsqueda de los chicos en la ciudad de Hebrón y sus alrededores, donde fueron vistos por última vez. Mientras Israel entero está de duelo, un grupo importante de manifestantes palestinos salen a las calles de Hebrón a celebrar la muerte de estos chicos, pero esta imagen NO recorre el mundo, sin embargo, la vemos todos los israelíes en nuestras pantallas de televisión.

¿Están los palestinos verdaderamente interesados en alcanzar la paz con los israelíes? Días antes del secuestro de los chicos, el 2 de junio, se proclamó el bien llamado Gobierno de Unidad, entre los dos principales grupos palestinos: el nacionalista Al Fatah (partido de Abu Mazen, gobernador de Cisjordana) y el grupo terrorista islámico Hamas (“partido” de Ismail Haniye gobernador de la Franja de Gaza).  Inmediatamente después de este pacto de unidad, las ciudades del sur de Israel, colindantes con la Franja de Gaza, comenzaron nuevamente a recibir cohetes. Otra vez se escuchaban sirenas advirtiendo a los ciudadanos que tienen 15 segundos para llegar al refugio anti misiles y salvar sus vidas. Los cohetes que no cobran vidas humanas, destruyen fábricas, dejando a cientos de personas desempleadas.

¿Qué liderazgo serio con intenciones claras de establecer la paz hace un pacto de unidad con un grupo terrorista? ¿Cómo el mundo se queda mudo ante semejante «pacto político»? ¿Cómo tiene que proceder el liderazgo israelí ante esta realidad? Pareciera que nada es suficiente para el liderazgo palestino.

A pesar de lo doloroso de la noticia del asesinato de estos tres chicos, creo firmemente que no es el momento de buscar venganza, ni de dejarse nublar con frases como “todos los palestinos son terroristas», «hay que matarlos a todos” o «sangre se paga con sangre», todas esas frases de resentimiento y odio que tanto daño le hacen a los valores cívicos más intrínsecos de nuestra sociedad, Israel y el proceso de paz. Este es el momento de reconfortar a las familias de los chicos, en la manera en que esté a nuestro alcance hacerlo. Rezar por ellos, pensar en ellos, es gratis, y no nos exige mayor esfuerzo. Pero también es el momento de ser críticos con nuestro gobierno e instituciones. ¿Cuál es nuestra cuota de responsabilidad en el actual estancamiento en el proceso de paz? Pero aún más urgente, es el momento de criticar y denunciar públicamente al liderazgo palestino.

Es fundamental que se empiecen a escuchar las voces de reprobación y rechazo al liderazgo palestino, desde dentro del mismo pueblo palestino, cuya disidencia está oprimida por el miedo y la persecución, sin que nadie se atreva a denunciar las atrocidades que se cometen. Los palestinos deben dejar de ser ciegos por opción (o por obligación) y entender que sus desgracias no radican en la existencia de Israel, sino que la mayoría de ellas son responsabilidad única de un liderazgo negligente, corrupto e inmoral.

Basta de hacerse las víctimas, acá todos somos víctimas. Basta de engañar al mundo con su pobreza, de utilizar a sus niños como escudos humanos, como armamento de guerra. Basta de intentar destruir a todo un país (Israel) y a su gente. Basta de mentiras e infamias, de misiles, de secuestros, de crueles e inexplicables asesinatos.

Estoy convencida que algún buen día esta realidad va a cambiar, pero para eso hay que educar por el diálogo, la compasión, comprensión y percepción del otro, no como un enemigo, sino un posible socio y amigo para la paz. Es difícil hacer eso en momentos como éste, en el que tres familias y todo un país lloran a sus hijos asesinados a sangre fría por terroristas que hoy circulan libres por las calles. Me sumo al dolor de las familias Yfraj, Shaar y Frenkel. Me sumo al dolor de tantas y tantas víctimas de actos de terrorismo.

«Nunca he sido partidaria de la inflexibilidad, excepto cuando la cosa atañe a Israel. Si se nos critica porque no nos doblegamos, porque no somos flexibles en la cuestión de «ser o no ser», es porque hemos decidido que, sea como fuere: fuimos, somos y seremos.» (Golda Meir, Primer Ministra de Israel 1969-1974)

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