Mauricio Israel: Chile sigue siendo un país muy conservador, muy clasista y muy xenófobo.

por DANIEL VAISBUCH, Lic. en Derecho, U. de Chile. Ex Presidente del Consejo Juvenil Sionista.

 

Estuvimos una mañana de sábado conversando con uno de los personajes más “manoseados” de la televisión chilena en el último tiempo, quien después de cuatro años en el extranjero, está hoy de vuelta en nuestro país. Egresado del Instituto Hebreo e Ingeniero Comercial, dedicado por 35 años a los comentarios deportivos y hombre de televisión desde hace 20. Mauricio Israel Avram, está de vuelta en Chile, y tras haber participado en el reality de canal 13 Mundos Opuestos 2, nos ha recibido en la casa donde está viviendo para hablar de todo un poco.

¿Mauricio, primero que todo, quería saber si te es posible hacer una vida normal en chile, como ha sido el retorno a insertarse en esta sociedad nuevamente?

A mí me sorprende que después de 4 años siga teniendo tanto reconocimiento público, uno piensa que cuando tú no tienes pantalla la gente se olvida de ti. Pero no fue así.

La gente en la calle ha sido muy efusiva y muy cariñosa.  Eso ha sido una cosa muy linda, sentir el reconocimiento de la gente es un regalito para el alma.

 ¿Y en los lugares comunitarios te pasa lo mismo?

La verdad es que estas cosas hay que saber cómo tomarlas. Cuando estay arriba todo el mundo quiere estar contigo  y cuando estay abajo todo el mundo se aleja. Yo la verdad es que muchas cosas comunitarias no he tenido la oportunidad de hacer. He ido a la sinagoga 2 viernes desde que salí del reality y salvo por el cariño de alguna gente, yo en la colonia nunca he tenido mucha llegada.

¿Tienes pensado restablecerte acá a corto plazo o no es parte del proyecto?

Mira, las cosas uno tiene que hacerlas paso a paso, yo no puedo cambiar mi historia de un día para otro, evidentemente uno extraña y lo que más le tira a uno es la familia, los hijos son lo fundamental, sobre todo por la más pequeña. Entonces si yo tuviera la opción de vivir y trabajar acá, lo haría, pero hoy día la posibilidad de desarrollarme, lamentablemente no es en Chile.

¿Qué te pareció la experiencia de participar en un reality show? ¿Los veías antes? ¿tenías alguna idea de cómo funcionaba?

Yo descubrí los realities en Israel.  Cuando me plantearon entrar a un reality en Chile, la verdad es que no sabía exactamente a lo que venía. La decisión se tomó por que yo necesitaba un tiempo largo de exposición en Chile, para que la gente se diera  cuenta que yo no tenía ningún problema para vivir y trabajar en Chile.

La experiencia es muy fuerte. Tenía claro que lo que se iba a ver en pantalla no era lo mismo que íbamos a vivir ahí. Lo que ves en pantalla es sólo el 4% de lo vivido. Además que para generar contenido te desordenan tu vida completamente, tus horarios de sueño, tu alimentación, etc. Empiezas a vivír en una realidad en que tu vida se circunscribe al espacio común de allá dentro.

Pero es una experiencia entretenida, uno tiene tiempo para estar con uno mismo.

Quisimos saber cómo fue que un ingeniero comercial salido del colegio hebreo llegó a ser uno de los personajes más famosos de la televisión nacional, y Mauricio nos contó que realidad de niño quería ser futbolista, pero como era muy malo pa’ la pelota, volcó esa pasión al relato deportivo.  

Según nos cuenta, su llegada a los medios se la debe a Juan Facusse, presidente mundial de los periodistas deportivos, quien le abrió las puertas para trabajar en la radio, a la edad de 17 años. Para él, la llegada a la televisión fue circunstancial. Recién en el año 98’, para el mundial, le pidieron que asumiera un rol importante y comenzó a dedicarse exclusivamente a ello, antes era sólo un hobby.

Al recordar sus inicios en el relato deportivo nos indica:

Yo marqué una diferencia con la realidad del periodismo deportivo de la época, en la que se creía que no se podía tener vínculos públicos de ningún tipo con un equipo de fútbol en particular, había que ser prescindente. Yo hice un programa sobre Colo-Colo en el que siempre dije que era hincha de la Unión.

Además fuiste uno de los fundadores del programa político más importante  y prestigiosos de la televisión chilena actual junto a Fernando Villegas y Alejandro Guillier. ¿Cómo fue esa experiencia?

En Tolerancia 0 hicimos cosas muy lindas.  A mí me gusta la contingencia dura, ya sea en deporte, en política, en espectáculo. Yo creo que a través de esa contingencia uno va escribiendo la historia de un pueblo.

Una de las cosas que hicimos fue parar el congreso nazi que se iba a hacer en Chile. Yo me paré en las cámaras y denunciamos esto. Ese día el canal tuvo que llamar a carabineros, porque al canal habían llegado 50 tipos a matarme. Los 3 tuvimos protección policial por 2 semanas.

Me siento orgulloso de haber sido parte y fundador de ese programa.

Como personaje público, ¿sientes que el hecho de ser judío jugó algún rol, a favor, en contra, o era simplemente un dato de la causa?

Así como fui capaz de identificarme con un equipo de futbol, también lo hice con  mi religión. Tuve la suerte de, a pesar de trabajar en un canal muy católico que seguía dando misas y que tenía curas que opinaban de los más diversos temas,  su dueño  era  muy pro Israel y muy pro judío.

