Jóvenes madrijim, ¿comprometidos con su sociedad?

por MATI BOMSE, Est. Heschel, Seminario Rabínico Latinoamericano. Seminarista, Director Curso de Madrijim y More de Talmud Tora, Comunidad Amijai. More de Primaria, Instituto Bet El.
 
Mensaje de Bienvenida al Curso de Madrijim Majon, Juventud Comunidad Amijai.
El compromiso es un voto de carácter obligatorio, marcando tres momentos diferentes frente a él: antes, durante y después.
Con el antes, me refiero a cómo llegas a tu etapa como madrij. Si vas a todas las peulot, si participas, si vas a los encuentros, si haces curso; todos estos son factores que demuestran si los janijim, que se están formando como madrijim, están realmente comprometidos con su proceso educativo.
Es responsabilidad del madrij inculcarle al janij este compromiso. Pero educar se hace en primera persona. El madrij tiene primero que estar comprometido.
En el durante, se ve el compromiso en nuestra etapa como madrijim. Este es mucho mayor que el anterior, pero mucho más satisfactorio. Mientras somos janijim, alcanza con asistir, escuchar y participar, pero como madrijim, esto no es suficiente.
El compromiso del madrij es una responsabilidad que abarca muchas tareas: asistir y dar las peulot, ir a la aseifa, planificar con anticipación, asistir a encuentros, capacitarse constantemente, entre tantas otras. Pero es mucho más que esto; ser madrij es preocuparse por cada janij en especial, pensando todo el tiempo en cómo hacerlo mejor.
Pero educar no ocurre sólo en la peulá, se hace día a día, en el cómo activamos, qué hacemos, con qué valores nos movemos y quiénes somos. No es fácil ni sencillo, requiere mucho tiempo y esfuerzo.
Para que algo tangible suceda, hay una actitud intencionada que tengo que decidir realizar. Educar implica ser actor y protagonista de mi entorno social. En el camino del ejercicio de la práctica educativa, el compromiso del educador deja de ser opcional y pasa a ser una responsabilidad contraída voluntariamente que se transforma en obligatoria.
Este momento sucede cuando los objetivos del educador son 100% sociales, cuando nada en él es egoísta ni individual, cuando se hace consciente de la decisión de vivir orientado a servir y trabajar por los demás.
Cuesta, pero sin duda vale la pena. El camino de la educación es profundamente gratificante y hermoso, que deja huellas profundas tanto en el educador como en el educando. La educación es la mejor herramienta y el mejor regalo que se puede hacer una persona, es lo mejor que se puede hacer por la sociedad. No dejen pasar esta oportunidad que marcará sus vidas y la de los demás, tómenla y háganla propia, y vayan en busca de lo que más sueñan.
Espero poder acompañarlos de la mejor manera en este proceso que a mí me cambió la forma de ver el sentido de la vida, generando en otros nuevas formas de transformar el mundo que los rodea. Transmitir la felicidad a través del juego, educar a través de lo lúdico, demostrar que se puede enseñar de otra manera, de una manera menos estructurada que abre las puertas de la imaginación y la creatividad.
Ser educador implica vivir con más pasión por lo que hacemos, más intensidad en cómo lo hacemos, más conexión con quién lo hacemos, y más compromiso con el por qué lo hacemos. Estas son las cualidades principales que toda persona que se dedica a la educación debería tener y desarrollar. Estas son cualidades necesarias que todo madrij debería tener para hacerse responsable del proceso educativo de sus janijim.
Cuando se es educador, vivir de cualquier otra manera, no tendría sentido. La educación es una forma concreta de resistencia al presente. Como dijo Albert Einstein, “Dar el ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás. Es la única manera”. Elegir dedicar tu vida a poder transformar el mundo en el que vives, es solamente una decisión personal.

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