Soy responsable de lo que digo, no de lo que usted quiso entender

por NICO RIETHMÜLLER. Sociólogo, U. de Chile. Director Editor, El Diario Judío.
 
Sobre la lamentable carta redactada hacia mi persona por el denominado Presidente de los Chilenos en Israel Gabriel Colodro, me veo obligado a perder el tiempo respondiendo a su falso “análisis” y mentiras:
1. Es totalmente difamador partir criticándome especialmente por el uso que hago del concepto de resistencia, si cuando apenas el moderador me lo resalta, me disculpo inmediatamente, explicando que quise decir reticencia y que nunca fue mi intención cambiar el concepto ni usarlo de manera intencional. Sacarlo más encima mencionando a nuestros antepasados judíos asesinados por todo el mundo por resistir, es la evidente estrategia del autor de buscar perjudicar mi nombre mal intencionadamente con todos los recursos emocionales posibles en su tergiversación.
El autor además me alega de “abogar que la responsabilidad del antisemitismo en Chile cae solamente en Israel”, siendo que mi respuesta señala y reflexiona precisamente lo contrario, que el odio en Chile proviene complejamente de por lo menos cuatro grupos extremos y muy distintos (palestinos, extrema izquierda, neonazis e Iglesia), y que sumado al rol de Israel percibido en el conflicto, es muy fácil desde el sentido común (por supuesto desinformado) que un chileno cualquiera condene Israel y se cree un sentimiento negativo hacia lo judío. La queja del autor es totalmente infundada y tendenciosa.
Israel es culpable de lo que es responsable. Los otros actores son culpables de sus actos también. Pretender polarizar un conflicto social intergeneracional con inocentes y culpables es simplemente ridículo. 
2. Yo no pienso que el gobierno israelí es “igual de radical” que la autoridad nacional palestina, creo que el que está insultando al debate mismo es el Sr. Colodro con sus críticas falsas. Sí reitero que creo que ambos lados del conflicto son responsables de mantener estancadas las negociaciones y preservar un status quo desde hace alrededor de 20 años, tesis en la que muchos amigos judíos míos de derecha concuerdan ampliamente. 
3. Este punto de queja ya es de un nivel de analogía y abstracción en la mente del autor todavía más descabellado y burdo. ¿Supuestamente estoy olvidando la ocupación jordana de Cisjordania? ¿Porque digo “de facto” que eran territorios palestinos?… La Cisjordania es el lugar donde quedaron viviendo los palestinos, además de Gaza, bajo soberanía egipcia y jordana, pero la anexión realizada por Jordania en 1950 no fue reconocida por casi ninguna nación del mundo por considerarse territorios palestinos en función del precedente de la resolución 181, después de la Guerra de Independencia de 1948. No entiendo qué pretende el autor… ¿que los llame territorios jordanos porque Jordania los ocupó entre el 48 y el 67? ¿Los llamo territorios reales del imperio británico? ¿Territorios del Califato, de los Cruzados? ¿Territorios bíblicos israelitas?… En la primera mitad del siglo XX, los mismos judíos llamábamos a esta tierra Palestina.   
4. Nuevamente insisto, yo no creo que los políticos de Israel sean “igual de radicales” que los grupos terroristas. Toda la columna alega un punto tan ridículo. Otra vez me alegan faltas de respeto e insultos inventados en los delirios del autor. 
La retórica de un Israel expansionista no la hago sobre el plan de Anexión, la hago sobre los ya 50 años de construcción constante de asentamientos en Cisjordania. Creo que la concreción del plan de Anexión lo confirmaría. Creo que retirar los asentamientos de Cisjordania confirmaría lo contrario.  
5. Hay que ser demasiado caradura y dar vuelta todo para venir a afirmar que yo niego a los palestinos su autodeterminación. Creo que esto termina de ridiculizar por sí solo al autor y el uso cualquiera que hace de sus “argumentos” para atacarme. Ya lo dije en el debate, creo que Israel debe empoderar actores capaces de administrar Palestina, no es 100% responsabilidad de Israel, pero sí creo tiene responsabilidad en eso. 
Yo soy sionista y defiendo el derecho del pueblo judío a auto determinarse en un Estado Nación propio. A pesar de mis críticas, creo que las personas que algo me conocen lo ven ampliamente. El autor se da el capricho de compararme con personas que lideran organizaciones que yo en numerosas ocasiones he venido a atacar personalmente, defendiendo públicamente a Israel, en televisión abierta, prensa y universidades, a costa que me llamen neonazi al día siguiente en las redes, y lo hago con orgullo. Siempre desde el sentido común y la autocrítica, eso es lo que me ha hecho un orador cercano con quien el público se identifica y los contendores palestinos no saben bien cómo atacar. 
¿Para qué venir entonces a compararme así, alegando mi similitud con “los que llaman a eliminar el sionismo” sino para difamarme y simplemente perjudicar mi nombre y mi persona? Debatir sería interesante, pero esto es perder el tiempo en desmentir paranoias de un solitario presidente en tiempos de cuarentena. La próxima vez que escriba una “columna” aludiendo a mi persona, espero que por lo menos 1 punto sea cierto y argumentable para debatir. Yo también esperaba mucho más de usted, Presidente Colodro. Ahora sé que no sólo me tengo que cuidar que me tergiversen y difamen los palestinos extremos, sino también los judíos más fanáticos que no toleran posturas diferentes y sólo buscan ridiculizar con la mentira e invalidar. 
Dejo a toda la comunidad a abrirse, con la cabeza y el corazón, al diálogo y la empatía. Las opiniones diversas nos hacen mejores personas. El debate con altura de miras siempre es productivo, cuando trata sobre ideas y no en descalificación a personas. No perdamos tiempo invalidando lo que no nos gusta escuchar, en el pueblo judío no tenemos inquisidores. No vengamos a inventarlos ahora. Que no nos gane el miedo.
 
Foto: Thomas Coex – AFP

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