De hecho yo pude aprovechar mi espacio televisivo para dar a conocer algunas cosas sobre nuestra religión. Por ejemplo para semana santa, junto con un cura, al hablar de semana santa también lo hacíamos de pesaj, y explicábamos la vinculación existente entre ambas fechas. Cuando recibí un ataque antisemita en mi propio canal, de Pablo Mackenna, que si es antisemita y odia realmente a los judíos, don Ricardo Claro lo echó inmediatamente.

Realmente si me preguntas, recibí más rechazo de parte de gente de la comunidad judía que de la gente común.

Israel nos dice que él tiene una definición de antisemita bastante particular, porque siendo judío en Chile y conocido, hay que ser capaz de distinguir quién realmente lo es. Por lo que para él como en este país todos odian un poco a los judíos, antisemita es aquel que odia los judíos más de lo común. Y nos remarca…

De esos es de los que hay que preocuparse. De los que lo dicen abiertamente.

Nos comenta que en este es un país tremendamente racista, clasista y xenófobo, por lo que los judíos no hemos sido los únicos mal tratados. Para él eso ha hecho que se genere una relación muy particular entre judíos y árabes, relación que no se da en ninguna otra parte del mundo.

Recuerda… Cuando yo contaba en Israel que mi abogado en Chile era palestino, me decían “este huevón está loco”. Contraté a un abogado en Israel y lo hice hablar con mi abogado chileno, me decía ¿por qué me haces hablar con un gallo que se llama Mohor? Incluso una vez me llamaron para preguntarme si yo estaba financiando un grupo terrorista en Chile por los depósitos que la hacía a mi abogado. La situación de Chile es algo muy poco común.

Otro de los grandes hitos de su vida es haber vivido en Israel. Cuando lo conoció como turista no le gustó, pero al vivir allá se dio cuenta que era un país maravilloso.

Eso lo hace la gente. Yo nunca he sentido mayor solidaridad de la que sentí allá. Sin conocerte se preocupan por ti, el peluquero, el señor del quiosco, yo nunca pasé un shabat o una fiesta solo. Para mi hay un antes y un después de haber vivido en Israel.

Desde que recibí mi ciudadanía Israelí, durante un año, recibí una llamada todos los meses del ministerio del interior para saber si estaba bien. Ellos sabían de todos los problemas que había acá, de la existencia de un pedido de extradición, cualquier cosa que necesitara el gobierno siempre estuvo dispuesto a ayudar.

La verdad es que me sentí protegido, cuidado, y hoy me siento tremendamente orgulloso de viajar por el mundo con mi pasaporte israelí, y mi sueño sería volver a vivir allá.

Nos contó que una de las cosas que más lo maravilló fue vivir Yom Kipur en Israel, en que como no circulan autos por las calles, son los niños los que se las toman para jugar. Es tanto lo que lo marcó, que nos asegura que para él es muy importante ser judío, pero mucho más importante es Israel.

¿Cómo ves la situación política en Israel tras las elecciones, tienes una postura definida al respecto?  

Israel está en un gran peligro. Un peligro externo e interno. El externo es el tema de Irán, además de la presión que están ejerciendo los fundamentalistas islámicos en nuestros países  vecinos. Por otro lado está el tema de los ortodoxos. El año pasado fue el primer año en la historia de Israel que el 52% de los alumnos son ortodoxos y el 48% jilonim. Muchos ortodoxos no reconocen la legitimad del estado de Israel ni de su autoridad, por lo que puede darse en algún momento un conflicto civil importante.

Nos recomendó mucho ver una película que se llama “ajim”, hermanos, que a su juicio retrata exactamente cuál es la situación que existe hoy en Israel entre el mundo ortodoxo y jiloní.

En mi opinión la única fuerza política capaz de manejar relativamente bien ambos peligros, es el likud. Por lo que no gustándome Netanyahu como figura, creo que es el único con la fuerza de majear la difícil situación existente. Creo que es el único que mantiene realmente el país con un cierto control, por lo que es el que más le sirve a Israel.

Netanyahu tiene que estar mandando señales de que con Israel no se juega. Yo tengo la esperanza de que Israel siga siendo manejado políticamente por un tipo que sea lo suficientemente firme, como para que no lo pasen a llevar.

Aquí lo más importante, es la supervivencia del Estado de Israel, porque si no existe, el judaísmo en algún momento va a desaparecer como lo conocemos hoy día, y va a quedar convertido en una secta ortodoxa al estilo de los amish.

No sé si tú supiste que hubo una portada en LUN, en que salía una imagen tuya en zunga y que causó un gran revuelo acá ¿Es muy notoria la diferencia entre ambas sociedades respecto a su liberalidad en estos aspectos?

Definitivamente. De hecho el nivel de consumo de farándula que hay en Chile, en Israel no existe. Acá la gente se dedica a destruir y a denostar a las personas. La rumorología es una institución nacional.

Es sorprendente volver a Chile después de cuatro años y darte cuenta de que el tiempo pareciera no haber pasado. Sigue siendo un país igual de gris, de triste. La gente no se viste con colores, es cosa de ver las vitrinas de las tiendas.

Chile sigue siendo un país muy conservador, muy clasista y muy xenófobo, porque la gente no se ha abierto. Estamos muy lejos del resto del mundo y el chileno medio es muy ignorante. Aquí la gente todavía ve con recelo a la gente de color. Allá justamente el hecho de ser un país de inmigrantes es lo que le da la riqueza cultural que tiene.

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