El aprovechamiento político del antisemitismo
por TAMARA BENQUIS, Abogada. Miembro Centro Progresista Judío – Meretz Chile.
Como es costumbre, cada cierto tiempo un grupo social o político utiliza a los judíos como excusa para lograr un fin. Por estos días en Chile, vivimos una nueva instrumentalización, se ha utilizado nuestra lucha contra el antisemitismo, como excusa para lavar la imagen de la derecha golpista de nuestro país.
7 parlamentarios del partido UDI presentaron un proyecto de resolución con dos fines: “rechazar a todo tipo de discriminación y a todo acto de intolerancia que provengan de autoridades y candidatos a cargos públicos” y “solicitar al candidato a la Presidencia señor Daniel Jadue que de forma pública y categórica desmienta las afirmaciones vertidas en la reseña biográfica de su anuario escolar, que lo catalogan como antisemita”.
Respecto a lo primero, llama la atención que del grupo de parlamentarios que presentan este proyecto de acuerdo, algunos de ellos trabajaron en la dictadura más cruenta e intolerante que ha tenido nuestro país y ninguno ha expresado el más mínimo arrepentimiento. ¿Qué es esto sino una muestra irrefutable de intolerancia? Resulta extraño que con dichos antecedentes presenten este proyecto, suponiendo que su interés no es dispararse a los pies.
En relación a lo segundo, no cabe duda que Daniel Jadue es antisemita. En diversas ocasiones ha utilizado una retórica que siembra dudas en el interlocutor sobre una supuesta “agenda sionista internacional”, así como también ha relativizado el holocausto, negado el derecho de autodeterminación del pueblo judío, nos ha acusado de doble lealtad a quienes somos judíos, y recientemente se dio a conocer el ya famoso anuario escolar que nos invita a regalarle a Jadue un judío para practicar su puntería.
Pese a lo que pretende hacernos pensar este proyecto de acuerdo, existen antecedentes suficientes para considerar que las muestras de intolerancia en relación a lo judío en Chile no es de monopolio exclusivo de un sector político.
Parlamentarios del partido que presentó esta moción (UDI), como Sergio Gahona (que en esta oportunidad votó a favor), lideraron un proyecto que buscaba boicotear y sancionar exclusivamente al estado de Israel, negando el derecho del pueblo judío a autodeterminarse, que ha sido considerado por IHRA como una variante de antisemitismo. Tanta fue su audacia, que llegaron a ser felicitados por el grupo terrorista Hamás por sus estupendas gestiones contra Israel (y no a favor del pueblo palestino).
Para ser aún más clara, durante el año 2020, en las manifestaciones por el “rechazo” de la nueva constitución, hubo asistentes con consignas nazis, antisemitas y que incluso violentaron físicamente a otras personas con diversos objetos contundentes. ¿Cuál fue la reacción de la UDI en apoyo a los judíos de Chile en ese momento? Silencio absoluto. Incluso uno de los fascistas de las movilizaciones refirió tener contactos y ser financiado por dicho partido, hecho que no se ha comprobado, pero que despierta fundadas dudas.
Ante estos antecedentes resulta del todo lógico que sorprenda esta repentina muestra de humanidad, pluralismo y respeto a la diversidad por parte de este sector político.
Queda de manifiesto la treta que pretende el proyecto de acuerdo recién aprobado: Utilizar el innegable antisemitismo de Jadue con el fin de lavar la imagen de ciertos sectores de la derecha, generando una división falsa entre quienes votaron en contra, como antisemitas, y quienes votaron a favor, como justicieros contra los discursos de odio. Nada más alejado de la realidad.
El antisemitismo y ninguna lucha contra el odio y la discriminación puede ser utilizada para que profite de ello un lado del sector político y ningún judío debería prestarse para este juego nefasto del cual una vez más, sólo somos un instrumento, una excusa.